4. Su mirada me hace perder la noción del tiempo

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MELISSA

Ser parte del consejo estudiantil nunca había sido tan aburrido.

De primera mano no se ni siquiera por que termine aceptando, pero en cuanto nombraron las elecciones eso se convirtió en un desafío para mí, la competitividad me destila en la sangre y eso mi tío lo sabe muy bien.

Se ha convertido en mi sombra desde que ese título me cayó como un peso en los hombros, sus consejos y estrategias no suelen faltar en cuanto a realizar algún evento en la high school se haya de realizar.

—¿Ya han preparado algo?

—No, pero...

—¿Pero? ¿No? Melissa Lester García...

Aquí vamos de nuevo.

No soportaba la idea de que no pudiera manejar todo a mi gusto.

Faltaba poco de dos meses para la fiesta anual de juegos, esa que se realiza cada año y nuestro colegio compite ya sea en deportes como son el baloncesto, natación, voleibol, etc.

En fin, algo que a solo me llama la atención por natación, mi equipo se ha preparado demasiado todo este tiempo y aunque el año pasado no ganamos contra nuestro curso rival logramos quedar segundas.

—¿Entendiste?

—Claro que sí, tío—le brindé una de mis mejores sonrisas y este como siempre sonrió satisfecho creyéndose lo que le dije.

Luego de eso había llamado a mi consejo para que quedemos acorde en todo lo que teníamos por delante, entre realizar la inauguración, la música y todo lo demás requería un buen de tiempo y paciencia y yo tenía carecía de ambas, por eso estoy tan contenta de trabajar con los cerebritos del área de ciencias con los cuales me llevaba súper bien, aunque no acertábamos en todo.

Mi tío se encargó de dejarnos a cada uno en nuestro respectivo curso, me despedí de él apenas y como un imán me di la vuelta para observar al amor de mi vida el cual se encontraba mirándome...

Espera ¿Qué?

Parpadee varias veces en el mismo lugar y si, Ethan, estaba mirándome, sus preciosos ojos marrones estaban fijos en los míos, la respiración se me quedo atascada en la garganta cuando frunció las cejas sin dejar de mirarme.

Su mirada, joder su mirada era tan penetrante y cautivadora que me gustaría que con ella me penetrara todos los lugares posibles.

Ok, eso no sonó tan bien, pero en ocasiones como este mi capacidad de pensar no funciona, se queda en algún lugar escondido no queriendo salir.

—Piensa quedarse de pie todo el día ahí, Lester—asevero con voz dura y flexible, esa que tanto me ponía en momentos tan serios como estos.

Mis mejillas se calentaron demasiado al notar como todas las miradas estaban puestas en mí, a este punto todo el mundo se daría cuenta de cuanto me gustaba, Ethan, y eso no lo podía permitir, por lo que juntando todas mis fuerzas asentí con la cabeza y desvié mi mirada de él con indiferencia, para que no note lo atontada que quede cuando me miro.

Maldita sea, su simple mirada me hace perder la noción del tiempo.

Las pequeñas sonrisas de mis compañeros solo me hicieron saber cuan imprudente había sido.

Me dejé caer en el asiento con la espalda rígida, de alguna manera podía sentir la mirada de, Ethan, clavada en mi nuca, pero no me atreví a mirar por lo que me senté de lado de manera recta viendo a, Julie y a Jess.

Mientras una me miraba reprobatoriamente la otra tenía una sonrisa picarona en su cara.

—Joder, Mel, que no sabes disimular ni un poco—me susurró, Julie quien miraba de soslayo que el profesor no nos escuchara y nos reprendiera.

—Me ha mirado—atine a decir demasiado rápido que festeje que no se haya trabado la lengua, las manos me sudaban considerablemente.

—¿Y eso que?

—Como que ¿Qué? Pues que lo que, Mel, quiere decir es que le ha dado un orgasmo con solo verlo.

—¿Qué? —pregunte esta vez yo al escuchar a, Jess—No, nada de lo que dices, pero pensándolo bien...

—Oh, por dios, no quiero oírte decirlo.

Jess y yo reímos bajito sin poder evitarlo y casi sin querer mi vista se desvió hacia al frente, ya no me miraba.

—Chicos, vengan a retirar sus cuadernos.

Cada uno se levantó apresuradamente mientras yo me quede atrás esperando un poco de espacio para avanzar, cuando ya solo quedábamos mis amigas y yo, estas tomaron sus respectivos cuadernos dejando el escritorio vacío.

¿Y mi cuaderno?

Con tal de no quedarme ante la imponente figura de, Ethan camine hacia, Julie y la tome del brazo antes de que se sentara.

—¿Y mi cuaderno?

—¿No lo tomaste? —pregunto viendo sobre mi espalda hacia el escritorio.

—No, no, quiero decir que no estaba ¿se lo diste al profesor? ¿el azul?

—Sí, sí, tomé el cuaderno azul que me dijiste y se lo di en cuanto te llamo.

—¿Entonces? —

Se encogió de hombros dándose la vuelta para sentarse, no me quedo de otra que ir hacia donde el teacher y preguntarle por él, camine cruzando las sillas a mi alrededor y para mi mala suerte nadie tenía consigo un cuaderno azul.

El Diario De Melissa LesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora