3. Epidosio

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Llegamos a la entrada de una especie de hospital abandonado.
Mientras entrábamos paré a mi amiga.

-¿Sabes? Creo que el chubasquero te queda muy bien. -ella solo me miraba sin entender bien. -Creo que te llamaré Yellow. -sonreí.

Ella abrió la boca y la cerró sin saber qué decir. Después asintió sin ninguna reacción.

Mono por su parte seguía adelante nuestro sin parar a descansar. Las dos corrimos rápido para alcanzarlo. Repentinamente escuchamos el sonido de una televisión sin conexión. Mientras más nos acercabamos más sonaba. Sin a penas tiempo de poder reaccionar, Mono desapareció de nuestra vista.

-¿Dónde... Dónde está Mono? -pregunté a Yellow.

Esta corrió a la TV y metió los brazos. Quedé impresionada. ¿Es así como llegué a este lugar? ¿A través de la televisión de mi salón? ¿Mono se encontraba dentro de esta?

Rápidamente imité a Yellow y metí mis brazos. Rocé la camisa de Mono. La agarré sin dudar y tiré de ella. Después de unos segundos las dos conseguimos sacarle de ahí.

-¿Te encuentras bien? -pregunté alterada.

Mientras Mono se sujetaba su cabeza del dolor, yo le volví a poner sobre sus hombros su gabardina. Él me miró y acto seguido se levantó. Prosiguió su camino como si nada hubiera pasado.

-¡Un momento! -grité yendo detrás suyo. Le agarré el brazo y le hice parar.-¿Qué ha pasado? ¿Por qué te has metido en la televisión? ¿Por qué ese sonido estridente hace tanto daño? ¿Qué está pasando en este lugar? -pregunté sin cesar.

Él y Yellow me miraban sin saber qué decir. Uno no sabía hablar y la otra lo hacía pero en modo cavernícola. No había muchas respuestas que poder conseguir.

-A-a-ah.-Mono intentaba hablar.A-aah...

-Espera. -le detuve. Suspiré.-¿No sabes hablar, no?

Mono me miraba tiernamente ladeando la cabeza.

-Bien. Tendré que enseñarte. -me crucé de brazos. -Al menos así será más fácil comunicarnos.

Le cogí de la mano y le arrastré a una habitación cercana.

-Mono. -dije. Él me miró fijamente.-Bueno, al menos reaccionas a tu nombre. Algo es algo. -carraspeé.-Bien. Te hablaré todo lo que pueda, a ver si aprendes las palabras.

Me acerqué a una foto colgada en la pared dónde salía una especie de oso de peluche con una llave dentro.

-Mirad. Oso. Llave. -dije mientras señalaba. Los dos miraban atentos.

-T/N.-dijo Mono señalándome.

-Sí. T/N-me señalé riendo.

Seguimos el camino dónde Yellow activó una palanca de una máquina. Esta se encendió, pero no sucedía nada. Entonces Mono se puso del otro lado dónde pudimos verle el esqueleto.

-Wow. Se ve tu esqueleto.

Yellow se apresuró a ir con él y jugar con esa máquina. Los dos saltaban riendo.

Giré mi cabeza sonriendo encontrando una habitación pequeña con muchos peluches y juguetes. Entonces entendí dónde se encontraba la llave para acceder a la puerta de arriba.
Corrí encontrando tres peluches. Cogí un conejo sucio y mugroso y lo puse al lado de Mono y Yellow. Estos dos solo se quedaron mirando interesados. Activé la palanca y pude ver la llave dentro del conejo.

-Chicos, la llave está dentro del peluche.

-¡Llave! -gritó Mono saltando.

Los tres nos metimos al ascensor y bajamos para encontrar algo con lo que abrir el peluche.

-T/N, llave. -dijo Mono girándose a mí con el peluche en sus brazos.

-Sí. Hemos encontrado la llave.

-Encontrado. -repitió saliendo del ascensor.

Reí. Era tan tierno. Me parecía que le gustaba aprender palabras.
Salí detrás de él. Me agaché recogiendo una especie de mano de un muñeco.

-¿Esto podría servir? Tiene pinta de garfio. -me giré viendo a los otros dos cremando el muñeco. Abrí los ojos impresionada.

-Nosotros llave. -Mono me hizo el gesto de girar la llave en una cerradura.

-Sí. -reí divertida. -Pero ¿quién se va a meter ahí ahora? Eso debe arder.

La puerta se abrió y Mono sin pensarlo entró. Se guardó la llave y salió.

-Bien. Creo que todo controlado. -abrí los ojos sorprendida.

...

Después de un buen rato caminando llegamos a un punto en donde alguien tenía que quedarse fuera solo.

-T/N, tu ir. -me dijo Yellow.

-¿Estás segura que quieres quedarte sola?

-Sí. Tú sino morir.

Sonreí sarcásticamente, pero ella tenía razón.
Finalmente Mono y yo saltamos la pared con ayuda de Yellow y marchamos juntos en la oscuridad.

Vimos a una especie de maniquíes moverse. Mono agarró mi mano sin previo aviso haciendo que yo pegase un brinco de la sorpresa. Me tiró hacia él rodeándome la cintura con su brazo y con el otro apuntando a los maniquíes con la linterna.
Le miré hechizada. Era increíblemente amable y arriesgado. Apoyé mis manos en su torso y él poco a poco me guiaba a través de los maniquíes.

-Deberías haber venido con Yellow. Solo soy una carga. -dije suspirando al pasar al otro lado.

Mono puso su mano en mi cabeza y me alborotó el pelo. Después con la cabeza bien alta siguió el camino.

Íbamos todo bien con la última tanda de maniquíes, hasta que unos escondidos entre las sombras se abalanzaron sobre mí haciéndome caer y aprovechando esa torpeza para agarrarme por las extremidades y elevarme.

-¡Mono, tú sigue! -grité.

Teníamos el fusible que necesitábamos muy cerca nuestro como para perder la oportunidad. Mono me hizo caso. Lo cogió y se lo pasó a Yellow desde el otro lado. Después vino corriendo hacia mí y llamó la atención de los maniquíes.
Estos comenzaron a soltarme poco a poco seguidos por la tentación de atrapar a Mono. Yo metí varias patadas a unos cuantos mientas me retorcía como sardinilla para que los otros pocos me soltasen. Conseguí lo que quería y corrí hacia Mono. Vi que uno estaba a punto de atrapar la pierna de Mono desde el suelo por lo que decidí tirarme de lleno para que le costase arrastrarse.

-¡T/N! -Mono estiró de mí para levantarme rápidamente y conseguir llegar a la habitación segura.

Yellow ya tenía la puerta abierta, por lo que pasamos corriendo lo más rápido que podíamos. Finalmente la puerta se cerró tras nosotros y conseguimos salir de ahí con vida.

-T/N, okay-dijo Mono poniendo el pulgar arriba.

-Tú sí que eres "okay".-dije entre risas.

Mono me abrazó elevándome del suelo mientras reía feliz.

-Me has salvado demasiadas veces. -le dije mientras íbamos al ascensor. -Te has convertido en un muy buen amigo mío. -le sonreí.

-¿Amigo?

-Sí. Somos amigos. -le extendí la mano.

Él la cogió. Mono no era para nada tonto, de hecho era la persona más inteligente y veloz que había conocido nunca. Simplemente no debió de tener la oportunidad de aprender un idioma. Pero no le costaba tanto.

-T/N y Mono amigos. -sonrió poniendo sus brazos detrás de su cabeza apoyado.

-Sí. -dije feliz.

Los tres salimos del ascensor y nos quedamos helados al ver a un señor muy muy grande caminando por el techo del Hospital.

Tú me cambiaste (Mono/Seven x tú) Little Nightmares 1, 2, DLC y cómics FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora