Capítulo 13

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Capítulo 13
¿qué eres?

Billie Jean

—¡Hola, Caitlyn! Era para ver si me cedías el asiento de nuevo.

Levanté la cabeza de entre mis dos manos y desvié la mirada a mi derecha, donde la chica de cabello negro observaba a Michael Collingwood, como si fuese un ángel caído del cielo. Y no me malinterpretes, él tenía toda la pinta de serlo, desde su cabello castaño claro, hasta sus peculiares ojos verdes y su piel extremadamente pálida.

—Sí, sí —Caitlyn asintió con la cabeza varias veces—. Ten, toma mi asiento, no hay problema.

Rodé los ojos, sin poder evitarlo, esta escena sucedía todos los malditos días que tuviera física, comenzaba a pensar que Caitlyn no había empezado a sentarse en el asiento en el que Michael se sentaba anteriormente, porque deseaba interactuar con él, al menos, una vez. Pobre chica.

Regresé la vista al frente, esperando por el profesor de física. Un viejo que no dejaba de quejarse, pues siempre hacía preguntas, ganándose un silencio como respuesta. El tipo se enojaba y nos regañaba, pero incluso yo, la nueva, ya había entendido que nadie pensaba responderle. A veces me daban ganas de decirle que ya detuviera las preguntas.

—Buen día —saludó Michael. Su voz tenía un matiz más agudo que la de Zade, pero nada desagradable. Era diferente a la de Thomas, también. Me agradaba—. Me alegra ver que sigues viva.

Alcé las cejas ante eso y le devolví la mirada. Tenerlo tan cerca me ponía nerviosa, me ponía los pelos de punta, sentía que vomitaría en cuestión de minutos. Mirar sus ojos me regresaba a dos momentos de mi vida, el pasillo en la escuela y al terrible malestar en el trabajo. En ambos, él había estado, en ambos momentos, lo había mirado, a él, a sus opacos pero divertidos ojos verdes.

Simplemente lo miré con terror. O eso creía, pues la perfecta sonrisa en su rostro se comenzó a borrar poco a poco hasta quedar siendo una línea fina, mirándome con fijeza y confusión, como si quisiese descifrar mi mirada, él parecía no comprender mí reacción.

—¿Estás asustada? —preguntó—. Zade sí llegó a mencionar que tenías carácter pero en ningún momento mencionó que te pondrías así.

—¿Así cómo? —pregunté, la voz me salió solo un poco temblorosa y eso me dio ganas de darme un gran golpe en la cabeza. No debía sonar tan estúpida.

—Así como si fuese a llorar —respondió, con total confusión.

—¡No voy a llorar! —chillé, frunciendo le ceño.

—Pues parece que sí —rebatió Michael, haciendo una mueca con los labios.

—Simplemente no te quiero cerca —respondí. Esta vez, me forcé a lanzar una mirada cargada de odio y desprecio.

Sus ojos brillaron de una forma diferente, un sentimiento nuevo cruzó su mirada. ¿Decepción? ¿Tristeza? Nunca lo sabré, puedo definitivamente no fue nada esperado y tampoco pareció ser algún sentimiento agradable.

—Oh, claro —apretó los labios y miró sus manos con detenimiento—. Es por lo del pasillo, ¿cierto? Tommy dijo que estaban enojada y aterrada. Actuamos como imbéciles, quiero decir que lo lamento mucho, no pensé y...

—Lo que sea, no me interesa —lo corté, juntando las cejas.

—Pero...

—Con un «lo siento, fui un imbécil» no quita lo inservible que me hiciste sentir, tu y tu hermano James —gruñí por lo bajo.

—Pero disculpaste a Thomas —señaló Michael, totalmente asombrado y confundido.

—Eso fue diferente.

Sombras [SSC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora