Capítulo VIII - Lo Sabía

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Abría lentamente los ojos, lo primero que pudo ver, era como los últimos rayos del sol entraban por las ventanas de la habitación ¿Acaso se había vuelto a dormir? esperaba que no se volviera una costumbre, aunque no fuera malo en lo absoluto, no puede bajar la guardia de esa manera, menos, cuando se ha propuesto proteger a esos dos humanos con almas puras.

— No sabía que dormías — alguien habló de repente, no era necesario que viera de quien se trataba, podía reconocerlo perfectamente.

Suspiró.

— Ni yo, es algo nuevo.

—¿Cómo siguen tus heridas?

— Ya mejor, la medicina humana no es tan mala.

— Aizawa está preocupado por ti. Además de que el tema de las armas malditas, lo tiene algo... histérico.

— No lo culpo.

— Todoroki estoy de acuerdo con que descanses, pero ahora también creo que deberías regresar cuanto antes, entre más información tengamos del arma maldita que te hirió, estaremos mejor preparados. Y los sanadores ya regresaron de la última batalla, ellos podrían tratarte.

— Por ahora no puedo regresar.

— Si lo haces por esos dos humanos, puedes dejar a Eijiro y a Mina a que los protejan.

— Pero...

— ¿Qué sucede Todoroki? ¿No confías en ellos?

— No es eso Shinso.

— ¿Entonces?

Silencio...

— Bueno, tendras tus razones, solo venía a ver como seguías, es momento de que regrese — estaba a punto de irse, pero lo siguiente que escuchó lo detuvo en seco.

— Salúdame a Denki

El pelimorado estaba que no salía de su asombro, pensaba que había ocultado bien sus escapadas, las veces que venía al mundo humano, creía firmemente que había sido cauteloso con este tema, pero todo apuntaba que no fue así.

No hace mucho había conocido a alguien, a un humano específicamente. Fue en un día que tuvo que hacer una inspección ya que los demonios se habían puesto bastantes activos en diferentes partes del mundo y el escuadrón de Todoroki al que pertenece fue asignado a este sector.

Se habían dividido para revisar cada ciudad y casualmente había llegado a esta, se encontraba solo, pues era mucho terreno que tenían que cubrir por lo que Shoto había dado la orden de separarse y que si se encontraran con algún problema que no se enfrentaran solos, que regresaran al punto de reunión para dar aviso e ir inmediatamente, nada nuevo en realidad.

Sin embargo, pese a estar muy atento no sucedió nada fuera de lo normal, la ciudad ese día estuvo bastante tranquila y nada llamó su atención, nada hasta que sin querer vio algo por simple casualidad, era un joven humano rubio, iba caminando en una calle casi desierta, ya la noche había descendido, aunque eso no era un impedimento para que el pudiera ver lo que sucedía.

Vio cómo otros hombres lo seguían no muy lejos y el joven parecía no percatarse de ello, pues iba tan absorto en su celular para hacerlo. Cuando casi llegaba a un cruce los hombres por fin lo alcanzaron y lo obligaron a entrar a un callejón. Shinso sabía que iba a suceder, había vivido tantos años y ha presenciado tantas veces la maldad humana que no esto no era algo inusual. Se iba a dar la vuelta, por mucho que quisiera interferir, no puede ayudar a cada persona que se encuentre en peligro.

— ¡Suéltenme! Si quieren dinero, mi celular, aquí está solo llévenselo y ya — exclamó el joven que solo quería salir de esa situación, que seguramente lo estaba aterrando demasiado, pues se podía percibir el ligero temblor en su voz.

Eres un Ángel [Todobaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora