15. Un corazón acelerado y un problema

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MELISSA

Llegué dando un portazo que estaba segura se logró escuchar hasta la esquina de mi casa, apenas vi a mi padre quien dejo ver su cabeza desde la cocina.

—Llegaste, ¿me trajiste mis donas? —lo vi secarse las manos en el delantal y en el fondo a mi hermano comiendo algo de lo que había hecho mi padre, el corazón me latía tan rápido que no pude emitir palabra alguna, dejé el chocolate en el mármol de la cocina junto a las donas y como un robot me dirigí a mi habitación.

—¿Hija?

—Déjala, seguro se enteró de que es adoptada.

Este idiota.

Ni siquiera me detuve ante las palabras de, Matt, ya dentro de a mi habitación la cual había cerrado con pestillo me tomé el tiempo de procesarlo todo.

Lo había tenido cerca, ¡lo había tenido cerca!

Chillé y salte como una niña pequeña con el corazón latiéndome descontroladamente

No puede ser, lo tuve tan cerca que ni siquiera pude pensar con claridad, el momento bochornoso de la mañana había aparecido con fuerza en cuanto lo vi, pero había desaparecido también cuando lo sentí tan cerca que no supe ni como se respiraba.

Si retrocedo el tiempo unos segundos aun podía sentir su aliento chocar con el mío, lo bien que olía y pese a que su aspecto se veía un poco desaliñado, se lo veía perfecto.

Suspire y me deje caer en la cama con mis pensamientos en él, si tan solo se fijara más en mí, sino solo fuera más que una adolescente con las hormonas alteradas como tal vez él lo debe estar pensando, si tan solo fuese diferente.

Pero no.

ETHAN

Carol, había bajado después de un silencio incomodo en el que ni mis padres y yo dijimos nada, me acerqué por inercia a ella y le di un suave beso en los labios, se veía preciosa.

No puedo creer que no me haya acordado para nada en este día tan especial para ello.

Solo de lo peor.

Eres de lo peor, todo por pensar en, Lester.

Y no lo voy a negar, esa niña no ha traído más que revuelos en mi cabeza.

—Te ves hermosa.

Se sonrojó y no pude evitar reír, la tome de la mano y note que estás me sudaban.

Carol, estaba al tanto de mi situación con ellos y aun así no sé porque mierda los llamo después de que solo se han visto una vez hace tres años atrás y por pura casualidad.

—Gracias y tu un poco cansado—beso mis labios de nuevo—lo siento por lo...

La calle sin permitir que continuara, no tenía ganas de nada, ni siquiera de esta cena.

Le sonríe demostrándole que no pasaba nada cuando en realidad lo pasaba todo.

—Te lo compensare esta noche—susurro en mis labios para luego separarse de mí, la tome de la muñeca antes de que pueda huir y la acerque mucho a mi hasta que la tuve pegada a mi cuerpo, escondí mi cara en su cuello dejando un suave y húmedo beso justo en esa parte.

—Soy yo el que debe hacerlo, es tu cumpleaños una buena excusa—la bese con fuerza y mordí su labio inferior, algo que por su parte no le gusta que lo haga, me miro con mala cara luego de separarnos y suspire cuando supe que no pude alargar el momento para salvarme del momento más incómodo de mi vida.

La cena transcurrió entre preguntas por parte de, Carol, para aligerar el ambiente y la falsa cortesía de mis padres con sus sonrisas fingidas me provocaban nauseas, lo que no pasaron por alto fue lanzar sus comentarios venenosos hacia mi persona de una manera que para ellos era sutil, a final de la noche me levanté con el cuerpo tenso deseando que se marcharan lo más pronto posible, no pude soportar más y disculpándome con, Carol, subí a la habitación.

Tenía demasiado con eso y para rematar los padres de, Carol, ni siquiera se atrevían a pisar el lugar en el que vivíamos por que no soportaban ver que su querida y única hija terminara con un simple profesor de quinta.

En fin, una mierda.

Mi cuerpo se relajó solo un poco cuando me metí a bañar, la tensión en mis hombros aún permanecía ahí, luego de unos largos minutos salí con la toalla envuelta en mi cintura y tomé otra para secarme el cabello, Carol, ya se encontraba ahí, pasé de ella y me dirigí al armario, podía sentir su mirada en mi espalda y como sabiendo sus siguientes movimientos sentí sus manos recorrer mi espalda para luego abrazarme por detrás.

—Lo siento—susurró muy bajito, me di la vuelta para observarla y en cuanto vi sus ojos supe que no, que no lo sentía, mas no pude hacer o decir algo que no tenía pensado hacer porque sus labios impactaron con los míos en un beso dulce que paso a convertirse en uno rudo y sin control, retrocedí unos pasos y la tomé de las caderas permitiendo que sus piernas rodearan mi cintura, un jadeo involuntario se escapó de mis labios en cuanto sentí su sexo junto al mío ahí pude darme cuenta de que la toalla había desaparecido y de que no llevaba ropa interior.

—Sé que es mi cumpleaños—jadeo en mis labios y un gemido escapo de los míos cuando una de sus manos rodeo mi masculinidad provocando un movimiento torturador que me provocaba leves espasmos—pero quiero complacerte hoy solo a ti.

El movimiento se convirtió en uno más rápido y yo parecía un adolescente gimiendo y retorciéndome como loco a su merced, el problema es que no se en que momento en mi cabeza solo podía ver una mirada avellana penetrante que me devoraba con solo mirarme, esa imagen en mi cabeza lo único que provoco fue que me corriera más rápido.







***



Con este capitulo me despido y nos vemos mañana!


Red.

El Diario De Melissa LesterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora