Tener una doble vida a Jeon Jungkook le pareció bastante divertido. Pero las mentiras y los engaños pueden costar caro. Y él, lo sabrá mejor que nadie.
❝ Estaría mintiendo si te dijera que no te deseo, Jungkook. Porque lo hago, a nadie he deseado a...
Jungkook abrió la puerta principal, dejó que Taehyung entrara primero para después cerrar la puerta tras de sí.
— ¿Te molesta esperar un poco? Necesito tomar una ducha y quitarme el olor asqueroso de Choi…
Taehyung se escuchó un poco alterado por lo que Jungkook lo tomó por la cintura y le besó tiernamente. Taehyung suspiró más calmado.
— Tranquilo Tae, hazlo, yo iré a vigilar a Jeno y a tomar una ducha también ¿De acuerdo?
Taehyung asintió con la carita sonrojada. Jungkook dio la media vuelta para salir del apartamento.
— Ggukie, espera…
Detuvo sus pasos y volteo hacia él, Taehyung se acercó lo abrazó por el cuello y le besó, duramente, como acostumbraban hacerlo cuando eran más jóvenes. Jungkook de inmediato siguió el ritmo y controló el beso, haciendo a Taehyung jadear en su boca. Jeon lo necesitaba, quería sentirlo, continuar con aquel beso que había deseado pero no era lo correcto, lo sabía bien, así que se separó de inmediato creando así un chasquido que resonó en la sala de estar.
Taehyung asintió, besándole párpados, nariz y labios, provocando que este sonriera.
— No tardes.
— No lo haré.
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La sorpresa con la que se encontró Jungkook al llegar a casa, fue descomunal. Encontró a dos jóvenes persiguiendo como locos a una bolita de pelos que corría de un lado al otro halando con su hocico una caja de pizza que le doblaba el tamaño.
Jungkook se quedó observando todo de pie frente a la puerta, hasta que el cachorro soltó la caja de pizza y corrió hacia él, no lo dudo y lo tomó entre sus brazos frente a los ojos asustados de Jeno y compañía.
— Papá, puedo explicarte.
— Si que lo harás.
Jungkook caminó unos pasos y fue así como notó el desastre que era la sala de estar, cojines mordisqueados en el suelo por el cachorro en cuestión, huellitas en el piso de madera que venían del balcón donde yacía una maceta rota en pedazos con la tierra esparcida en el piso.
Jeno tomó la muñeca de Jaemin y la apretó con fuerza, ellos se imaginaron que Jeon daría el grito en el cielo.
— ¡Papá, él es Jaemin, mi amigo del instituto! — habló el azabache menor, tratando de distraer a su padre para no recibir un regaño.
Lo que ellos no sabían era que Jungkook se sentía tan feliz aquel día, después de ver a Taehyung y de darle unos cuantos besitos, así que él solo se limitó a sonreír y dejar a la bolita de pelos en el suelo.
— Hola Jaemin. — estrechó la mano con el menor — Es un gusto volver a verte.
El joven sonrió, y ladeó la cabeza algo confundido.
