Sueño lijero

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- Aletheia, hermana venga despierta, hay que
prepararse para la fiesta de esta noche, ya está el desayuno servido en la planta baja.

La chica se postró en la cama gesticulando un somnoliento bostezo mientras su hermana la despojaba de sus sábanas desperezándola

- ¿Qué hora es? Pero si apenas está amaneciendo Bianca. (Espera ...¿Bianca? ¿cómo que conozco su nombre? ¿dónde estoy... y por qué me ha llamado Aletheia?)

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- Psss... - Entre susurros y un pequeño pellizco -Alicia tia ... despierta, el profe se va a enfadar.

- Vi-... Violeta ... Bua ¿cuánto tiempo llevo así? -Preguntó pegando un respingo de la silla

- Unos diez minutos, entiendo que economía te aburra, pero ya es pasarse, anda siéntate bien y para ya de pegar cabezadas que el profesor te ha mirado con mala cara ya un par de veces.

Violeta era una joven estudiante muy responsable al igual que Alicia, sin embargo esta última tendía a dormir poco a cambio de leer hasta altas horas de la madrugada, incluso en días lectivos.

Tras acabar la clase Alicia se dirigió a su casa muy cansada, esa noche se había desfasado especialmente leyendo y las secuelas de ello estaban haciendo mella en el día de hoy.

- Joder que mal, me he dormido en clase y por si fuera poco en economía... Bueno esta noche me acostaré antes para estar atenta en clase, o al menos para no dormirme irremediablemente 10 minutos en la cara del profesor.

Llegó la noche y Alicia hizo el amago de ir a dormir temprano, lo que sorprendentemente acaba cumpliendo.

- ¡¡¡Aletheia!!! Venga ya, quedan tan solo dos horas para la fiesta, has estado todo el día acostada en la cama...

- ¿Bianca? (Espera... otra vez este sueño...)

- Mira hermana, entiendo que yo te pueda resultar cansina, pero ya sabes que me entusiasman las reuniones sociales y esta no es una cualquiera, tengo un presentimiento...

Aguantándose la risa, claro indicador de que realmente sabía algo sobre el evento.

- Oye pero que yo no soy Aletheia, mi nombre es Alic... (espera, solo es un sueño... ¿por qué no le sigo la corriente y me lo paso bien un rato?)

- ¿Qué dices hermana ? -Preguntó la menor desde la otra punta de la habitación mientras cambiaba objetos de un lado a otro con nerviosismo.

- Nada... no importa Bianca. Oye, la fiesta de esta noche...

- ¡¡¡Claro Aletheia!!! No tenemos tiempo, levanta ya de esa cama y siéntate en la cómoda.

Mientras la joven se levantaba de la cama se dio cuenta de la extraña decoración de la estancia, parecía de otra época, pero no le propició mayor importancia y siguió las indicaciones de su supuesta hermana.

- Lo primero de todo, una crema de rosa mosqueta.. genial, ahora un poco de polvos arsénicos para emblanquecerte esa piel tostadit-... -Se vio interrumpida por la otra chica*

- ¿Cómo que arsénico? ... ¿Estás loca ?

- ¿Por qué hermana? Si sabes que es mi producto favorito, bueno... junto con la belladona.

- ¿Belladona? -Preguntó Aletheia

- Si, ya sabes.. las gotas para los ojos, así se ven más bonitos y brillantes para mis posibles futuros pretendientes cuando sea presentada en sociedad. -Dijo la pequeña ruborizándose inocentemente.

- ¿Espera, en que año se supone que estamos?

- Jajaja pero que pregunta es esa Aleth- ...

- ¡Responde! -Ordenó la mayor de ambas interrumpiendo a Bianca.

- Vale vale, está bien... en 1840

- Epoca victoriana... claro.. de ahí esta decoración y lo del arsénico. -Habló para sí la joven de cabello rubio. -Está bien Bianca, preparémonos para esa fiesta pero no uses el arsénico ni la Belladona por favor.

La Rosa BlancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora