Tener una doble vida a Jeon Jungkook le pareció bastante divertido. Pero las mentiras y los engaños pueden costar caro. Y él, lo sabrá mejor que nadie.
❝ Estaría mintiendo si te dijera que no te deseo, Jungkook. Porque lo hago, a nadie he deseado a...
Yugyeom tomó los brazos de aquel joven que yacía semiacostado en la barra de aquel bar de mala muerte al que acostumbraba ir a embriagarse todos los días, cuando le era posible. Con cansancio trató de levantarlo, pero Jungkook se soltaba del agarre frunciendo el ceño y haciendo un puchero, que tal vez sería gracioso, o hasta en cierto modo tierno para Yugyeom, pero se encontraba tan fastidiado de aquella situación, que bufó con verdadera molestia.
— No seas un puto malcriado y levántate de una maldita vez. Si no lo haces, me iré…
— ¿Y qué esperas para largarte? Solo déjame aquí, ahogándome en mi propia mierda, Yugyeom. — comentó afligido, deslizando la copa de vidrio por la mesa, para dirigirse al barman — Y tú, sirveme otra ronda de coñac que la puta noche es larga…
El empleado asiente, y se aleja a obedecer la petición de aquel joven.
— No me pienso ir y dejarte otra noche aquí, no quiero que cometas una puta locura, Jeon. ¿Hasta cuándo? ¿Ah? ¿Hasta cuándo seguirás así?
Jungkook solo pudo cerrar los ojos con fuerza, tomar su cabeza con ambas manos y esconderla ahí, pues no deseaba que su amigo lo viese llorar. Pero ya era demasiado tarde.
— Seguiré así hasta cuándo mi cuerpo dejé de sentir, este puto dolor que carcome mi estúpido corazón enamorado, hasta ese maldito día voy a parar, y mientras tanto, no importa todo lo que tú y mis padres tengan que decirme. Yo voy a sobrellevar mi dolor como me dé la puta gana. Ahora, déjame solo.
Era inútil. Hablar con Jungkook era como hablar con la pared, nada podía hacer que su nuevo estilo de vida cambiase. Él estaba decidido a hundirse en su propia miseria, hasta el fin de sus días.
— Vale, me largo. Pero antes de hacerlo, tengo varias cosas que decirte, tal vez te importe un carajo, pero no pierdo nada con decirlo. — aclaró la garganta y comenzó hablar — Eres un cabrón Jungkook, un imbécil que ha preferido el alcohol que a su propio hijo. — Yugyeom observó como Jungkook detenía sus movimientos, mientras observaba un punto fijo , prestando atención — No te sorprendas si el juez dictamina que SoMin se quedará con la custodia de Jeno. Porque sabes que tú te lo buscaste. Cómo también sabes de la culpabilidad que sentirás después, por no luchar por él, y por decidir ser un maldito alcohólico de mierda, que solo va arruinar su vida, sabiendo que esas estúpidas copas, y ese llanto derramado, no hará que Taehyung regrese a tí.
Sin más que decir, Yugyeom giró sobre sus talones y se marchó. Dejando así, a un hombre que no podía parar de brotar lágrimas de aquellos ojos oscuros. Su mejor amigo tenía razón, él podría salir perdiendo en aquel juicio, y Jeno no lo merecía, su bebé de ahora cinco añitos, no merecía el infierno que seguramente pasaría si SoMin se quedase con la custodia. Jeon no lo permitiría, una vez lo perdió todo por sus malas decisiones, esta vez no lo haría igual, esta vez no sería un cobarde, lucharía por su bebé, puesto que era lo único que le quedaba.
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