Everything of You | kv

05.

Sostuvo la copa entre sus dedos y llevó el contenido de esta hacia sus labios. Saboreando el alcohol, midiendo un poco al saber que después de aquella comida en Sweet Night, tendría que volver a la oficina.

— Señores Choi, bienvenidos, vengan por aquí, adelante.

Jungkook escuchó a lo lejos y volteó hacia donde provenía la voz, un mesero acompañó a Choi y a su ex esposa SoMin a una mesa, no muy alejada de la suya. Rodó los ojos, por suerte ya había terminado su platillo, por ende, podría marcharse cuanto antes.

Con la mano llamó a Hoseok, que llegó de inmediato a su lado.

— La cuenta, y la propina. Muchas gracias Hoseok, te veo después.

— Cuídate Jungkook, nos vemos luego.

Jeon se levantó hizo una pequeña venia y comenzó a caminar, pero escuchó su apellido ser dicho por Choi. Detuvo sus pasos y volteó con una sonrisa falsa hacia aquella mesa.

— ¿Te vas sin despedirte? Ven aquí muchacho, siéntate.

SoMin rodó los ojos y cruzó los brazos molesta, Jungkook no es como si no se sintiera igual, pero por cortesía aceptó la invitación.

— No pretendo quedarme mucho tiempo, tengo asuntos que resolver.

— Te entiendo, sé que eres un hombre muy ocupado, yo igual, pero mírame, saco tiempo de dónde no, para traer a mi bella esposa a comer en el restaurante más exitoso de Seúl. Mi restaurante.

Jungkook apretó la mandíbula con cólera. Al escuchar de la boca de Choi decir aquello con aires de grandeza, como si fuese cierto.

— Que seas socio, no te da el derecho a llenarte la boca diciendo que este restaurante es tuyo, tú sabes perfectamente quién es el dueño, y gracias a quién tiene el éxito que tiene.

— Claro que lo sé, pero él ha descuidado todo esto — levantó ambos brazos apuntando con obviedad el restaurante. — Eso me convierte en el dueño absoluto, si quiero se lo quito.

— Atrévete, hazlo y conocerás al verdadero Jeon Jungkook.

—¿Disculpen? No entiendo de qué están hablando ustedes dos… ¿Quién demonios es el dueño y porque tú lo estás 'defendiendo' tanto Jeon?

— Es algo que no te interesa SoMin y si me disculpan, tengo que irme.

Se levantó de la mesa mientras Choi asentía feliz por escuchar que Jeon se marchaba.

— ¡Jungkook espera!

Choi frunció el ceño hacia SoMin mientras ésta temblaba de nerviosismo al tener la atención del azabache.

— ¿Pu-Puedes decirle a Jeno que su hermanito — tocó su vientre —, está pronto a nacer? Dile que quiero que vaya a la mansión, y nos visite, lo extraño.

— Vale le diré, con permiso.

— Si quieres venir, también eres bienvenido, Jungkook.

— Está bien lo agradezco. Me voy, provecho. 

Se marchó, y SoMin le observó hasta que salió del restaurante.

— Yo soy tu esposo ahora SoMin. ¿Por qué jodidos lo ves así? ¿Lo amas todavía?

— ¿Qué estupideces dices? Claro que no.

— ¿Entonces qué fue todo aquello?

— Amabilidad. Te recuerdo que es el padre de mi hijo. Además, no me vengas con tus celos estúpidos que también tienes cola que te pisen, no quiero recordarte la barbaridad que me hiciste cuando apenas me embaracé.