CAPITULO37

273 35 2
                                    

La vida nocturna en la ciudad apenas empezaba, los bares comenzaban a llenarse de personas que buscaban total diversión y otras querían compañía para calmar su sed. Un hombre maduro de muy buen ver se encontraba tomando unos tragos en una mesa privada en aquel exclusivo bar, ese perfecto rostro no dejaba sus pensamientos se le estaba convirtiendo en obsesión el hombre que conoció hace noches atrás donde acordaron formar alianza entre sus empresas.

La provocativa música empieza a dar comienzo a el show, una mujer con un cuerpo espectacular portaba un vestido diminuto además de transparencias en algunas partes de su traje dejando ver partes de su cuerpo llamando más la atención de los presentes, venia bajando de una escalinata de una manera seductora, era la atracción de la noche desde hace ya unas semanas, MAL, así se hacía llamar aquella mujer que noche tras noche hombres pagaban grandes sumas de dinero por pasar un momento de placer a su lado y esta vez no sería la excepción. Empezó su baile al ritmo de la música haciendo movimientos que incitaban a la lujuria todos la observaban como si de un pedazo de carne se les enseñara a los perros hambrientos, aunque en realidad de eso se trataba. Todos empezaron con billetes en mano a dar cifras para poder ganar aquella noche, todo mundo estaba vuelto loco, pero fue Mark quien gano a la bella mujer para un efímero momento de placer carnal.

-Así que tú has sido el afortunado de tenerme esta noche- ella ya lo esperaba en su habitación acostada en medio de la cama con un babydoll de encaje rojo ajustado a su cuerpo

-Cielo, fuiste tu quien serás la afortunada por tenerme a mí un momento esta noche

-Bueno, veamos qué tan buena ha sido mi suerte

Se paró de la cama y empezó a caminar hacia aquel hombre arrastrando un poco los pies, pero de una manera tan sutil que podía parecer que rozaba el piso. Rodeo el cuello con sus manos y lo olfateo soltando un pequeño gemido dejando un rose en sus labios, se colocó atrás de él y le sus hombros volviéndose a colocar frente a ese hombre tiro de su fina corbata deshaciendo el nudo para atacar esa boca con apasionantes besos, de un salto enredo sus piernas en la cadera del hombre haciendo que éste tomara fuertemente con sus manos esos glúteos bien torneados dando fuertes nalgadas, se dirigieron a la cama y sin más la aventó para quitarse su camisa dejando ver sus pectorales bien formados, ella no dudo ni un instante y se acercó hasta a él para bajar la bragueta junto a la ropa interior dejando ver su exuberante hombría, tomo entre sus manos el pene y lo empezó a masajear sutilmente para después chuparlo con sus labios terminando por introducirlo todo a su boca llevaba un buen ritmo pero el caballero decidió apartarla un poco tomando la pequeña cara con sus manos para darle un apasionado beso lleno de lujuria. La recostó suavemente sobre la cama sin separar sus labios deslizo los delgados tirantes de la prenda para comenzar a rozar la piel de los hombros con sus labios atravesando su pecho hasta llegar a sus senos pasando su lengua por ellos llegando a los pezones empezando a lamerlos con intensidad y placer dando fuertes succiones a los rozados botones, bajo por el vientre quedándose un momento y con una de sus manos frotaba el clítoris delicadamente e introduciendo dos de sus dedos en la cavidad, sacaba y metía esos dedos con un ritmo cada vez más fuerte sin dejar de besar la ardiente piel hasta que le provoco un orgasmo el cual daba comienzo al verdadero placer.

Después de hacerse puesto uno de los condones se colocó entre las piernas dejándose introducir poco a poco hasta meter una estocada final, empezó con movimientos cortos pero profundos momentos después la atrajo hacia el quedando arriba teniendo ella el control de los movimientos su cadera se contoneaba ferozmente los gemidos no tardaron en llegar, se separaron por un instante para que ella quedara en cuatro y el se introdujera por atrás la abrazo acercando su espalda a su pecho haciendo que su cabeza girara para chocar sus lenguas en obscenos chasquidos una de sus manos quedo en los senos expuestos y la otra bajo para introducirlo en su entrada dando más placer a aquella dama, la habitación se llenó de torrentes gemidos y el sonar de dos cuerpos que chocaban bruscamente en busca del placer, unas cuantas estocadas más ambos estaban alcanzando un orgasmo que los hizo perderse en un exquisito éxtasis dejándose tumbar uno arriba del otro tratando de recuperar la respiración.

ANTE TODO NUESTRO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora