Capítulo 13

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«La curiosidad mató al gato»

Y realmente no saben cuanto hubiese dado en ese momento por nunca haber caído en la curiosidad, por nunca haber abierto el libro, por nunca traducirlo, por nunca haberlo encontrado.

Pero el Diablo no existe; ¿o si?.

¿Nunca les ha pasado que dicen no creer en una religión pero a la vez no la insultan "por si acaso"?Pues así siempre ha sido todo para mí.

Hubiese querido con todo mi corazón dormir, bloquear y olvidar todo, hacer como si nunca hubiese pasado nada, pensar que al otro lado de la frontera mi madre me estaría esperando con una taza de chocolate caliente cuando volviera de la universidad en las vacaciones, nunca haber conocido a Sasha, nunca haber tenido esas "alucinaciones" que aún muy en el fondo me aturden, hubiese querido no haber sufrido tanto y no sentirme vacía de esta forma, desearía con todo mi corazón jamás haber sentido de más por Julio, no haber disfrutado ese beso, no querer hacerlo de nuevo.

Pero simplemente no podía, me era imposible.Y todo esa carga que la sentía como una mochila llena en mi espalda fue lo que me permitió estar así ahora.

A las 3:08 de la madrugada sentada con los pies cruzados en mi cama y sientiendo unos nervios en mi estómago que —ojalá— fuesen por amor, más estos eran por miedo.

Julio atravesó la puerta con tres tazas de chocolate caliente para beber, me ofreció una y la arropé entre mis manos sientiendo el olor que esta emanaba.

Chocolate

Los dolorosos recuerdos de las noches de chocolate y películas con mi madre me aturdieron por un segundo pero puse todo mi esfuerzo para bloquearlos y destruir el nudo en mi garganta.

A uno de mis lados yacía ojeroso Aroon quien se había quedado aquí traduciendo todo lo que pudiera del libro.

Tal vez era estupido terminar de traducir un libro que en la primera página tenía una frase supuestamente escrita por Satanás

Pero; ¿qué más podíamos perder?

Es decir, en caso que fuese verdad, la maldición ya estaba hecha.

Mis ojos viajaron a Julio, su pelo rubio desordenado, sus labios mientras tomaba de su taza, sus ojos concentrados y a la vez lejos de aquí, como en su propio mundo, esta vez era notable que al menos, en su mundo, ya no llovía.

Supongo que el tener mi perdón y saber que en realidad no le guardo rencor alivió una gran parte de su ser.

Aroon bostezo y me miró con una mirada emocionada abriéndose paso entre todo el cansancio - Traducí las primeras treinta páginas

-Genial. ¿Y las demás?

-Lo intenté, pero después de las primeras treintena páginas, las demás están escritas raro, puede ser latín.

Tomé las hojas en las que había escrito la traducción y comenzé a leer captando así la atención de ellos dos - "Desde la oscuridad salen los más peligrosos monstruos, no los asustes, al más mínimo suspiro se llevarán tu alma. Corre lejos de ellos, y huye tan rápido de modo que al finalizar de correr estés a su lado, pero tan oculto entre la oscuridad que solo un alma vagante podrá verte andar por su habitad, camina entre los muertos y encuentra ahí una nueva casa, un nuevo poder, una nueva maldición"

Tragué en seco al terminar de leer eso último y le pasé una mirada rápida a Aroon y Julio mientras me disponía a continuar - Satanás, Belcebú así se llama él, el ángel de la muerte, una sádica adicción de acabar con la fuente que le pone rostro a tus pensamientos, sacar un ojo, la sangre que se derrama, sus seguidores vendrán, ese es el llamado, generación por generación, hasta ponerle fin, pero no hoses a no seguir estrictamente la tradición, de ser así desde las más oscuras partes saldrá él a destruirte tan lentamente que solo querrás morir para acabar con todo el dolor, una vez que tus ojos visualicen estas letras tu alma ya habrá sido vendida, desde la primera vez que pronunciaste su nombre e incluso la primera vez que lo escuchaste...Esta es tu nueva casa, las entrañas del infierno y el ardor de lo satánico.

Cuando los ángeles lloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora