Capítulo 05

55 13 39
                                    

☠︎✞︎

Una semana antes de la tragedia

Caminaba sola por las solitarias calles mientras pequeñas gotas de agua que se habían quedado estancadas en las ramas de los árboles mojaban algunos mechones de mi pelo.

El aire post-invernal chocaba contra mi piel haciendo que me estremeciera. Un precioso arcoíris decoraba el cielo el cual tras la casi despedida del sol se estaba tornando de naranjas tonos.

Todavía seguía pensando en las palabras de la hermana de Aroon y la llamada. Y una sensación de temor me invadía. Esa sensación de que estas haciendo lo que alguien quiere y tienes el pequeño presentimiento que no será algo bueno para ti, no lo puede ser, es imposible cuando lo que vas a hacer es seguir una pista que ha dejado un asesino.

Intenté apartar esos pensamientos y continúe el camino hacia mi bloque de edificios.

La calle yacía vacía, solo algunos gatos y árboles secos la decoraban, y a pesar de el fúnebre ambiente me permití admirar el cielo, ligado en naranjas tonos con pequeñas y blancas nubes. Me quedé anonadada mirándolo cual obra de arte.

Seguí a mis pies sin la ayuda de mis ojos, supongo que después de tanto estrés este pequeño momento me hizo desconectar, al final del día lo más hermoso siempre está en lo más simple, como un atardecer.

Mis ojos continuaban admirando ese natural espectáculo hasta que un bulto el cual hizo que tropezara me hizo caer en la realidad.

En la cruel realidad en la cual había un asesino, y mi ser implicado inexplicablemente en eso, en la que todo rastro de estabilidad dejó mi cuerpo, en la cual los muertos caían del cielo, o, a veces, simplemente estaban frente a nuestros pies... como ahora.

Bajé mi mirada para mirar el causante de mi tropiezo y solté un grito ensordecedor cargado de miedo.

Un cuerpo ensangrentado, sin ojos y con muchísima más sangre brotando de estos -o de los agujeros donde debían de estar- Un pie estaba roto y virado hacia arriba en una posición notablemente dolorosa, explicado mejor, la rodilla apuntaba al suelo, los talones al cielo, y los dedos de estos hacía la derecha y izquierda. De su estómago yacía un agujero y varios órganos saliendo de dicho agujero. Y en su mano... en su mano estaba el corazón y otros órganos como la lengua. Pero lo más terriblemente perturbador era una nota enrollada en los agujeros donde debían estar los ojos.

Mi cabeza comenzó a doler, y quería sacar la nota, pero me quedé paralizada, mi voz no salía, lo único que salía de mi eran lágrimas, mis manos temblaban tal gelatina, mi corazón acelerado, mi ser paralizado...

Sentía un peso sobre mi que no me permitía moverme, una sensación de ahogo, comenzaba a sentir una fuerte ansiedad y quería gritar, correr, pero no podía.

Y parpadeé, lo hize varias veces, lo más fuerte que pude intentando convencerme que todo no era más que una muy mala pesadilla y que estaba durmiendo.

Pero no era así, yo estaba parada ahí y el cadáver al frente de mi.

Y volví a parpadear.

Esta vez logré aceptar la situación y estaba al menos consciente de lo que sucedía.

Abrí los ojos.

Y los abrí para encontrarme nada más y nada menos que...

Nada

¡No había nada!

¿Entonces qué había acabado de pasar?

Todo fue demasiado real, y estoy totalmente segura de lo que vi.

Cuando los ángeles lloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora