🌼6

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Después del día tan triste, Jimin planeaba echarse a llorar por toda la tarde en su sillón, quizá comer helado... no, no, no podía excederse con la azúcar o cualquier otro alimento que fuera dañino para su cachorrito no nacido. Ahora más que nunca debía ser responsable con su alimentación.

Hizo una mueca, pues la verdad siempre había sido algo descuidado con su comida.

— Llegamos —. La voz de Yoongi se escuchó clara y el simplemente suspiro.

— Gracias, Yoongi — sonrió pequeñito y se desabrochó el cinturón.

— J-jimin — le llamó dudoso el beta.

— ¿Sí? — se detuvo con su mano en la manija.

— C-cuidate — Yoongi quería decir algo más que cuídate, sin embargo, las palabras no salían. Se sentía abrumado. Además, había sentimientos que recorrían su cuerpo y no sabía como controlarlos.

— Lo haré — apenas se escucho el suave sonido de la voz de Jimin.

Jimin se bajó e hizo un suave movimiento de mano para despedirse. Yoongi no lo detuvo.

El omega entro al edificio sin saludar a ninguno de sus vecinos que encontró en el camino. Se subió al elevador, que por suerte iba vacío, y tecleo el número de su departamento.

Suspiro y retuvo las lágrimas, apretó sus puños, tratando de contener los gritos que querían salir de su garganta.

Salió del elevador, temblando y con los ojos nublados por las lágrimas. Apenas pudo teclear la clave de su departamento.

No era justo, pensaba Jimin con mucha impotencia. Él solo quería un bebé, quería ser padre.

En su cabeza había creado el plan ideal para formar su pequeña familia.
Iría a una clínica de fertilidad, se haría la inseminación y quedaría en estado. Su bebé nacería, se tomaría un año del trabajo y después lo enviaría a una guardería, para el seguir trabajando constantemente y darle todo lo que se merecía. Ese era su plan, no muy elaborado, pero le parecía bien.

Claro que, ahora, todo estaba fuera de sus expectativas.

No contaba con que se encontraría con un hombre tan simpático que le haría tener sexo en la biblioteca de una casa ajena, joder, el no era un adolescente en fiestas universitarias. Pero, Yoongi lo había hecho sentirse así, lo hizo sentir deseado y sexy. Un hombre hermoso, no solo un director de primaria recto y amable.

Por supuesto, jamás intuyo que bastaría ese encuentro para quedar embarazado.
¡Un día! Llevaba un día sin anticonceptivos, después de usarlos por años creyó que no sería tan fácil. También, se confió de que todos los libros de biología decían que un omega era más compatible con un alfa, que el omega se negaba a procrear un hijo con un beta. Bueno, al parecer todos los libros estaban equivocados o su lobo encontraba como padre ideal a ese beta.

Con todos los acontecimientos tomo una decisión difícil de la cual no se arrepentía.
Quería a ese bebé, sin importar qué. Estaba creciendo en su vientre y era suyo.

Le reveló la verdad a Yoongi y ahora que lo pensaba... había sido egoísta, por supuesto que Yoongi no tenía la menor idea de cómo reaccionar ante su decisión y peor aun, lo hizo acompañarle a una cita con el obstetra.

El obstetra... quería pensar que no era culpa del doctor, pero lo hizo entrar en un ataque de pánico. Le hizo creer que su pequeño bebé tenía una sentencia de muerte y eso lo destruyo, más aún porque era su cuerpo el que ponía las trabas para que pudiera desarrollarse.

Se secó las lágrimas y acarició su vientre, ese que aún estaba igual de recto que una tabla.

Sonrió acariciando debajo de su ombligo.

¡Tendremos un bebé! (Yoonmin) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora