Es junio y Manhattan está ardiendo bajo el sol. El aire húmedo cubre la ciudad y carga un olor a gas y granos de café. Ten pasa el día caminando alrededor de la ciudad, tomando el sol y atrayendo las miradas de los extraños. Es un poco después de las doce del día cuando Ten entra a una pequeña clínica ubicada en una calle muy transitada.
Hay un aroma limpio que flota en el aire, el blanco de las paredes y del piso es cegador junto con las brillantes luces. Varias personas están sentadas en la sala de espera, hay una Omega con un pequeño infante en su regazo, la mujer tiene los ojos cerrados y se balancea ligeramente con una expresión solemne. Hay dos Alfas, ambos están leyendo el periódico con un ceño fruncido.
-Shuhua, -Ten llama a la Beta elegantemente vestida que está frente al escritorio.- ¿Cómo estás?
-Ten. -la mujer lo saluda con unos anteojos recargados en la punta de su nariz. Sus labios rojos se estiran hasta formar una sonrisa amable.- Estoy bien, ¿Y tú?
-Solo vengo a recoger mi paquete usual. -sus palabras son vagas para evitar llamar la atención. Se inclina sobre el escritorio y con su cabeza señala hacia el pasillo.- ¿Está el Dr. Jeon?
Shuhua se pone pálida, pasa saliva con nerviosismo y las comisuras de sus labios caen.
-Por supuesto, te esta esperando. -hay un misterioso miedo en sus ojos, Ten lo ignora y sale del vestíbulo.
Las luces rebotan en las paredes amarillas claras. Sus zapatos hacen eco en el piso linóleo mientras pasa por afuera de las puertas cerradas que tienen los nombres correspondientes de cada médico. Cuando llega a la última puerta, toca suavemente.
-Pase.
Ten camina dentro de la oficina, el Dr. Jeon está sentado detrás de su escritorio con sus anteojos posados en la punta de su nariz. Sus ojos azules se suavizan cuando ve a Ten y se levanta para sacudirle la mano a modo de saludo.
-¿De nuevo regresas tan pronto? -el Dr. Jeon tiene una voz profunda enlazada con un acento coreano. El hombre se sienta y se cruza de brazos.- Esto se volverá demasiado sospechoso si sigues viniendo seguido.
Ten no contesta. Él sabía los riesgos que estaba tomando en el momento que le robó al primer Alfa y fue la ola de adrenalina y la satisfacción de finalmente hacer algo bueno por la sociedad lo que lo impulsó a seguir haciéndolo. Está ayudando a los olvidados, a los Omegas vulnerables de Manhattan. Prefiere cargar con el peso de hacer cosas crueles para ayudar a los ciudadanos inocentes. Prefiere ser el culpable de los inocentes que el inocente de los malvados.
El Dr. Jeon suspira cuando Ten no responde. Se levanta de nuevo y busca dentro de uno de los gabinetes inferiores, sus movimientos son indecisos.
-¿No estás asustado? Ha habido una gran cantidad de investigaciones por toda la ciudad. La policía ha estado vigilando los clubes nocturnos como halcones.
-Soy consciente de en lo que me estoy metiendo. -Ten responde con tranquilidad. Sus hombros se mantienen relajados.- Si no lo hago yo, nadie más lo hará.
-Es peligroso, Ten. -el Alfa le da lentamente la bolsa de papel. Las botellitas de cristal resuenan en el momento que el pelinaranja las mete dentro de su chaqueta.
-Lo sé. -el Omega tiene una expresión vacía en el rostro.- Por eso lo estoy haciendo. -Ten camina hacia la puerta y toma la perilla.
-Solo te estoy ayudando en esto por lo que hiciste por mi hija. -el Dr. Jeon confiesa, incluso si Ten ya sabía eso.- Gracias.
Ten apenas si asiente con reconocimiento.
-¿Ella aun carga la pistola taser?
-Nunca sale sin ella. Está pensando en regresar a la escuela y en ser más cuidadosa con su dinero. -el Dr. Jeon dice.- Mantenerse alejada de los préstamos y todo eso.
ESTÁS LEYENDO
don't call me angel│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻
Hayran KurguManhattan es un patio de juegos peligroso para los Alfas ricos y poderosos de Nueva York. A esos mismos Alfas adinerados les roban después de pasar una noche junto a un Omega de ojos felinos. Al oficial Lee se le es asignado el caso. 《ADAPTACIÓN tod...