AGENT PARRISH-STEVE ROGERS [1]

CAPÍTULO 2

Evelyn llegó de nuevo a la base militar un par de días después del fracaso del coche volador. Los hombres se volvían hacia ella cuando pasaba, algunos le lanzaban miradas de asco porque creían que una mujer no debía estar en el ejército, y otros le lanzaban miradas coquetas, con ganas de meterse en sus pantalones.

"¡Agente Parrish!" Alguien gritó, haciendo que Evelyn se diera la vuelta. Peggy Carter se acercaba a su amiga, con una sonrisa traviesa en los labios.

"¿Sí, agente Carter?" preguntó Evelyn, con una sonrisa propia en los labios.

"El coronel Phillips quiere que nos reunamos con los nuevos reclutas. Que los hagamos más duros. Ese tipo de cosas". dijo Peggy.

Evelyn sonrió. "Hagámoslo".

Las dos chicas comenzaron a caminar hacia la fila de hombres que estaban conversando.

" Me he enterado de lo que pasó la otra noche con ese hombre", empezó Peggy. "Manejaste esa situación como una verdadera mujer debe hacerlo. "

Evelyn sonrió y abrazó a Peggy. "Sabía que serías tú la que diría eso", se rió. "El tipo era un imbécil. "

"Un completo imbécil, quiero decir, ¿quién en su sano juicio dice algo así?" preguntó Peggy.

"Bueno, tengo la extraña sensación de que algunos de estos hombres van a actuar como ese otro", dijo Evelyn cuando las dos se detuvieron al final de la fila.

" ¡Reclutas, atención!" Llamó Peggy. Todos los hombres se enderezaron y levantaron la cabeza.

"Caballeros. Soy Evelyn Parrish y esta es la agente Carter. Supervisamos todas las operaciones de esta división". Evelyn les informó mientras ella y Peggy recorrían la fila. Algunos de los hombres les lanzaron miradas confusas antes de enderezarse de nuevo.

"¿No deberías estar besando a Howie Starky?", dijo uno de los hombres.

Evelyn dirigió la mirada hacia él antes de sonreír. "Oye, tú eres el hombre de la otra noche".

El hombre sonrió al ser reconocido. "Seguro que sí".

"El tipo dijo que debería ganarme la vida haciendo sándwiches", la sonrisa de Evelyn se convirtió de repente en una mueca.

"¿Cómo se llama, soldado?" preguntó Peggy.

"Gilmore Hodge, majestad", hizo una pequeña reverencia a Peggy.

Peggy y Evelyn compartieron miradas, decidiendo en silencio quién debía tener los honores de ponerlo en su lugar. Peggy asintió hacia Evelyn y ésta sonrió.

"Acércate, Hodge". Hodge se acercó a Evelyn. "Pon tu pie derecho hacia adelante". Puso su pie derecho hacia adelante.

"Ooh, ¿vamos a luchar?" Peggy les dio a todos los de la fila un portapapeles con notas sobre lo que iban a hacer y para qué eran las pruebas. "Porque tengo unos cuantos movimientos que sé que te van a gustar", guiñó un ojo.

Evelyn le sonrió dulcemente: "Seguro que sí". Levantó su puño derecho y lo conectó con su nariz, escuchando un ligero crujido al hacerlo. Hodge cayó al suelo, sujetándose la nariz sangrante.

Evelyn sonrió con sastifacción a Hodge, queriendo haber hecho eso unas noches antes. Luego miró hacia todos los reclutas de la fila y se fijó en un pequeño escuálido. Evelyn le envió un guiño y este puso cara de confusión.

"¡Agente Parrish! ¡Agente Carter!"

Evelyn se giró y vio al coronel Phillips abriéndose paso hacia ellos.  "Coronel Phillips", le saludaron Evelyn y Peggy.

"Veo que se está abriendo paso entre los candidatos, agente Parrish. Eso es bueno". Alabó, y luego se volvió hacia Hodge, que seguía gimiendo y quejándose en el suelo.
"Levanta el culo de esa suciedad y ponte en esa fila en posición firme hasta que venga alguien y te diga lo que tienes que hacer".

Hodge se levantó con la cabeza alta: "Sí, señor". Resopló un par de veces, intentando que la sangre se quedara en su nariz.

"El general Patton ha dicho que 'las guerras se libran con armas, pero las ganan los hombres'. Vamos a ganar esta guerra porque tenemos los mejores hombres". El final de su frase vaciló ligeramente al mirar al hombre más pequeño. "Y por lo que están haciendo para ser mejores. Mucho mejores. La Reserva Estratégica Científica es un esfuerzo aliado formado por las mejores mentes del mundo libre. Nuestro objetivo es crear el mejor ejército de la historia. Al final de esta semana, elegiremos a ese hombre. Él será el primero de una nueva raza de super-soldados de la reserva estratégica. Y ellos escoltarán personalmente a Aldolf Hitler a las puertas del infierno. " El Coronel Phillips terminó su discurso.

"¡Fallo!" Evelyn gritó: "Excepto tu, soldado". Señaló hacia el escuálido.

El hombre miró a su alrededor para ver si estaba señalando a alguien más, y se señaló el pecho. "¿Yo?", preguntó.

"Sí, tú. Todos los demás, lárguense". Evelyn vio cómo todos se alejaban y el hombre se acercó a ella.

"¿Qué vas a hacer? No quiero que me echen. Haré lo que pueda, de verdad", su mirada se volvió frenética.

"No estoy aquí para echarte", se rió Evelyn, calmándolo. "¿Cómo te llamas, soldado?"

"Steve Rogers, señora", dijo.

"Por favor, no me llames señora, me hace sentir vieja", le notificó ella.

"Lo haré señ.. Agente", dijo él.

"Me llamo Evelyn Parrish", le dijo Evelyn.

"Lo sé", dijo Steve haciendo que Evelyn levantara la ceja. "Mi mejor amigo solía estar enamorado de ti. Y vi el escaparate del coche volador la otra noche".

"¿Lo conozco?" preguntó Evelyn, refiriéndose a su amigo.

"Lo dudo".

"Entonces, ¿por qué quieres unirte al ejército?" Preguntó Evelyn. "¿Es para matar a los nazis? ¿Para conseguir las chicas? ¿Sólo por 'el rollo'?".

"No agente, lo hago porque no me gustan los matones. No importa de dónde vengan", le informó.

Una mueca se abrió paso en su rostro. Nunca había oído a nadie decir eso. La mayoría de los soldados que conoció sólo querían matar nazis o acercarse a las enfermeras que no parecían poder quitarles las manos de encima.

"Vete, Rogers". Steve asintió y se alejó.