CAPÍTULO 13

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Había amanecido hace ya bastantes horas. Sasha se encontraba entre dormida y despierta a unas horas que para muchos podrían considerarse bastante tardes para recién levantarse de la cama.

No era para menos; la noche anterior había estado llena descontrol y sexo para nada suave. Hacía unas cuantas horas, la esa habitación era un contenedor de Lujuria pura: Una sinfonía de entre gemidos y rebotes de cuerpos entre sí, orgasmos por doquier, un ambiente de competencia que era tan palpable que casi se podía tocar entre la fuerza de voluntad de un vampiro y un licántropo y sus miradas desafiantes; sudor, jadeos, violencia y placer.
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Sin embargo, de aquella salvaje e indiscriptible escena de hace unas horas, solamente quedaban los vestigios... No, ni siquiera eso, ya que los acompañantes de Sasha nisiquiera se encontraban ya presentes en la habitación.
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Mientras ella se encontraba dormida, los dos hombres se habían retirado de su departamento hacía ya bastante rato. La habían abandonado después de haberla destruido la noche anterior sin darle los bueno días o buenos días o ayudarle si quiera con algunas tareas matutinas.

Nada, se habían esfumado así, sin más, en lo que ella después catalogaría como "Un acto descortés, propio de un par de bestias", aunque ella en el fondo, muy en el fondo de ella, sabía dentro de sí que esos 2 hombres tenían algo de sensibilidad, y que se si se habían ido de esa forma tenía que ser por una razón más o menos válida.

Un par de rayos de luz entraron por la ventana semiabierta y se posaron directamente sobre la cara de Sasha, sacándola de su sueño y terminándola de despertar.
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— Mmm... oh... ¿Qué hora es?...— Las palabras de Sasha no expresaban nada que no fuera sueño y cansancio— ¡Van a ser la 1 de la tarde! ¿Y esos dos a donde se fueron?... Mmm ¡Ay!— Intentó levantarse pero un dolor en su entrepierna le cortó la acción.

Resulta que Tyler y Kaleth le habían dado tan duro la noche anterior que, inevitablemente, su interior iba a quedar resentido al día siguiente. En ese momento ella lo estaba disfrutando tanto, tantísimo, que no le importó, pero ahora sí que le importaba.
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— Esos dos...

Con dificultad, se levantó de la cama, fue al baño y dio inicio a su rutina matutina, la cual irónicamente empezaba a la 1 de la tarde.

Luego de arreglarse, fue a la cocina y se preparó un desayuno rápido. A pesar de que el hambre la estaba matando, tenía que ir a trabajar dentro de un rato, ya tendría tiempo para comer en el trabajo.
Mientras comía, su mente comenzó a revivir los recuerdos de la noche anterior, pensamiento que recordaba con deseo: Como la trataron, como fue poseída, como fue llevada al cielo y al infierno en cuestión de minutos en una noche que parecía, y que ella quería que fuera interminable.

Y su mente rebotada de aquí y allá entre dos hombres: Tyler, el príncipe vampiro que robó su corazón, y Kaleth, el imponente hombre lobo que la hizo explotar de placer. Al pensar en ambos se sentía confusa y... Atrapada, atrapada entre 2 mitades de ella que no podía ignorar y que luchaban por tomar el control de ella.

No tenía tiempo para pensar en esas cosas, por lo que despejó esos pensamientos de su mente, terminó de comer y partió rumbo al trabajo.

La jornada laboral de ese día le estaba costando más de la cuenta, el dolor y la incomodidad en su entrepierna lo estaba complicando todo… mucho.

Al atender las mesas, caminaba un poco extraño para intentar disimular el dolor, iba más lento a todos lados, tenía problemas para concentrarse y de vez en cuando sentía bajas en su presión arterial, por lo cual tenía que sentarse a descansar alguno segundos.

Terminó rápidamente su jornada, ya que tenía que tenía que salir a la Pista de Hielo para entrenar, no podía darse el lujo de no hacerlo, ya que una competencia muy importante estaba próxima. De mala gana, recogió sus cosas y salió a la pista, caminando entre pasos largos y muy cortitos, pues estaba intentando descubrir de qué manera debía caminar para que le su entrepierna doliera menos… aun no lo había descubierto.

Opuestos enamorados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora