Park Jimin es un omega de treinta años que esta listo para ser padre, sin embargo no tiene una pareja.
¡No importa!
Él puede hacerlo solo.
Antes de someterse a un tratamiento de inseminación conoce a alguien qué cambia su vida.
●Historia de capítu...
Jimin se observaba en el espejo de cuerpo completo en su baño. Traía puesto un bóxer y sonreía al ver su pancita, la cual día a día, desde que supo que estaba embarazado, observaba con mucha atención para ver cualquier crecimiento hasta que finalmente pudo apreciar una elevación en su vientre.
— Pequeño, estoy ansioso por conocerte — acarició desde arriba de su ombligo hasta su vientre bajo.
Parpadeó para disipar las lágrimas que de manera traicionera querían salir de sus ojos. Se aplicó la crema que Jin le recomendó y comenzó a vestirse.
Se sintió un poco frustrado cuando sus pantalones apenas y podían cerrarse. Lo solucionó poniendo una liga para el cabello en la horquilla. Ideas en cinco minutos por primera vez le servían de algo.
Se puso un poco de perfume y se apresuró a salir. Se le hacia tarde, como los últimos días del mes. Se sentía más lento y cansado.
Salió lo más rápido que pudo del edificio y vio el coche plata de Yoongi. Internamente sonrió.
— Buen día — saludo al beta en cuanto entro al coche.
— Hola, buen día — sonrío Yoongi y sin esperar más encendió el auto.
— Hasta ahora no te había visto con un gorrito, te ves adorable — habló el omega al notar el beanie de color azul.
— Suelo usarlos mucho, solo que el perrito de Taehyung tiene una manía de orinarlos y ya no devolverlos — contó recordando al pequeño Tannie.
Jimin rio al imaginarse al consentido cachorro en una camita hecha de gorritos de Yoongi.
— Tal vez esta marcando territorio y quiere decir que le gustas — insinuó.
— Probablemente, pero se ha convertido en un traidor — decretó suspirando —. Ya olvido mis gorros y ahora orina los calcetines de Jungkook.
Jimin rio escandalosamente por la cara de enojado de Yoongi.
— Es verdad, ellos prácticamente viven juntos aunque lo nieguen — recordó el fin de semana que fue a casa de su amigo y prácticamente había tantos cambios que eran agradables de ver. Como la cama de Yeontan, algunos cuadros, una nueva vajilla y hasta un librero destinado a muchas cosas de Tae. Con todo eso aun no lo aceptaban. Tal vez porque las personas creerían que iban demasiado rápido, cosa que no pensaba Jimin, él creía que no había un tiempo exacto para amar a alguien, quizá desde la primera vez tenían química, después de dos meses o hasta después de años. Por lo que, el estaba feliz por ambos.
— Ya nos darán la noticia en cualquier momento — aseguró el beta.
— Tienes razón — asintió para si mismo.
Yoongi se estacionó en frente de la escuela y Jimin se desabrochó el cinturón de seguridad.
— Nos vemos a las tres — dijo Yoongi entregándole la lonchera.
— Hasta las tres — Jimin le regaló una preciosa sonrisa de ojos pequeños. Salió del coche, pero se sintió algo vacío. Como si le faltara algo... Bah, imaginación suya.
Al girarse pudo ver al mayor salir del estacionamiento de la escuela. Sonrió y se encaminó al interior de la escuela.
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