El patinaje artístico siempre fue su pasión, ella entrenaba día y noche, le dedicaba horas a su hermoso traje para ser la mejor de su clase, deseaba ser siempre elegida para ir a competir.
Esa tarde en especial, decidió no arreglarse, sentía que el día estaba para vivirlo al cien y no preocuparse tanto por su apariencia, se puso unos leggings negros y una camisa algo larga que decía "fuck you".
Salió rápidamente de su habitación cargando sus patines y su mochila. Iba muy emocionada, escuchaba música y tarareaba mientras caminaba hacia la pista, su lugar favorito en todo el mundo, donde ella podría ser quien era sin sentirse juzgada.
Al llegar, notó que había una práctica de hockey muy reñida, los jugadores estaban muy concentrados. Por un momento se detuvo a mirar el juego de hockey, pero sus ojos automáticamente se desviaron hacia un chico rubio y alto. Este jugaba muy bien, y aunque no podía detallar el rostro del chico, ya que tenía casco, pudo visualizar algunos mechones rubios que caían en su cara.
Ella decidió seguir caminando cuando notó que el chico la había mirado. No quería que pensara que ella gustaba de él. Porque era imposible que hubiera atracción tan rápido. ¿Verdad? Pero inconscientemente sus pasos se detuvieron, sentía una fuerza que la obligaba a permanecer inmóvil. Su mirada se encontró con la del chico y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Era como si él la llamara y eso empezó abrumarla.
Su cuerpo se estremeció y sintió la necesidad de acercarse a él, y como por arte de magia empezó a caminar en su dirección. Quiso detenerse, pero sentía que no tenía control sobre su cuerpo, era como si alguien más controlara su voluntad y eso de alguna manera comenzó a inquietarla. Sus ojos se movían de un lugar a otro en búsqueda de alguna ayuda que pueda sacarla del letargo en el que se sentía sumergida, pero para su mala suerte, nadie prestaba atención a lo que sucedía. El chico había dejado de jugar y permanecía inmóvil con la vista fija en ella.
Todos los demás jugadores seguían en la pista y aún continuaban jugando, y eso la extrañó porque ni siquiera se dieron cuenta de que él había dejado de jugar.Sus pasos se acercaban más a él y aunque sería imposible saberlo por el casco que llevaba puesto, podría jurar que él le sonreía y no una sonrisa cualquiera sino, una llena de burla, de superioridad. Una sonrisa que daba a entender de que él tiene el poder y que ella solo es un ser insignificante.
Su cuerpo comenzó a temblar y sus ojos a cristalizarse al no saber qué le estaba pasando y porqué actuaba de esa forma. Y eso aparte de asustarla, la molestaba. Le molestaba el hecho de sentirse dominada, de ser tratada como si fuera un títere. Ella no era débil, pero ahora se sentía el ser más inferior de la tierra.Se detuvo a unos pocos centímetros de él y observó como el chico levantó la mano, y la extendió hacia ella, en señal de que la tomara. Ella no sabía qué hacer, se encontraba en medio de dos dilemas porque una parte de ella la incitaba a tomarla y la otra le gritaba que corriera, que se alejara de él, pero una fuerza invisible hizo que levantara su mano. Cuando estuvo a punto de rozarla, una eufórica Yemar se atravesó en su camino y eso aunque no sabía el porqué, la molesto.
-¡Sasha! ¡Por fin te encuentro! -Le gritó mientras la abrazaba-. Te estuvimos buscando por todos lados -Su mirada aún se encontraba fija en el chico y aunque deseaba dejar de mirarlo, no podía. Su semblante mostraba una mueca de desagrado ante la interrupción de Yemar.
-¿Eh? -Cuestionó distraída.
-¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
-Es...Estoy bien -Sintió como algo abandonaba su cuerpo devolviéndole el control de este.
-¿Segura que estás bien? Luces muy pálida -Sus ojos dejaron de mirar al chico y se concentraron en Yemar, quien tenía una mueca de impaciencia pegada al rostro.
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Opuestos enamorados
RomanceTyler Campbell, Sasha Miller y tres almas separadas por el odio y la codicia, pero destinas a reencontrarse. Él; rudo, cruel y misterioso. Ella; fuerte, dominante, y atrevida. Ambos capaces de amar de una forma tan intensa como el carmín de la san...