Capitulo 10

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☠︎✞︎

-¡Ayuda!- Otro grito desgarrador me hizo estremecer

Julio, Aroon y yo compartimos la misma mirada de desconcierto y miedo, y no sabía leer mentes pero se que todos estábamos pensado lo mismo.

Vamos; ¿o no?

Lo lógico hubiese sido irnos sin aventurarnos a averiguar el por qué y de quién son esos gritos, y de hecho, lo hubiésemos hecho, de no ser porque la voz de la que provenían se me hizo conocida.

Retrocedí unos pasos dispuesta a aplicar el "Paticas para que las quiero" cuando lo volví a escuchar.

-¡Socorro, por favor! - Era una voz femenina

- Tenemos que ir - Hablé

- ¿Estás loca?- Bufó el castaño molesto

- No, esa es la voz de ... - Dije su nombre

-¡No! No irás- Afirmó Aroon

- ¿Me estás intentando prohibir algo?- Pregunté molesta

El se pasó una mano por la cara en señal de estrés- No - Dijo esta vez más relajado - Solo no quiero que te pase nada.

Sin pronunciar palabra le pasé por al lado enojada chocando —a propósito— con su hombro, dispuesta totalmente a ir, sea con, o sin su ayuda.

- ¡No te dejaré ir sola!- Gritó desde atrás de mi

- No me tienes que dejar hacer nada, yo lo haré, te guste o no.- Sentí su mano agarrándome del brazo mientras me viró

- Escúchame; ¿y si es el asesino? Solo no quiero que te maten ni te pase nada- Noté lo realmente cerca que nuestro cuerpos se encontraban, si solamente me echaba un centímetro para alante podría sentir todo de él.

- ¿Desde cuándo a ti te importa lo que a mi me pase o me deje de pasar? - Respondí safándome de su agarre con un brusco movimiento

Dirigió su mirada a el suelo dudando un tanto- Desde mucho antes de lo que te imaginas Ari

Continué mi camino - Si eres tan cobarde como para dejarla a ella ahí, pues hazlo, solo demostrarás quien eres y ahí está la puerta

- Yo voy - Agregó Julio pasándole por el lado a Aroon

-¡Socorro! - El grito de ella era más desgarrador que antes

-Viene de arriba - Me miró Julio - ¿Estas segura?

- Si - Contesté subiendo las escaleras

Grafitis se encontraban en cada pequeño espacio de la desgastada pared que envolvía la escalera, eso sin contar los repetidos escalones que simplemente no se encontraban, inclusive noté que había una pequeña bombilla pero como era de esperar estaba rota en pedazos causando así que dispongamos de nuestras linternas para poder ver algo, la basura que estaba esparcida por todo el camino llegaba a ser abrumadora dándole así un terrible olor a este lugar que de por sí no era nada bonito.

Dirigí la dirección de mi linterna hacia mi derecha, mis ojos vieron algo que inmediatamente causó que nuevos nervios brotaran de mi... sangre.

Llegaba a ser gracioso que alguien como yo que ha visto tanta sangre derramada e incluso en mis manos, le llegue a dar nervios eso, aunque en sí, lo que me atemorizaba era que esa sangre proviniera de la persona que ahora gritaba desesperadamente.

Con cautela pasé mi temblorosa mano por la sangre antes vista y no me sorprendió el hecho de que esta saliera mojada de ese líquido.

Aunque si me causó un sentimiento de preocupación.

Cuando los ángeles lloranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora