13

2.8K 238 93
                                    

Lara | Capítulo trece

VENECIA
Mayo, 2020

El roce de unos labios sobre mi espalda logra despertarme, erizando mi piel ante el contacto y haciéndome remover inquieta sobre la cama.

–Salí tonto, me haces cosquillas –tanteo con mi brazo el lado de la cama que Rodrigo ocupa e intento alejarlo dándo un manotazo al aire que no llega ni a rozarlo.

–Buenos días, hermosa –murmura sobre mi cabeza, dejando en beso sobre esta antes de seguir el recorrido nuevamente hacia la piel expuesta de mi hombro y cuello.

–Hermosa la piña que te voy a meter si no salís de encima mío.

–Eso no me decías anoche eh –cancherea antes de levantarse, no dándome tiempo de siquiera hacer el amago de reaccionar.

Giro sobre mi propio cuerpo y me acomodo mejor sobre el colchón, observando únicamente su espalda cuando se encamina hacia el baño, escapándose.

El sonido de su risa lo sigue, perdiéndose rápidamente entre el ruido del agua cuando abre lo que reconozco como la canilla de la ducha.

Niego divertida, dejándome caer nuevamente de espaldas sobre el colchón. Mis sábanas se sacuden ante el movimiento y el olor a su perfume se hace presente en el aire nuevamente.

Me encanta.

Esta última semana juntos fue lo que en algún momento siempre deseé que tuvieramos: un tiempo puro y exclusivo para nosotros dos, sin nadie ni nada más de por medio.

Festejamos su cumpleaños, cocinamos, comimos, vimos películas y hasta salimos a pasear con Gala un rato algunos días, claramente siendo conscientes del cuidado que teníamos que tener con la exposición y con quién podría estar mirando.

Pero, pese a eso, me permití disfrutar de cada segundo que pasamos juntos sin estar torturándome constantemente pensando en el después y en el a dónde vamos con todo esto.

Siendo sincera, todavía no puedo decir con total seguridad que volví a confiar plenamente en Rodrigo y en sus palabras. Fueron demasiadas las veces que me lastimó consciente e inconscientemente y ese es un dolor que no puedo olvidar tan fácilmente.

La confianza ciega que le tuve en un principio se rompió hace demasiado tiempo...y necesito que lo sienta, necesito que sea consciente del daño que me causó y de lo cerca que estuvo de perderme.

Desde mi punto de vista, quiero creer que lo tengo ahí, casi que podría decir a prueba. Intento llevar las cosas con calma y, ante la duda, tomar todo lo que dice y hace con pinzas.

Aunque tampoco puedo ser tan hipócrita como para no reconocer que poco a poco su insistencia da resultados y mi negativa se tambalea frente a él.

Lo peor de todo, y es un pensamiento que inútilmente intenté evitar y no logré, es saber que pese a lo que me diga o haga, la idea de saber que no puedo esperar demasiado de su parte está ahí constantemente.

Ese lado racional de mi cabeza que me advierte y me asegura que Rodrigo no cambió ni va a cambiar, que si se lo hizo a Gemma y me lo hizo a mí en su momento, esta vez tampoco sería la excepción.

Y lo sé.

En cuanto a Gemma, después de aquella última vez que nos vimos y terminó todo como terminó, no volví a saber de ella.

Para ser completamente sincera, ni siquiera intenté arreglar las cosas entre nosotras. Preferí darle su espacio y dejar que la situación resulte como tenga que resultar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 20, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Egoísta | Rodrigo De PaulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora