Capítulo 08

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Capítulo 08
los Collingwood

Billie Jean

Quería creer que me estaba volviendo más valiente.

Pero ojo, había que recalcar el «quiero creer» porque, en realidad, seguía siendo la misma chica asustada de siempre.

La clase de física fue una tortura eterna. Empezando porque me costó alrededor de veinte minutos encontrar el aula. Todo mal desde el inicio. Por otro lado, Michael había pensado, en realidad lo había hecho. No sabía si lo que había hecho significaba amenaza o simplemente una forma de mantenerme vigilada, pero con había logrado que mi corazón saltara de una forma horrible, cuando le dijo a Caitlyn que hoy le apetecía tener el asiento de ella.

La forma en como Caitlyn lo miró, me sorprendió de cierta forma. Había sonreído ilusionada, mirándolo como si fuese el ser más perfecto de todo el mundo. El brillo de sus ojos fue único y esa sonrisa, tímida pero coqueta. Le gustaba Michael.

Y Michael lo sabía.

Y que mala suerte tenía yo, justamente la chica a mi lado debía ser la que le besaba los pies a una de las personas que menos quería ver en esos momentos.

Pero, hey, no salí corriendo cuando se sentó a mi lado y me miró fijamente. Y por eso intentaba convencerme de que era valiente, por no haberme hecho pipí ahí mismo o por no haberme desmayado o por el simple hecho de no haberme echado a llorar como generalmente hacía cuando me bloqueaba y no sabía qué hacer.

Quería creer que era valiente.

Pero lo cierto es que, en toda la clase, tuve el miedo sosteniendo mi mano de forma cálida, como diciéndome que ahí que estaba y que no iba dejarme nunca, que se quedaría instalado en mi pecho, acelerando mi corazón o haciéndome sentir enferma, con el estómago revuelto y el sudor frío corriendo por mi cuerpo. 

En fin, fue una clase horrible.

—¿En qué piensas? —Brooke seguía tirando de mi muñeca, derecho a la cafetería, pero se detuvo cuando notó que no me estaba quejando o poniendo resistencia—. Estás muy callada, Billie.

Negué con la cabeza. —No pasa nada.

Brooke meneó la cabeza en seña de negación. Ni si quiera me había esforzado lo suficiente para mentir. Ahora, el miedo me había soltado para pasarme a las garras de la paranoia, sentía que en cualquier momento los cinco chicos aparecerían a terminar lo que dejaron a medias el día de ayer.

Ya no sabía que era pero, estar paranoica o con miedo, pero cualquiera de las dos apestaba de forma horrible. Terminaba con un sabor agrio en la boca y ganas de llorar.

La rubia me lanzó una mirada completamente enojada.

cuándo mientes, Billie Jean —ella me regañó, frunciendo el ceño y entrecerrando los ojos—. Ya, dime que te sucede —volvió a insistir.

Quería decirle a Brooke, claro que quería. Era una forma inconsciente de desahogarme, de tratar de sacar el peso del miedo de mi cuerpo mediante palabras. Además, había estado muy acostumbrada a contarle a Brooke cada uno de mis problemas, no había secretos entre nosotras. Pero había un gran problema y era que Brooke simplemente no me escuchaba. No lo haría y mucho menos si tenía que ver con los chicos del pasillo.

—No me apetece hablar de ello —balbuceé, mientras juntaba las cejas, tratando de poner toda mi atención en transmitirle a Brooke que realmente no quería hablar de eso.

Ella no me compró ni por un minuto. Su mirada fue dura, fría, pesada pero con un brillo de preocupación. Un tanto persuasiva. Intentaba mirar en lo más profundo de mí, con tal de tratar de sacar la verdad. 

Sombras [SSC #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora