ANTE TODO NUESTRO AMOR

CAPITULO 7

Su mirada puesta en una vista espectacular atreves del gran ventanal del lujoso apartamento que compartía con su amante, pensaba en tan solo estar entre los brazos de aquel hombre que con sus caricias lo hacía perder el alma en tan extasiante placer, su cuerpo se fundía en el de él, se hacían uno solo cuando sus besos y sus caricias alcanzaban un orgasmo lleno de lujuriosa plenitud.

Siempre tenía un gran deseo de estar con él y, sobre todo, el tiempo que pasaban juntos en aquel lugar era un total e inmenso placer para ambos. Desde hace tiempo se veían por algunas horas al día una que otra vez a la semana, dejando atrás esa vida que decidieron fingir hace años. Pero ahí en su pequeño santuario todo era diferente, un aura de calidez combinada con amor y romance hacia que ese instante valiera toda la pena.

Un hombre de espalda ancha cuerpo torneado y fuetes brazos se acerca a aquel pensativo individuo tomándolo de la cintura por atrás, envolviéndole en un cálido y fuerte abrazo, olfateando el aroma de su cuello y dejando lentos y delicados besos en él.

-Te he extrañado mucho, no sabes la falta que me haces, no solo tu cuerpo sino también tu alma, tus palabras, tu sonrisa, tu mirada...-lo voltea para que quede frente a él y le da un apasionado beso. Lo alza acomodando las piernas alrededor de su cintura y empezar a caminar lentamente sin despegar los labios de los de él, sus bocas empiezan a danzar en una incontrolable lujuria dejando escapar pequeños gemidos en ambos. Llegando a la cama lo postra en ella bajándolo cuidadosamente, baja sus labios besando el fino cuello de delicada piel-Quiero que me hagas perder la conciencia, hoy solo quiero perderme de placer en ti, que me hagas una vez más tuyo, solo tuyo- Le toma de los cabellos y lo atrae hacia su boca quitándole la respiración a candentes besos- Siempre haré todo lo que me pidas; incluso si me pides mi vida en este instante, sin dudarlo toda te la doy-corresponde a su apasionado beso haciendo que cada vez más sus cuerpos se excitaran y dándole una mirada llena de deseo empieza a desabotonarse su camisa botón por botón, de una manera hipnotizaste se iba despojando de su ropa haciendo que las caricias por parte del contrario no tardaron en llegar empezando por el pectoral bajando a sus abdominales sumamente marcados llenándolo de besos y empezando a acariciar el protuberante miembro de aquel amante.

Con delicadeza, pero sin perder la ardiente pasión, el mayor acariciaba los sensibles pezones de su joven amante sacándole placenteros gemidos para sus oídos, los besaba y poco a poco empezaba a succionarlos –Ah...mmm...agh-con las mejillas sonrojadas y las manos en la cabellera de su hombre soltaba fuertes gemidos al sentir esas sensaciones que lo llevaban al éxtasis-Te amo- le susurró al oído haciéndole erizar la piel-Hoy no te dejare ir tan fácilmente, te haré mío todo la noche lo disfrutaremos completamente- lo levanta y lo sienta en sus piernas dobladas rozando su hombría en su entrada, haciendo un vaivén de roces, acaricia el miembro de aquel joven para empezar a masturbarlo haciéndolo sentir más excitado.

Besando el vientre, poco a poco baja el bóxer acariciando el pene ya erecto, masajeándolo cada vez más, coloca sus finos labios en la erección y comienza lubricándolo con su lengua para después introducirlo poco a poco a su boca, metiendo y sacándolo varias veces subiendo cada vez el ritmo- Ah, maldición lo haces tan bien, te vez tan sensual haciéndolo así, mmm...ah...- lo separa de su pene y lo guía hacia el para besarlo y acariciar su cuerpo. Introduce sus dedos en la boca para que los chupe y los baja lentamente a su entrada masajeándola de manera circular mientras que con su otra mano toma de manera posesiva sus glúteos dando pequeñas pero repetidas nalgadas.

Introduce uno de sus dedos haciendo movimientos circulares, haciendo que el de tez de porcelana se estremezca y arquee su espalda echando su cabeza para atrás con la boca entre cerrada; metiendo un segundo y tercer dedo daba masajes al orificio con delicadeza y determinación sacándolos y metiéndolos con fuerza- Ya te necesito dentro, ya no aguanto más por...por favor –le suplicaba entre gemidos- Vamos cariño apenas estamos comenzando- Decía algo ladino. Dando unos cuantos besos y caricias se colocó entre las piernas de él y alineo su pene en la entrada para de a poco introducirse soltando gemidos de placer.

-Muueevete ... hazlo ya..mmm...ah....-con lentas embestidas empezaba a acoplarse y disfrutar del momento, hasta que el ritmo y la fuerza de éstas iban subiendo cada vez más...- Si... si... ahí....más.... agh... más... ahg...-en aquel departamento se escuchaba una sinfonía de placenteros gemidos y palabras a veces llenas de amor y otras fuertes llenas de lujuria y deseo-Mmm...eres...mmm...tan...exquisito mi pequeño...que...solo...quiero...estar...dentro de ti...Ah Dios eres tan estrecho y delicioso...mmm...

-Más...muévete...más...más fuerte... mmm... si a...así... Ah se siente tan bien...quiero más...

-No te toques solo yo puedo hacerlo- comenzaba a masturbar fuertemente el duro miembro del que se encontraba bajo de él, tomo las sabanas en sus puños con fuerza al sentir como acariciaba su pene apunto de liberarse-Voy...a... mmm...venirme... ahg...ooouh...más...más...- se vino en la mano de quien lo sujetaba manchándose el vientre, unas cuantas embestidas más y con un ronco y fuerte gemido aquel hombre se liberó de una manera tan satisfactoria que por unos instantes perdía el conocimiento cayendo sutilmente a lado de la persona que tanto ama.

-Ya es muy tarde mejor quedémonos hasta que amanezca- dice teniéndolo entre sus brazos y dándole caricias a su cabellera con sus grandes manos y rozando sus labios con los de el-.

-Tienes razón, esta noche hay que quedarnos así, yo sobre tu pecho oliendo tu aroma, y tu abrazándome y llenándome de caricias hasta que me quede dormido.

-Así será siempre, mi amor...