8. Episodio

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Con el corazón saltando de miedo y sin casi poder respirar, el hombre nos soltó a Mono y a mí encima de una barca de madera posada en el tranquilo lago.
Después la empujó y se sentó haciendo que esta tambalease de lado a lado salpicando agua por todas partes.

Sin perder más tiempo comenzó a remar llevándonos al centro del oscuro, ancho y tenebroso mar. La marea estaba calmada y solo se podían oir ráfagas heladas de viento y las nubes llegaban a rozar nuestros hombros tapándonos la visibilidad a 1km de distancia, convirtiéndolas así en niebla.

Abracé mis piernas intentando posar mi vista en todo lo que no fuese ese hombre enorme y terrorífico. ¿Quién era y a dónde nos llevaba? ¿Qué quería de nosotros? La primera opción era matarnos. La segunda... ¿A quién iba a engañar? No había segunda opción.
Antes de llegar a dónde fuese que nos iba a llevar había que trazar un plan.

Miré a Mono. Su vista estaba tapada por el largo flequillo que le llegaba a la punta de la nariz. Tenía muchas ganas de abrazar su brazo y no soltarle, pero me contuve y solo aparté mi mirada para poder encontrar algo con lo que deshacernos del gigante.
Mi vista paró detrás nuestro. Entre la niebla algo oscuro y enorme se acercaba cada vez más.

Intenté enfocar qué era durante unos segundos, hasta que la niebla se desvaneció por completo.
No sabía bien distinguir qué era, pero tenía forma de bola de hojalata gigante que flotaba en el mar. Además de que sacaba humo y tenía muchas especie de ventanas.

Me quedé boquiabierta viendo el lugar cuando noté a Mono ponerse a mi lado lentamente. Él también estaba mirando sorprendido la bola flotante.

Por un instante olvidé estar en la barca con ese ser y solo pensaba en lo hermoso que se veía Mono cuando sus mechones comenzaron a bailar al son del viento, haciendo por fin que su rostro se viese a la luz del día.
Tenía la cara relajada, sin ninguna mueca. Trasmitía paz y tranquilidad, como si no le preocupase lo que teníamos en frente y supiese perfectamente que no estábamos en peligro.

Repentinamente la barca en la que nos encontrábamos chocó con ese barco redondo haciendo que los dos saliésemos de nuestros pensamientos.
Mono sin esperar más tiempo agarró mi muñeca saltando fuera de la barca y corriendo como si la vida nos fuese en ello.

Después de un rato corriendo tuve que parar para recobrar el aliento.

-Lo s-sie-nto... No puedo...

Mono me miró de arriba a abajo.

-No está. -me dijo.

Fruncí el ceño y giré mi cuerpo. Era verdad. El hombre había desaparecido. No nos seguía.

-¿Y ahora qué? -suspiré.

Mono miró el lugar con detenimiento.

-Dentro. Ayuda. -señaló.

-¿Ayuda? En este lugar de locos mutantes no vamos a encontrar ayuda.

-Tú buena persona. Más personas buenas. -comenzó a subir por una tabla para llegar a una cuerda colgada y así entrar por una ventana al barco de hojalata.

-El problema es que ya no hay más personas... -susurré para que no me oyese.

Le seguí por detrás con la cabeza gacha sin saber si era correcto lo que hacíamos.

La cuerda se movía mucho y los tambaleos del barco no ayudaban en nada. Veía el oscuro y tenebroso mar a pocos metros de nosotros, con las olas azotando la base. Entonces pude ver algo, una especie de animal sumergirse, como si hubiese estado mirándonos desde nuestra llegada. Mi piel se erizó.

Mono escalaba rápido y ágil llegando ya al final dejándome atrás.

-¡E-espera! -intenté escalar más rápido.

Tú me cambiaste (Mono/Seven x tú) Little Nightmares 1, 2, DLC y cómics FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora