Darius
—Esas son las nuevas reglas del juego, Aixa.
Ella pestañeó pausadamente, analizando mis palabras.
—Bueno... —se detuvo y cuando pensé que no hablaría más, continuó; —yo había pensado en algo similar. Tuve toda la mañana para "analizar" nuestra relación... laboral.
Eso me sorprendió. Y aunque no quisiese reconocerlo todavía, hirió en parte mi orgullo. Yo esperaba que ella hiciese una escena o reclamara la frialdad con la que nos moveríamos a partir de ahora. Sin embargo, la bruja continuaba desestabilizando todas mis preconcepciones sobre ella.
—No quiero que te estreses, guapote —continuó hablando con una gran sonrisa en su rostro. —Lo de anoche fue sensacional, pero también creo que no deberíamos repetirlo. Seré más cuidadosa a partir de ahora... ¿Esto quiere decir que aceptas luchar en nombre de mi familia?
Asentí.
—Y ganaré. No tienes que preocuparte de eso.
Sus ojos se cristalizaron y por espacio de un minuto, no dijo nada. En momentos como ese envidiaba que mis dones no fuesen del tipo mental y que yo solo sirviese como una maquina asesina.
—Pensé que saltarías de la dicha por esa noticia.
Sus ojos esquivaron los míos y apretó con fuerza sus puños a un lado de su cuerpo. Su sonrisa jamás abandonó su rostro a pesar de que sus ojos mostraban tristeza.
—Obvio que estoy contenta —contestó regresando mi atención a sus palabras. — Solo que el shock no me deja digerir todavía la noticia. No hasta que te vayas conmigo —mentía. Aixa me ocultaba deliberadamente algo y yo, estaba dispuesto a seguirle su jueguito fingiendo que le creía. No éramos más que dos lamentables mentirosos intentando complacer al otro. —Quiero dejar algo en claro. Mi hechizo no tiene nada que ver con esta decisión ¿sí?
—Lo sé. Era un hechizo de magnetismo no de voluntad.
Ella se encogió de hombros fingiendo desinterés.
—No me gustaría que en el futuro te arrepintieras al pensar que mi pócima hizo que quisieras acompañarme —me interrumpió. —Lo haces por voluntad propia y bajo tu propio riesgo. La Ceremonia de los Continentes es algo serio para mi, Darius. Confió en ti y pongo en juego el honor de mi familia y la oportunidad de recuperar a mi hermana. No puedes echarte para atrás cuando las cosas se pongan feas. ¿Soy clara?
—Mejor imposible.
Y no contesté más nada. Ella ponía en tela de juicio el honor de mi linaje e incluso mi sensatez. ¿Qué le pasaba? ¿habría tomado la recaída de la madrugada como una prueba de que en realidad no era tan buen guardián como me jactaba?
—Tengo una sola condición más para irme contigo —ella me miró espantada a la vez que emocionada. —Jamás revelaras la verdad tras nuestro acuerdo...
—Bien.
Me enderecé porque estaba seguro que la siguiente parte no le gustaría.
—Y debes dejar de comercializar con el amor, Aixa —pedí. —Tus pócimas de atracción, magnetismo, amor enfermizo... no las producirás más. No mientras este a tu lado.
Sus ojos relampaguearon. Me había pasado.
—Esas son dos condiciones, Darius. Y una de ellas no tiene nada que ver contigo.
—Lo sé, pero...
—Nada —me interrumpió de nuevo. —Mis negocios no tienen nada que te involucre, guapote. Debes aprender a no inmiscuirte donde no te llaman. Lo has dejado claro, serás el guerrero que represente a mi familia a cambio de algo que quieres. No eres mi protector o guardián para decirme lo que puedo o no puedo hacer. Y eso esta fuera de nuestra relación laboral.
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TIERRA EN EL CORAZÓN
Ma cà rồng#3 de la saga Elemental Darius y Aixa. Para leer esta historia es necesario haber leído las dos anteriores ya que se ubica cinco años después de la finalización de la segunda. BOOKTRAILER cortesía de @BRECOSANCHEZTEAM https://drive.google.com/file...