AGENT PARRISH-STEVE ROGERS [1]

CAPÍTULO 20

Steve pasó los últimos días intentando ahogarse en alcohol. Se sentó en una sillita del reventado Stork Club, con una botella de alcohol en la mano. Miró hacia la maltrecha pista de baile y se imaginó a Evelyn dando vueltas con su vestido rojo, sonriendo felizmente y disfrutando del momento. Steve hizo girar la bebida cuando oyó que se acercaban unos pasos. Se giró para ver quién venía y vio a la agente Carter a unos metros de distancia.

Volvió a darse la vuelta. Steve dejó escapar unos cuantos mocos más antes de, una vez más, llenar su bebida. "El doctor Erskine dijo que el suero no sólo afectaría a mis músculos, sino a mis células. Crearía un sistema de protección de regeneración y curación. Lo que significa que no puedo emborracharme". Steve jugueteó con el vaso de alcohol en sus manos antes de dar otro sorbo. "¿Lo sabías?"

"Tu metabolismo quema cuatro veces más rápido que el de una persona media", Peggy cogió un taburete y lo puso junto a Steve. "Pensó que podría ser uno de los efectos secundarios". Steve miró su bebida mientras Peggy tomaba asiento. "No fue su culpa".

"¿Has leído el informe?" preguntó Steve.

"Sí."

"Entonces sabes que eso no es cierto", dijo Steve.

"Hiciste todo lo que pudiste. No pudiste evitar lo que les pasó a Evelyn y James", dijo Peggy. "¿Creías en tu amigo? ¿En Evelyn? ¿Los respetaste?" Steve no respondió, y Peggy tomó eso como su respuesta. "Entonces deja de culparte. Permite a Barnes y a Eve la dignidad de su elección. Seguro que pensaron que valías la pena".

"Hubo una vez, después de la muerte de mi madre.... Me metí en problemas. Bucky vino y me sacó, como siempre hizo, y la única vez que necesitó que le devolviera el favor, no pude", Steve bajó la mirada.

"Dudo que sea tan sencillo", dijo Peggy.

"Todo lo que tenía que hacer era aguantar", dijo Steve. "Los quería, Peggy".

"Y yo amaba a Evelyn", Peggy bajó la mirada. "Ella fue la única persona que me entendió de verdad, a la que le costó tanto entrar en el cuerpo. Nos llevábamos tan bien, que los hombres nos juzgaban mal".

"Nunca pensé que me enamoraría de Evelyn", admitió Steve. "Pero supongo que eso no se puede cambiar". Tras unos segundos de silencio, Steve cambió de tema. "Voy a ir tras Schmidt. No voy a parar hasta que todo HYDRA esté muerto o capturado".

Peggy se quedó sentada, pensando en la decisión que estaba tomando. Le sonrió ligeramente. "No estarás solo".

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"Johann Schmidt pertenece a un bughouse. Se cree un dios y está dispuesto a volar medio mundo para demostrarlo, empezando por los Estados Unidos", el coronel Phillips señaló el mapa de América. Se estaba celebrando una reunión en la base subterránea. Todos tenían un motivo serio para detener a Schmidt, ahora. Lo convirtió en algo personal.

"Schmidt está trabajando con poderes más allá de nuestras capacidades", habló Howard, sin dejar de mirar hacia abajo, dando vueltas al vaso de alcohol que tenía en la mano. Todos se volvieron hacia él, sorprendidos de que hubiera hablado. No había dicho nada en la última semana. "Si consigue cruzar el Atlántico, arrasará con toda la costa este en una hora".

"¿Cuánto tiempo tenemos?" Gabe Jones habló.

"Según mi nuevo mejor amigo, menos de 24 horas", dijo el coronel Phillips, refiriéndose a Zola.

"¿Dónde está ahora?"

"La última base de HYDRA está aquí", el coronel Phillips señaló una foto. "En los Alpes, a 500 pies bajo la superficie". Tiró las fotos sobre la mesa para que todos pudieran pasarlas y echarles un vistazo.

"Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer?" preguntó Dum-Dum.

"Quiero decir, no es como si pudiéramos llamar a la puerta principal", dijo Jim.

"¿Por qué no?" preguntó Steve. Todos se volvieron hacia él, poniéndole cara de "¿estás hablando en serio?". "Eso es exactamente lo que vamos a hacer".