A pesar de haber despertado tan temprano, para variar voy tarde al trabajo. Parece que pese a mis esfuerzos no logro cumplir con mi horario. Y esto se debe a que cada día despierto más cansada. Sin más que un café negro en el estómago corro escaleras abajo ya que el elevador del edificio en el cuál vivo desde hace un año está estropeado, cabe mencionar que desde que me mudé ese maldito elevador no funciona. Por el amor de Dios, vivo en el cuarto piso y llevo tacones. Espero no tropezar y quebrarme el cuello, sería la cereza de mi pastel.Esto es inaudito, llegó a la acera en busca de mi coche y está lloviendo a cántaros. Llevo el cabello suelto y lacio hasta la cintura y un traje sastre color negro el que por cierto me encanta, a juego con mis zapatos favoritos. ¿Cómo no se me ocurrió echar un vistazo por la ventana o poner el canal del clima en el televisor?, de haberlo hecho ahora estaría vestida de otra manera, tal vez con unos jeans y un suéter calientito. No puedo evitarlo, suelto una carcajada para nada irónica solo divertida, es bastante absurdo como el clima refleja perfectamente mi estado emocional.
Mi día no está empezando muy bien, tengo sueño, me duele horrores la cabeza, y tengo una increíble sensación de desasosiego. Sin embargo, intento poner mi mejor cara ya que el clima me encanta tal y como está. Sería ridículo que me dejara llevar por mí pesimismo, siendo que paso la mayoría de mi tiempo diciéndole a la gente que la vida es tan buena como la actitud con la que la enfrentas.
Aunque a decir verdad hace días que ni yo me reconozco, estoy de pésimo humor, estoy irritable, no puedo retener alimento en el cuerpo, mis migrañas están empeorando cada vez más, siempre he tenido unas espantosas migrañas y serios problemas para dormir, pero esto ya raya en lo ridículo, duermo de dos a tres horas diarias si es que logro conciliar el sueño, a veces paso días enteros sin dormir hasta que el cansancio me tumba o tomo algún medicamento. Pero la intranquilidad que siento es lo que realmente me preocupa, me siento como si estuviese siendo asechada.
Pongo una sonrisa en mi cara, tomo unas cuantas respiraciones y subo a mi automóvil e intento tomar una nueva actitud, no me puedo permitir que mis niveles de ansiedad sigan aumentando. Cómo es de esperar gracias al clima el tráfico es un infierno, las calles están inundadas y no logro ver nada a través del cristal, en México hay un dicho popular que dice "si no puedes con el enemigo únetele."
Enciendo la calefacción para desempañar los cristales y pongo un poco de música para relajarme. Sé exactamente lo que necesito. Enciendo el estéreo de mi Nissan Altima, le subo a la canción Crystallize de lindsey Stirling la cual me encanta y pulso el botón de repetir, y dejo que la melodía del violín eléctrico tranquilice a mi alma.
Esa chica es una diosa a la hora de hacer vibrar las cuerdas, es como si su música tuviera el poder de transportarme a un lugar más tranquilo donde no me siento tan estresada y asustada por todo. Pero al parecer el día de hoy ni siquiera lindsey tiene el poder de darle a mi alma algo de redención, los automóviles avanzan de manera ridícula, creo que me dará un infarto si no logro llegar a tiempo a mi empleo. A quien engaño no debí haber salido de la cama esta mañana para empezar.
Hace cuatro años que laboro en una de las mejores instituciones de Tanatología de todo México. Y soy reconocida por mi trabajo, el cual debo admitir me fascina, amo la idea de ayudar a crear en las personas sistemas de creencias propios sobre la vida y la muerte, no como una fantasía o castigo sino como la aceptación de la muerte como un proceso natural.
Prepararlos para asumir la muerte propia y la de las personas cercanas. Educar a tratar en forma humana e inteligente a quienes están cercanos a la muerte y así ayudarlos a entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la importancia de las emociones. Procurando que mis pacientes o cualquier ser humano que sufra una pérdida sea tratado con respeto, cariño, compasión y que conserve su dignidad. Y finalmente orientar a los enfermos o dolientes hacia la aceptación de su realidad, aceptación que se traduce en esperanza sobre su situación real. Esto incluye una mejor calidad de vida, y en su caso una muerte digna y en paz.
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Los Riuyins.
Fantasía- Tienes que decirme lo que está pasando, ¡por favor no entiendo nada! - le digo casi al borde de las lágrimas. - Empecemos por el principio, eres adoptada y no eres humana. Ángela es una psicóloga especializada en tanatología quien después de la m...