Erick conducía despacio y en silencio hasta llegar a su apartamento ayudándola a bajar del coche.
-¿Por qué no me llevas a mi casa?
-Vives sola y embarazada yo te cuidare hasta que te sientas bien.
-No quiero que te molestes.
-No digas tonterías vamos para que te recuestes ¿tienes hombre?
-Un poco.
-Te preparare algo para comer ven recuéstate.
-Gracias ¿sabes que no tengo ninguna muda de ropa aquí?
-Mañana pasare por tu casa y recogeré algo de ropa.
Sentado en su despacho pensó "estaba embarazada" pero el asunto era como habían concebido al bebe, creyó no tener problemas con ella por esa parte sabia que entregaría al bebe pero ¿y ella? ¿Y él? Se tomo un trago de whisky, estaba en serios problemas y la había involucrado a ella.
Amelia despertó al siguiente día más descansada y ya no tenía fiebre. Se quedó acostada por un rato pensando que dentro de ella crecía una vida que tendría que entregar y desaparecer de su vida y la de su padre.
Estaba desanimada se sentía desolada y estando en casa de Erick solo la hacía sentirse peor, la puerta se abrió y entro el hombre más sexy que sus ojos pudieran mirar. Entro con una bandeja de plata en las manos y en ella el desayuno, vestía con unos vaqueros desgastados junto con una franela blanca de algodón.
-Buenos días, hoy tienes mejor aspecto.
-Lo dudo. Se incorporo pasándose los dedos por el cabello tratando de dar la mejor apariencia posible.
-Para mí si lo tienes, siéntate para que desayunes.
-Gracias por todo lo que has hecho.
-Tus cosas las traerán en un par de horas, de momento puedes ducharte y te prestare una de mis camisas.
-No es necesario, creo que hoy mismo puedo regresar a casa. Además debo volver a mi trabajo.
Eso no pareció gustarle a Erick por la expresión de su rostro.
-No hace falta que sigas trabajando, el doctor te mando reposo recuerdas.
-Erick yo tengo una vida y después de este embarazo seguiré con esa vida, no puedo tirar todo a la borda así como así.
-Pero ya tengo lista la primera parte de tu pago no es necesario que te esfuerces tanto.
-Eso está bien me servirá para resolver mis problemas, pero eso no cambia nada.
-No estoy de acuerdo con que sigas trabajando tanto. Puedes poner en riesgo la vida del bebe.
-Claro por supuesto, como te costó mucho poder hacerlo. Se levanto de la cama y fue en dirección al baño se encerró y paso seguro.
Erick dijo una retahíla de juramentos en silencio, ella no entendía que solo quería su bien.
-No quiero imponerte nada Amelia solo trato de que cuides de ti.
-He cuidado de mí siempre. Grito desde el baño.
-Pero no con un bebe en tu interior.
Ella abrió la puerta de par en par con la mirada llena de furia. El estaba echando humo de camino a casa de Amelia, no quería llevarla pero estaba demasiado enojada como para decirle nada, tenía que esperar cuando se calmara un poco para conversar con ella. Cuando llegaron a su casa ella se giro hacia él.
-Supongo que trajiste contigo la primera parte del pago, ya estoy embarazada ¿no?
-Si aquí tienes. Pero no hace falta que te expreses así.
-Gracias, te llamare si ocurre cualquier cosa. No quiero que me molestes mas, no quiero volver a verte a menos que sea necesario. Dicho aquello se bajo del coche y corrió hasta su edificio.
Lo odiaba porque no quería volver a verlo. Tenía derecho a una explicación cuando fue a bajarse Raúl aparco frente de él. Se bajo rápidamente alcanzando a Amelia en la entrada del edificio, se saludaron con un abrazo mientras su amigo lo saludo desde lejos luego entro con ella en el edificio.
-¡Genial!
Estaba aun más furioso, no tenía otro remedio que irse con la sensación de que perdía un tesoro aparte de que los celos lo consumían por dentro.
-Lo siento ricitos sé que me desaparecí así sin más, pero tengo una buena razón.
-No tienes que explicarme nada, tú tienes tu vida.
-Vine ayer pero no estabas, no habías ido al bar y tu amiga me dijo que estabas enferma. Justo vengo hoy y te encuentro llegando. ¿Qué paso?
Tenía que decirle la verdad, ya estaba cansada de tantas mentiras.
-Escucha estoy embarazada de Erick. El se sorprendió mucho por la noticia.
-¿Cuándo te hicieron la inseminación?
-Raúl yo... Suspiro y cerró los ojos.-No fue a través de la inseminación.
El silencio era mucha tortura para su alma herida, ello se atrevió a mirarlo a la cara y esta estaba neutra.
-Bueno eso es... Algo complicado, ustedes dos...
-Nosotros nada, solo fue una sola noche que perdimos la cabeza y nada más.
-¿Entonces no estás enamorada de el?
-Lastimosamente sí, pero eles un idiota y yo soy una estúpida que se enamoro de alguien que no le corresponde. Lo siento.
-¿Le hablaste a el de tus sentimientos?
-No, y tú tampoco lo harás.
-Deberías hacerlo, creo que el debe saber lo que sientes.
-No debe, y su cheque me deja muy en claro sus sentimientos por mí. Se hundió en el sofá a sollozar, su amigo la abrazo para consolarla sabía que no tenía derecho de hacerle algo así pero no aguantaba.
-Tranquila ricitos todo estará bien, yo estaré a tu lado.
-Eres tan lindo, no merezco tu amistad.
-No digas tonterías, no llores más que le harás daño al bebe.
Su amigo la acompaño todo el día, salió a comprar comida para dejarle y por la noche se despidieron prometiendo venir a verla más seguido. Al día siguiente Amelia llamo al banco para ponerse al día con sus deudas, luego en la tarde paso por allá cancelando todo.
Erick le había pagado una buena parte, era muchísimo dinero pero que importaba ya tenía una deuda menos en su vida. Con lo poco que le había sobrado compro un lindo y cómodo sofá, decidió renunciar al bar y seguir trabajando en el restaurant ya que con la liquidación del bar podría vivir tranquila.
Ya tenía cinco meses y estaba pensando en retirarse del restaurant, se agotaba mucho y su amiga Laura no podía cubrirla por más tiempo aun sabiendo que ella casi sufrió un infarto al enterarse de su condición.
Por otra parte Raúl la visitaba a diario llenándola de dulces y frutas, pasaba un buen rato con ella, muchas veces le contaba cosas de Erick de que no quería salir, solo trabajaba como esclavo y que ya no lo dejaba entrar a su oficina. Amelia estaba segura que lo evadía porque estaba celoso.
Una mañana tenía consulta y como cada mes veía a Erick en la clínica, no se decían ni una sola palabra era muy extraño estar así. El doctor era el único que hablaba, ese día había llegado media hora antes y el doctor la había recibido Erick no estaba por ningún lado. Mientras ella se cambiaba de ropa la puerta se abrió de pronto ella pego un grito y Erick se detuvo en seco.
Hola chicas, disculpen el retraso... Mucho trabajo. un beso a todas.
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¡Alquile mi Vientre!© [Completa]
RomantikEn ocaciones la vida pone pruebas difíciles, como dice el dicho las situaciones desesperadas, requieren medidas desesperadas y más cuando necesitas salir de un gran embrollo. La decisión más dura que tomaría la pobre Amelia Trevol ante el gran probl...