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T/n Leroux.

De verdad que en Tagus las fiestas no paraban, hoy había sido el primer día de clases y fue la cosa más aburrida del mundo, no hablé con nadie durante las clases, los tiempos libres los pasé con Hades. Nada nuevo, no me topé con los Cash y el resto me miraba con curiosidad, algo a lo que ya estaba acostumbrada.

Hades me informó que hoy habrá otra fiesta, aprovecharé eso para acercarme a Aegan de nuevo, estaba aquí por una sola razón y no pensaba irme si la información que necesitaba.

Mi celular vibró en mi bolsillo. Lo saqué y sonreí al ver el nombre.

—Marco —pronuncié con una gran sonrisa.

—T/n, cariño, ¿Cómo ha estado tu primer día en la universidad? —su voz grave y autoritaria se escuchó al otro lado de la línea.

Comencé a contarle todo, incluso sobre lo Cash y juego de Poker. Marco era como un segundo padre para mí, él siempre veló con mi seguridad y felicidad. Lo quería demasiado, aunque en mi niñez y preadolescencia era mi peor pesadilla ahora es un ejemplo a seguir. Él era dulce y cuidadoso conmigo, pero con el resto era un demonio. Estaré eternamente agradecida con él por todo lo que hizo por mí.

—Haz tu trabajo rápido y luego manda a los Cash a la mierda —sonreí por sus palabras.

—Lo haré.

—Bueno, querida, tengo que irme, espero que pronto nos veamos, te quiero, T/n.

—Yo también te quiero, Marco —Lo extrañaba, a veces sentía que el me quería más que mis padres juntos.

Odiaba recordar mi infancia, mi adolescencia y en general mi vida antes de llegar a Tagus. Y sí. Llegué a Tagus hace un par de días. Mis padres me amaban, pero lo hacían a su manera, ellos eran especiales, por lo que tuve una infancia especial. Conocí a Marco cuando tenía seis años, a los siete conocí a Piero, siempre viví rodeada de hombres, hombres como mi padre, como Marco, como Piero, como el padre de Hades, aún así, con ese estilo de vida, llegué a encariñarme mucho con ellos, eran buena gente. Mi madre se mantenía mucho al margen, sabía que le dolía todo lo que mi padre hacía, y todo lo que ellos me hacían, aun así, ella lo amaba, yo también. Por un tiempo llegué a odiar a mi padre, pero ahora estaba agradecida con él.

Marco, Piero, Alaric, Alessandro, Christian.

Romane, Hades, Aimee, Giulia.

Ellos eran las personas más importantes de mi vida.

Ellos me hacían sentir fuerte y poderosa, ellas me hacían sentir querida y cuidada.

Lo que más les agradezco a todos es que nunca me dejaron sola, ir de hospital en hospital, de país en país era difícil para mí, pero ellos nunca me dejaron sola. Marco era el que siempre me llevaba al hospital y se quedaba conmigo, Piero viajaba conmigo, aunque la mayoría de las veces fue en contra de mi voluntad, pero ahora se lo agradezco.

Al principio no lo entendía, no quería, pero ahora que sé la verdad lo entiendo.

Siempre recordaría las noches en las que me quedé dormida llorando porque no quería verlos de nuevo.

Y ahora los extraño. Que irónica es la vida.

—T/n —Hades llamó mi atención desde la puerta de la residencia. Odiaba este lugar, pero era necesario que me quedara aquí—. ¿Estás bien?

Limpié una lágrima que rodó por mi mejilla.

—Extraño mi hogar.

Hades suspiró y me atrajo hacia él para abrazarme.

Jaque mate [Aegan Cash y T/n]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora