Me sentía extraña. Sentía en todo el cuerpo una especie de cosquilleo que iba de adentro para afuera.
Ya prácticamente no dormía, me sentía amenazada todo el tiempo y cuando lograba dormir tenía pesadillas horribles.
Las marcas de mi espalda se habían cicatrizado, no podía explicarmelas aún, ya no dolían como aquella noche en que las descubrí pero palpitaban levemente casi todo el tiempo.
A veces en el colegio, al estudiar o en mi trabajo, el papiteo se hacia un poco más fuerte y en ciertos momentos hasta quemaba. Aquello no era agradable puesto que no dejaba que me consentrase.
No pude evitar sentír la presencia de algo mientras iba camino al trabajo, ni cuando estaba en mi propia casa o hasta incluso cuando estaba sola en los pasillos del colegio.
Y a todo eso se sumaba lo desesperada que estaba por ir al bosque. Pasar tan cerca de los árboles todos los días sin poder subir a uno era un calvario para mi.
Necesitaba de nuevo las alturas, necesitaba descargarme allí, necesitaba desahogarme sin que nadie escuche, necesitaba un lugar en donde pensar, necesitaba mi bosque.
Últimamente John y la señora Crevey se comportaban extraño, obviamente lo disimulaban pero yo no era tonta. Se veían preocupados y alerta en todo momento, observaban mis pasos y todo cómo estuviese haciendo.
No supe como actuar ante eso así que fingi no darme cuenta de nada. El señor Crevey era muy agradable e iba de vez en cuando a visitar a su esposa en sus horas libres. La pequeña Bella era la niña más inquieta y tierna que había visto, andaba por el restaurante como sí estuviese en su casa y no tenía ni una pizca de vergüenza para hablar con los clientes, igual que su madre diría yo. A causa de ello varias veces tuve que interrumpir en eso y encargarme de Bella disculpandome con los clientes.
Mis días se volvieron cortos y rutinarios y las noches largas y tediosas, de repente me sentía una completa extraña en mi propia casa que hasta olvidaba quién era realmente, quería salir se allí e ir a algún lugar donde pudiera sentirme segura, pero, ¿dónde era ese lugar sí no mi propio hogar?
Lo bueno que me estaba pasando por el momento era que empezaba a llevarme bien con Dash.
Se había vuelto más responsable pero no por eso aflojaba mi forma de tratarlo en cuanto estudio trataba. Descubrí que vivía con sus tíos desde que tenía uso de razón y que Patrick era más su hermano que un primo.
Me atreví a preguntarle sí los rumores de sus antecedentes por peleas eran verídicos y el me los confirmó, cuando le pregunté por que se limitó a decir que no le gustaba que la gente lo molestara, lo dijo como amenaza ya también de pasó pero estar tantas horas con el habían hecho que mi miedo y la intimidad que sentía hacia el hubieran desaparecido casi por completo.
Jamás conoció a su padre y su madre murió asesinada cuando el era muy pequeño, y por esa razón sus tíos lo habían adoptado como uno más. Aquella revelación me sorprendió demasiado y a partir de ahí trate de ser más comprensiva con él.
Resulto que una vez que había más confianza Dash podía ser agradable, hasta divertido. No compartiamos muchos gustos pero al menos estábamos bien, mucho mejor que cuando nos conocimos.
Una leve capa de nieve ya adornaba las calles, el frío me gustaba pero definitivamente no como a John.
-¡El frío es lo mejor, no se cómo no te gusta! -me exclamó una vez ida al restaurante.
-No es que no me guste, simplemente prefiero el calor donde me basta con ponerme un short y una blusa para estar cómoda y no dos kilos de abrigo.
El río a carcajadas, pasa que mi madre temía que me enfermara asi que me hacia poner mucho abrigo y yo aparentaba tener al menos 5 kilos más.
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"Angel" - La Verdad (I)
Novela JuvenilViolet es una chica joven que intenta descubrir su camino como cualquier persona, pero lo que ella no sabe es que su destino es mucho más grande de lo que cualquiera podría imaginarse. Con una vida normal empieza a descubrir cambios en ella misma y...