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Lara | Capítulo seis

MIAMI
Enero, 2020

Mis ganas de abandonar la cama y hacer algo productivo se reducen a cero cuando veo el horrible día que hay a través de la ventana.

El cielo está totalmente gris, casi negro junto con las nubes cargadas listas para la tormenta que se acerca cada vez más. Por como vuelan las palmeras con el viento puedo prácticamente sentir el frío que debe estar haciendo afuera, por lo que es otro motivo para quedarme encerrada en el hotel todo el día.

Leo los mensajes del grupo, en el cual ya tanto las dos familias como Rodrigo y Gemma avisaron que no saldrían a ningún lado dado el mal clima. Me sumo a sus mensajes, avisando que yo tampoco haría nada al menos hasta que despeje un poco más.

Me decido a pedir servicio al cuarto cuando mi estómago carente de comida empieza a pasarme factura, necesitando ser llenado. Busco el menú que dejaron en la mesita de luz y elijo bien lo que voy a querer antes de llamar y hacer el pedido.

¿Twenty minutes? Okay, thanks. Have a nice day –agradeciéndole antes al de la recepción, corto finalmente la llamada.

Aprovechando los minutos que tengo antes de que me suban el pedido me quedo un rato más acostada, revisando un poco de mis redes sociales y contestando algún que otro mensaje que pasé por alto, más que nada los de mi familia preguntando sobre el viaje.

Les paso algunas fotos que me saqué durante estos días también, avisándoles de paso que mañana a la noche ya estaríamos saliendo del aeropuerto, haciendo una escala en Ezeiza y de ahí directo a Italia con mi amiga y su novio.

Alzo mis cejas con sorpresa en cuanto un mensaje por parte de Rodrigo aparece entre mis notificaciones, casi como si lo hubiera invocado.

Sólo llego a leer las primeras palabras desde la vista emergente, pero igualmente espero unos minutos más hasta entrar finalmente al chat y leerlo completo.

Rodrigo De Paul
me haces un lugarcito?
tu amiga está insoportable🙄

Dejo salir una risa ahogada, para nada asombrada con su mensaje. Y si, para que otra cosa me escribiría sino. Todo el día de ayer me ignoró y ahora le parece bien, y hasta razonable, hablarme como si nada.

Me aguanto el impulso de mandarlo a la mierda, más que nada molesta con el hecho de que siga haciendo como si nada hubiera cambiado, cuando literalmente le dije a la cara que lo amo.

Pienso en simplemente dejarlo en visto, pagarle con la misma moneda, pero mi lado traicionero termina escribiéndole una respuesta.

Yo
que lástima, no siempre
es perfecta la vida en pareja jaja

Las dos tildes grises pasan a estar en azul en seguida, y el escribiendo bajo su nombre tampoco tarda en aparecer, aunque vuelve a desaparecer segundos después. Varias veces más aparece y desaparece hasta que deja de figurar en línea también.

Puedo imaginarme que se ofendió, así que salgo del chat y bloqueo mi teléfono finalmente, sin importarme mucho a decir verdad.

Me levanto de una vez, yendo directamente al baño a ponerme un poco más decente y hacer mis necesidades. Una vez aseada y presentable, busco mi ropa, no me parece que esté bien recibir al del servicio al cuarto en ropa interior únicamente.

Egoísta | Rodrigo De PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora