No hay una historia que me haya hecho sentir tanto, como lo hizo está, me hizo creer que cuando no estamos buscando nada simplemente llega, no hay comparación en lo increíble que fue como me contaban está historia, el sentimiento que transmitía, y como sus ojos brillaban...
Sophia, rubia, casi castaña, ni tan alta ni tan baja, ni tan gorda ni tan flaca, ni tan buena ni tan mala, la chica simple, desapercibida y bastante convencional, o eso se decía ella así misma.
Sophia tenía miedos que ocultaba en lo más recondito de su cerebro, quería creer que estaba bien y que su mundo hecho de papel no estaba a punto de mojarse con el vaso de agua que empezaba a llenarse.
Bien era cierto que por más que todo se viniera abajo ella seguía fingiendo, nadie sabía que sus sentimientos y sus revoluciones mentales era como un mar lleno de tormentas.
Tenía amigos, personas a su alrededor que le decían cuánto la amaban, cuan única y especial era, pero por más que lo dijeran, para ella no era cierto.
A veces odiaba verse al espejo, a veces amaba tanto su cuerpo, pero solo era a veces.
Fingía sentirse bonita, fingía tanto que estaba agotada
Se sentía acorralada en sus pensamientos, quería estar bien pero solo era por momentos.
Su cuarto era su refugio y la música su calla tormentos.
(...)
- Quiero irme de mi casa - dijo al aire en la habitación de su abuela- Que harta estoy de que digan y opinen de lo que no les interesa, quiero salir y quiero ser libre, quiero ser libre de mi mente y de lo que pienso, quiero sentirme bien completamente así sea solo por un momento, sentirlo y disfrutarlo.
- Entonces hazlo, inténtalo tanto hasta que lo logres.
- Siento que me voy a quedar sola, que no encontraré a nadie que se quede conmigo tanto tiempo.
- Míralo así, mi niña. Hay ciento de personas que conocemos a través de los años. Y personas que no hemos conocido,
personas que en algún momento se van a mezclar tanto contigo, que en algún punto se juntarán en un lienzo que hará una bonita pintura, que vendría siendo la relacion. Somos como colores que se unen, y podemos mezclarlo con muchas personas. Pero no todas son el color correcto. Y en algún momento, va a llegar el color que hará de ese lienzo, la pintura más linda y cara.Las visitas a la casa de su abuela no eran constantes, le ayudaban lo suficiente, se sentía algo mejor desde que empezó a hablarlo con ella.
Su familia no era mala, su padre era de los más dulces y su madre no había mucho de que quejarse, tenía un hermano que solo sabía decir sandeces y criticar todo a su paso, pero aunque ella no quisiera creerlo, ellos alimentaban las inseguridades por su cuerpo y por si misma.
Sophia creía que nunca conseguiría a nadie, que nunca tendría un alguien que creyera que ella podía ser lo más increíble, no tenía la certeza o la esperanza de encontrar a alguien que fuese como ella esperaba, tenía expectativas tan altas que dudaba algún día encontrar a alguien que las tuviera.
El mundo solía venirse abajo y ella misma lo levantaba, sus amigos aunque no lo creyeran le ayudaban, pero ella seguía rompiéndose cada tanto, ella era como un cimiento que con el más mínimo movimiento se despedazaba.
No había nada que la hiciera sentir completa.
A veces pensaba que el éxito que deseaba no lo iba a conseguir, eso la desanimaba porque las oportunidades eran pocas las que se encontraban.
Decía que físicamente era tan común y que su personalidad no destacaba.
Pero aunque no lo creyera, ella era el alma de la fiesta, la amiga importante, la que si no estaba hacía falta, el pegamento en amistades.
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En un mundo de personas rotas.
RandomEmpecé escribiendo anécdotas historias que algún día me contaron, historias que imagino antes de dormir. Cosas que a medida del tiempo fui escuchando, historias que desee que sucedieran, historias que desearía que nunca pasen, relatos cortos que de...