Cinco días. Ese es el tiempo que Taeyong y Ten han estado separados. Las noticias se han calmado significativamente, Eric y Pilkyo han estado bajo custodia por tres días. Ambos hombres intentaron escapar de la ciudad, pero fueron atrapados en la frontera.
Taeyong se la ha pasado contando las horas que restan para poder ver de nuevo a su encantador Omega. Cada noche sueña con la piel de Ten, con sus ojos y su voz. Taeyong está a la deriva y Ten no está ahí para llevarlo de nuevo a la costa. Está nervioso, todo parece irritarlo. Le ha gritado a todos los meseros y taxistas que ha conocido, y ya no se siente mal por eso. Su lobo se ha vuelto loco. Cualquier esencia que no es la de Ten provoca que quiera llorar y atacar a todos los que lo rodean.
Cuando Taeyong ve a Ten, él acaba de llegar a la estación de policía. Es la hora que prometieron y es una noche húmeda, como todos los días de agosto. El Omega está vistiendo unos shorts de mezclilla y una chaqueta de cuero negra.
—Ha pasado un tiempo.
Taeyong es cuidadoso y cierra lentamente la puerta de su auto.
—Así es. —su lobo está tratando de salir a la superficie, luchando contra los nervios de Taeyong para tan solo tocar al Omega.
—He estado al tanto de las noticias. —Ten dice, hay un tono agudo en su voz.— Los atraparon a los dos.
—Están trabajando para encontrar a todos los Alfas involucrados y los Omegas están regresando con sus familias. —Taeyong entierra sus manos en sus muslos para evitar saltar hasta el chico de ojos almendrados. Sus ojos se desvían hacia la gran maleta que está sobre la motocicleta de Ten.— ¿Te irás? —es una pregunta estúpida, él sabía que esto iba a pasar, ellos ya lo habían hablado. Habían repasado cada uno de los pasos del plan, habían conversado cientos de veces sobre esto.
Ten asiente.
—Sí.
—¿Dejarás Manhattan?
—Dejaré Nueva York. —Ten dice, justo como lo dijo cuando crearon el plan.
—Te vas. —Taeyong repite, hay un silencio entre los sonidos distantes de los coches.— Dejarás todo aquí. —Ten se va a ir, se mudará a otra ciudad. Dejará atrás su vida, su trabajo y los pocos amigos que tiene.
—¿Qué dices? —Ten sonríe, subiéndose a su motocicleta.— ¿Vendrás?
Taeyong pasa saliva con dificultad, regresando su mirada a la estación. Las luces son cegadoras y hacen contraste con la oscuridad de la noche. El olor a humo llena su nariz.
—Girasol.
El Omega de ojos almendrados ladea su cabeza.
—Espero que recuerdes que no voy a regresar. —sus labios lucen tan rosados debajo de las farolas.— Mi trabajo aquí ha terminado, Taeyong. Esta sería la última vez que me verías.
Taeyong siente un peso sobre sus hombros, juguetea con los anillos que adornan sus dedos mientras le lanza una mirada a la estación en donde Jooheon, el jefe y los dos Alfas convictos lo están esperando. Mira de nuevo a Ten, el Omega luce tan pequeño en esa motocicleta, pero posee una fuerza que lo vuelve débil.
—Mierda. —Taeyong maldice, tirando de su cabello.
—Te lo dije. Tuviste todo este tiempo para tomar una decisión.
—Lo sé. —Taeyong dice con más agresividad de la que pretendía.— Espera, solo... —él lo había estado ignorando, permitiendo que la idea vagara por su mente. Ahora tiene que tomar una decisión y ya presiente que es lo que va a elegir, la decisión no está en la estación de policía.
Ten chasquea su lengua, admirando como un sonrojo se apodera de las mejillas del Alfa.
—Vamos, Taeyong. —su tono es burlón.— Sé lo que estas pensando, todo lo que tienes que hacer es decirlo.
Taeyong suspira, detestando absolutamente como Ten puede leerlo tan bien.
—Nos podrían atrapar.
—¿Dudas de mis habilidades? —el Omega niega con diversión.— No olvides todo el tiempo que me mantuve bajo tu radar. —sus palabras provocan que un gruñido se forme en el pecho de Taeyong y Ten suelta un par de risitas.— ¿El jefe puede culparte de que un desconocido con una genial motocicleta corra a toda velocidad en esta calle? —Ten muerde su labio.— Quiero decir, solo estarás haciendo tu trabajo. Irás detrás de mi con tu auto, tratando de atraparme.
Es estúpido elegir a este brillante y tentador Omega en vez de su vida en Nueva York. Es un policía y debería entrar a la estación para ayudar con el caso de Mun y Jung, pero esa es la decisión inteligente. Taeyong no es inteligente, él está bajo el hechizo de Ten y ha estado ahí desde que se besaron por primera vez en el club nocturno.
—¿Piensas que debería solo de... —hace una pausa.— irme?
Ten lo llevó a un paseo salvaje en el momento que lo conoció, consumió sus pensamientos y se apoderó de su corazón.
—Sé que no tenemos una etiqueta, nunca hablamos de que lugar tiene nuestra relación, pero pienso que es correcto decir que estás tan comprometido conmigo como yo lo estoy contigo.
Taeyong se para ahí por un largo tiempo contemplando su destino. Ten es esa adicción que no sabía que tenía y no tiene más remedio que asentir. Acaba de escoger a un chico con sonrisa juguetona por encima de todo lo que conoce.
—Iré contigo.
—Sabía que lo harías. —Ten dice con diversión.— Solo quería escuchar que lo dijeras.
El Alfa se recarga sobre su auto, una ola caliente corre por sus venas.
—Odio como me conoces tan bien.
—Pasé años leyendo a las personas, solo eres uno más de la lista.
—Eso definitivamente me hace sentir especial. —Taeyong comenta y baja su mirada hasta la placa que está sobre su pecho.— ¿A dónde iremos?
Hay una larga pausa, el sonido de los carros y la brisa de verano llenan el silencio.
—Tú sabes, Mun no es el único idiota que se aprovechaba de los Omegas. —arrastra las palabras, prendiendo el motor de su motocicleta.— Sé de un tipo que vive en una ciudad de Europa.
—¿Otro? —Taeyong pregunta, su corazón late fuertemente dentro de su pecho.
—La corrupción es la estructura de casi todas las jerarquías. —Ten dice lentamente.— La sociedad está jodida, ¿Es eso una sorpresa?
Taeyong se remueve, observando a Ten.
—No necesariamente, ¿Cómo sabes de este Alfa?
—Sin importar cuando dinero tenía Mun, él carecía de seguridad. Fue demasiado fácil hackear sus archivos, así es como conseguí los nombres.
—¿Así que segunda ronda? —el Alfa corre una mano por su torso, su dedo tocando su arma cargada.— ¿Estás listo?
El Omega guiña un ojo.
—Pregunta estúpida, oficial Lee. Estás olvidando cuanto tiempo llevo haciendo esto.
—Controla esa actitud que tienes, Omega. —Taeyong bromea.
—¿Harás algo para arreglarlo?
Taeyong tararea en voz baja.
—Pregunta estúpida, Girasol.
—Bueno entonces... —Ten coloca el casco en su cabeza, solo son visibles sus ojos almendrados.— Atrápame si puedes, Alfa. —Ten corre su motocicleta a máxima velocidad, el motor hace eco por toda la ciudad durmiente. Taeyong sonríe con complicidad, sube a su auto y prende la sirena de policía.
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Aún falta el epílogo más un extra si no me equivoco, pero la autora todavía no los sube.
Así que, por ahora, este sería el final de la historia, chininii:( muchas gracias por leer. ❤
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don't call me angel│𝘁𝗮𝗲𝘁𝗲𝗻
Hayran KurguManhattan es un patio de juegos peligroso para los Alfas ricos y poderosos de Nueva York. A esos mismos Alfas adinerados les roban después de pasar una noche junto a un Omega de ojos felinos. Al oficial Lee se le es asignado el caso. 《ADAPTACIÓN tod...