Mono y yo pasamos por varias habitaciones ocultándonos y corriendo.
Por las aulas, comedor, los niños macabros y objetos el lugar parecía un colegio orfanato.Mono puso su mano en frente mío para que me detuviese, cogió una especie de martillo y lo plantó en la cabeza de uno de los críos del lugar. Este se rompió en trocitos como si se tratase de un jarrón. Mono sin mirar hacia atrás escalaba sin dificultad para seguir a delante. Yo quedé atónita con el cuerpo del niño jarrón tirado en el suelo. ¿Dónde narices me había metido? ¿Cómo llegué a este macabro lugar?
Seguí a Mono sin saber bien cómo íbamos a salir de aquí. Él me parecía increíble. No paraba a descansar en ningún momento y se encargaba de vencer a los niños malos del Colegio, a encontrar rápidamente una solución y a protegerme.
Miré al suelo suspirando de no poder hacer mucha cosa que pudiese ayudarle realmente. Sin querer me choqué con su espalda. Entonces vi que alguien estaba colgado en el techo con una cuerda atada en su tobillo.
Mono sin pensarlo cogió un martillo y lo estampó en el cráneo de esos niños para poder salvar a la chica. Dio varios golpes en una tabla haciendo que esta cayera al suelo. Los dos corrimos para ver si se encontraba bien, entonces ella elevó su vista asustada. Después le dio la mano a Mono para levantarse.
Por cómo se miraban felices los dos supuse que se conocían de antes y que él había venido hasta aquí solo para salvar la. Me pareció hermoso por parte de Mono. Ella era una chica con suerte.
Mono la acercó a mí para que nos conociéramos.
-T/N.-dijo señalándome pero mirándola a ella.
-Un gusto conocerte. -sonreí algo desconcertada.
-¿Tú... Hablar? -dijo la chica algo difícilmente.
-Oh. ¿Sabes hablar?
Ella asintió sin saber si había entendido realmente la pregunta.
-Menos mal. Mono no parece que sea muy hablador. -miré a Mono.
Este solo pasaba su mirada de una a la otra.
Parecía que le costaba hablar, como si fuese una cavernícola, pero al menos comprendía lo que yo decía.
-Entiendo. ¿Cuál es tu nombre?-pregunté.
Ella solo movía ligeramente la cabeza en señal de pregunta.
-¿No tienes un nombre?
Ella negó con la cabeza.
-Oh, bueno. Intentaré encontrar un nombre para ti.-sonreí.-¿Y ahora qué hacemos?
Mono cogió la mano de la niña y se fueron a abrir la ventana del baño.
-¿De nuevo por la ventana?
Esta vez fuera había una tabla en vez de una tubería pocha. Aunque seguía lloviendo se me hizo mucho más fácil pasar al otro lado esta vez.
Una vez en el otro lado seguimos todo lo recto que podíamos hasta llegar a otra parte de lo que parecía el final del colegio. Allí nos encontramos con varios libros y estanterías por donde escalar. Cuanto más nos acercábamos más oíamos el sonido de un piano.Mono abrió una puerta pequeña y metálica. Los tres entramos y vimos a la que suponíamos era la profesora tocando el piano.
Mono y la chica comenzaron a hacer gestos señalando partes del lugar, como si estuvieran ideando un plan para llegar al otro lado. Giré mi cabeza hacia los lugares que señalaban viendo una palanca a lo lejos cerca de la profesora. Como parecía que yo no formaba parte del plan, decidí bajar para quitarles un peso de encima.Comencé a bajar por los libros y estanterías para llegar detrás de la profesora. Una vez toqué el suelo notaba como este chirriaba bajo mis pies, pero a penas se oía. Seguí mi camino para llegar a la palanca que haría que un paso metálico bajase y así dejarnos pasar al otro lado.
Caminé algo rápido para llegar cuanto antes a la palanca, pero entonces alguien me agarró del brazo haciendo que parase en el momento. Del susto giré bruscamente viendo a Mono. Di un paso hacia atrás y tropecé con una madera suelta haciéndome caer. Como Mono todavía sujetaba mi brazo cayó encima mío.
Repentinamente la profesora dejó de tocar el piano. Los dos giramos nuestra mirada hacia esta, pero nos percatamos de que no se habia dado cuenta, solo escribía en un papel. Mono y yo nos quedamos unos segundos con la cara cerca el uno del otro. Por los agujeros pude distinguir sus ojos. Parecían de color oscuro intenso.
La profesora siguió tocando el piano y Mono se levantó corriendo para girar la palanca. El paso bajó y la niña aprovechó para ir al otro lado.
Yo me levanté y vi una especie de sillín cerca de la profesora. Pensé que podíamos subir por la estantería con la ayuda de esto, así que fui en su busca. Empecé a moverlo y se hizo notoria el chirrio de las ruedas oxidadas. Mono se puso a mi lado ayudándome a empujarlo. Di un brinco de sorpresa cuando su mano rozó la mía, pero al estar en un momento serio y de tensión él no se dio cuenta.Una vez colocado los dos subimos para llegar hasta nuestra amiga. Mono y ella abrieron la puerta metálica haciendo un estruendo en el peor de los momentos. La profesora se dio cuenta, y yo en vez de correr me quedé helada mirándola. Mono me agarró del brazo intentando meterme dentro del conducto de ventilación. Intenté despertarme del ensimismamiento y ponerme a correr todo lo deprisa que podía. Una vez fuera salté sin pensar agarrando la mano de mi amiga. Esta me ayudó a subir y después me giré para ayudar a Mono. Ella también se puso a mi lado para ofrecer su mano. Vimos como Mono venía corriendo hacia nosotras y saltaba. Este agarró la mano de la niña y echaron a correr dejándome ahí perpleja aún con la mano extendida. Entonces vi la horrenda cara de la profesora y yo también eché a correr tirándome detrás de estos a un contenedor de basura.
Después de unos segundos conseguí apartar la basura para salir. Los tres nos reunimos en la fría y oscura calle de esa ciudad. Tanto la niña sin nombre como yo comenzamos a tiritar.
-¿Os encontráis bien? -pregunté moviendo mis brazos para entrar en calor.
Ella asintió y Mono siguió su camino sin responder ni hacer ningún gesto.
Fui detrás de ellos sospechando que Mono pudiera estar algo molesto por lo ocurrido. Al fin y al cabo ha podido morir por mi culpa varias veces.Mono y la niña empezaron a mover un contenedor gigante de basura para poder escalar por este. Subimos y llegamos al otro lado. Ahí ella encontró un chubasquero amarillo chillón y se lo colocó para taparse del frío. Yo seguía congelada y totalmente mojada. Miré a Mono que se encontraba mirando una gran reja para saber cómo entrar.
-Mono... -dije con una voz poco audible. Este solo me miró.- Siento lo que ha ocurrido. Te debo la vida muchas veces. Yo... Nunca había pasado por esto, así que no se exactamente cómo debo reaccionar o... Supongo que soy una completa torpe. Siento que tengáis que cargar conmigo de esta manera. Solo os pongo en peligro...De verdad intentaré mejora...
Antes de poder terminar la frase Mono me colocó su gabardina cubriendo completamente mi cuerpo. La sugeté fuerte para después mirarle algo shockeada. Mono solo me miraba y después siguió a lo suyo intentando pasar la verja.
Nuestra querida amiga se acercó a mí y me puso una mano en el hombro. Después se fue a ayudar a Mono.
Quedé algo confusa. ¿Mono no estaba enfadado conmigo? ¿Él me puso su gabardina pensando que se la estaba pidiendo o... Porque me veía con frío?
Sonreí algo avergonzada. Él realmente es tierno y trabajador. Creo que estaba cuidando de mí, y a pesar de no saber hablar... Creo que sí me había entendido y la gabardina fue un signo de disculpas aceptadas.
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Tú me cambiaste (Mono/Seven x tú) Little Nightmares 1, 2, DLC y cómics Fanfic
RandomUn día sola en tu habitación oyes un ruido en el salón. La televisión se enciende sola despertando tu curiosidad. Te acercas cuando la TV comienza a hacer un ruido raro haciendo que tus oídos se taponen y la cabeza comience a darte vueltas. Sin quer...