Capítulo 15

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Capítulo 15
más cuerpos

Billie Jean

1. ¿Por qué son tan raros?

2. ¿Por qué yo?

3. ¿Qué querían?

4. ¿A qué olor se referían?

5. ¿Qué quería Zade?

6. ¿Qué sucede con el amigo Alex?

7. ¿Zade en serio cree en la manifestación?

8. ¿POR QUÉ?

Observé la lista y lo único que pude hacer fue entornar los ojos hacia las ocho preguntas que estaban escritas en la parte trasera de mi cuaderno. Las miraba con fijeza, esperando y deseando que las respuestas se escribieran de forma mágica o algo por el estilo.

Mordí la tapa de mi bolígrafo varias veces, mientras seguía observando la hoja de forma fija. Mi pie rebotaba contra el piso, generando un sonido rítmico que tenía como función tratar de calmarme. Cerré los ojos un segundo y traté de enfocarme en el sonido mi pie contra el suelo y logré calmar la repentina ansiedad que me generaba el no tener respuestas.

—¿Y? ¿Qué opinas? —la voz de Brooke me sacó de mi trance para intentar calmarme. De forma sutil, oculté la lista dónde tenía la lista de dudas y detuve el movimiento de mi pierna.

Levanté la vista hacía Brooke. Su cabello rubio estaba suelto, en grandes bucles que caían de forma salvaje y sensual. Había escogido una falda de color café claro, suelta, con un estampado de flores blancas, la falda era de tiro alto, a la mitad del muslo. Llevaba un suéter de lana blanca, un poco ancho, con mangas largas. Tenía un ligero escote en v y botones en la parte delantera. Lo había conjugado con tenis blancos y una cartera café.

Brooke se veía hermosa. Pero, sobre todo, feliz.

—Me gusta —le respondí, echándome hacia atrás en el sofá.

—Espero que a Alex también le guste —ella balbuceó—. ¿Sabes que es raro? Hemos estado saliendo durante mucho tiempo. Bueno un mes y tanto, no es la gran cantidad de tiempo, pero es bastante. Y no me ha dado un beso.

—Quizá esté esperando el momento adecuado —intenté tranquilizarla.

—O, tal vez, no le interese lo suficiente —bufó Brooke—. Yo soy bonita y divertida y buena, ¿por qué no le gusto? —añadió después de sentarse en una de las sillas altas.

—Brooke, no creo que no le gustes —le dije—. Si fuese así, ¿por qué saldría contigo?

—Si fuese así, ¿por qué no me ha besado? —parpadeó varias veces y luego hizo una mueca—. ¿Y si solo sale conmigo porque cree que me lo debe? ¿Le hice creer que me lo debía? ¡Oh, no! Soy terrible.

Fruncí el ceño y me puse de pie, caminado hacia Brooke. No me gustaba como estaba pensando, era obvio que Alex era un chico dulce, jamás le haría algo así a nadie. Cuando llegué al lado de la rubia, le empecé a dar caricias en su perfecto cabello platinado.

—Hey, hey, hey —comencé, llamando su atención—. Claro que no eres terrible, Brooke, por favor. Además, es obvio que Alex está enamoradísimo de ti.

—Entonces...

—Brooke, un beso no va a definir si le gustas o no, le gusta lo que eres, no si lo besas o no —la rubia me miró unos segundos, antes de sonreír de lado.

—¿Desde cuando sabes dar consejos? —preguntó ella, con cierta burla. Quizá evadiendo el tema, pero me alegré que estuviera sonriendo y medianamente feliz.

Sombras [SSC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora