Habían pasado dos días desde que los hermanos Willm habían llegado al pueblo, cada vez que ella intentaba cerrar los ojos para dormir, se sentía observada.
Siempre pasaba lo mismo, al cerrar sus ojos y disponerse a dormir, la primera imagen que venía a su cabeza era Tyler, pero lo más extraño de todo... Era que los hermanos Willm trataban de ocupar su mente de una manera tan forzada, que daba miedo.
Había notado que los ojos de Tyler y de los hermanos cambiaban de color, pero no eran iguales, es como si...Si fueran de una especia diferente, Tyler de rojo y los Willm de verde.
Necesitaba respuestas y las iba a encontrar, pasaba horas buscando en internet y lo único que encontraba respecto a Tyler y sus características, eran vampiros. No podía ser posible, los vampiros no existen y ella lo sabía muy bien... ¿Verdad?
- Vampiros...Vampiros...¡Más vampiros!- Exclamó finalmente cerrando su laptop de golpe, con un hilo de frustración y desconcierto en su voz- Dios mío... Me estoy volviendo loca.
Su mente era un mar de emociones. Todo había pasado en tan poco tiempo, y había significado un cambio muy radical en su vida, su rutina y su bienestar. Definitivamente la situación la estaba afectando, y se notaba.
Las primeras en notar el cambio, fueron su hermana y su amiga, Yemar. Skyper veía cómo su hermana permanecía con la mirada perdida a la hora de las comidas, sumida en sus pensamientos. Notaron como hablaba muy poco, menos de lo normal, y como su semblante era diferente.
Tampoco dejaron escapar el detalle de las visitas recurrentes de su hija a lo que ellos suponían que era la biblioteca local, pued en esas oportunidades Sasha salía por varias horas y siempre regresaba con dos o tres libros de aspecto antiguo y robusto.
Ella necesitaba buscar respuestas, primero por su cuenta. No buscaba mucho, le bastaba con un pequeño halo de confusión para poder confrontar a Tyler o a los Willm sin ser más que solo un amasijo de preguntas y de confusión. Es por eso que, una vez que el internet dejó de ser de ayuda, por increíble que parezca, recurrió a los libros de la biblioteca.
Las constantes apariciones de Tyler no solo en sus sueños, sino en sus pensamientos también, solo reforzaban más esta convicción que tenía Sasha de obtener información antes de confrontarles por más pistas.
Aunque los libros no estaban ayudándola, ella prefería seguir buscando allí que creer que la respuestas a sus preguntas podrían intrínsecas en sus pensamientos y en sus sueños.
Una vez que un pensamiento de los Willm o de Tyler invadía su mente, ella los apartaba rápidamente. Se esforzaba además por no soñar con los susodichos, pero sus esfuerzos eran en vano. En algún momento pensó en comenzar un diario de sueños para así poder tener más control sobre ellos, pero la sola idea de recordarlos la aterraba, así que terminó por descartar esta ocurrencia.
Y las palabras del hermano mayor, Kan, retumbaban en su mente de vez en cuando, como si apareciesen allí para recordarle, de forma retadora y desafiante, toda su confusión:
Todo a su debido tiempo
Por otra otro lado, su amiga Yemar, como había notado el cambio en su amiga, por lo que, decidida a descubrir lo que sucedía, salió de su casa rumbo a la de Sasha, como vivían en el mismo vecindario no le costaba mucho tiempo llegar.
Las calles estaban desiertas y oscuras, mucho más de lo habitual, por lo que Yemar sintió miedo mientras caminaba en dirección a la casa de Sasha. Un fuerte ruido a su espalda la hizo detener de golpe y darse la vuelta, no vio nada, y por la oscuridad le era imposible ver más allá de sus narices. Se dio la vuelta y empezó a caminar nuevamente, esta vez acelerando más sus pasos, pero el ruido volvió a escucharse, esta vez, más cerca, haciéndola respingar del susto. Miró hacia atrás, temerosa, sin dejar de caminar. Y entonces lo vio, en medio de unos contenedores de basura divisó dos grandes esferas de un rojo intenso. Sus pasos se detuvieron a unos metros de distancia de lo que fuera aquello que la miraba con la diversión bailando en sus pupilas.
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Opuestos enamorados
RomanceTyler Campbell, Sasha Miller y tres almas separadas por el odio y la codicia, pero destinas a reencontrarse. Él; rudo, cruel y misterioso. Ella; fuerte, dominante, y atrevida. Ambos capaces de amar de una forma tan intensa como el carmín de la san...