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No es posible explicar cuando fue el momento exacto en que las cosas cambiaron a una agradable rutina que le hacia sentir bien a ambos.

El tiempo pasaba y mientras la pancita de Jimin crecía poco a poco igual el lazo entre omega y beta se fortalecía.

Primero, Yoongi comenzó a llevarle el almuerzo a Jimin los lunes, pues se había dado cuenta de lo aturdido que se encontraba el omega ese día en específico de la semana, tanto así que a veces probaba alimento hasta las tres de la tarde, que era cuando se retiraba de la escuela, eso en un buen día, claro. A Yoongi de ninguna manera le molestaba prepararle de comer al omega, al contrario, encontraba una grata sensación al saber que al omega le encantaban sus preparaciones.

De los almuerzos para el trabajo, vino la buena relación que los omegas, Seokjin y Jimin, comenzaron a formar. De ves en cuando organizaban cenas, ya fuera en casa de Jin, Yoongi o el departamento de Jimin. Cosa que tenía encantado al omega, ya que desde que Jungkook había formalizado con Taehyung no tenía a su mejor amigo prácticamente viviendo con él y extrañaba sentirse acompañado. Claro que lo entendía y le hacia feliz verlo al fin con el omega que tanto adoraba.

Las videollamadas entre Yoongi y Jimin se hicieron comunes, a veces veían una película simultáneamente. La voz del contrario les hacía una buena compañía mientras cocinaban o trabajaban en casa. Sea como sea, era bueno para ambos no sentirse solo.

Inclusive, el beta lo llevó a la estética para por fin quitarse el color rosa del cabello y dejarlo en un elegante negro azabache. Mientras, Jimin dusfrutó de un relajante masaje en los pies.

Jimin se sintió aun más apegado a Yoongi cuando vino la segunda visita con el obstetra. Decir que estaba nervioso era una blasfemia, pues estaba aterrado por las nuevas noticias. El beta estuvo ahí nuevamente, sosteniendo su mano y calmando sus miedos con palabras que le hacían recordar todo lo que había estado luchando.  La obstetra le confirmó que todo estaba como debería a sus doce semanas de embarazo. Aunque no pudo saber el sexo de su bebito, pues él estaba muy cómodo en su posición como para mostrarles. El omega salió eufórico y esta vez con lágrimas de nada más que auténtica alegría, la cual, Yoongi estuvo ahí para compartirla.

En esas semanas que habían pasado juntos, jimin no se preguntó o analizó los motivos de su vínculo tan reforzado. Simplemente se sentía bien estar uno con el otro y creí realmente que la amistad era lo único que los unía.

— Namjoon ya esta mejor, en unos días iremos a que lo revisen y le quieren el yeso — le contó Jin, con quien hablaba por teléfono.

— Eso es bueno, se ha estado cuidando mucho y ahora sé que eso es un gran logro — dijo Jimin mientras limpiaba un poco su casa.

— Lo sé, Namjoonie es despistado, pero bueno, así lo amo — río Jin —. Por cierto, el viernes te espero aquí en casa.

— Muchas gracias por invitarme otra vez, cocinas delicioso y quiero probar ese pay de manzana que dice Yoongi te queda exquisito— comentó emocionado.

— Por supuesto que cocino delicioso, debes saber que yo le enseñé todo lo que sabe a ese hombre — su voz orgullosa hizo sonreír a Jimin.

— Ah, yo nunca eh sido buen cocinero y menos Jungkook, con mi embarazo me hice un completo glotón por las comidas de Yoongi — al mismo tiempo que decía comía una de las banderillas que Yoongi le envió por la tarde. Su meta de limpiar el departamento se había visto interrumpida por el hambre.

— Sí... yo igual en mi embarazo comía mucho — la voz de Jin sonó algo extraña.

— ¿Qué pasa, Jinie? — preguntó al darse cuenta del cambio en su voz.

¡Tendremos un bebé! (Yoonmin) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora