Capitulo 2

813 131 6
                                    

-Quiero a su hijo conmigo- dijo el demonio sin más.

-¿Que?- preguntaron todos los presentes que estaban sorprendidos por la petición del demonio.

-Si como lo escucharon, quiero a este lindo chico conmigo- dijo apurando hacía Gulf.

-¿Y que si no acepto tu petición?- Dijo Zee retando con la mirada al rey del inframundo.

-Pues si no lo hacen habrá una guerra sin fin- amenazó Mew, no lo haría pero al amenazar con eso sabía que los ángeles lo pensarían un poco.

-Pues estaremos preparados para cualquier guerra, porque yo no te entregaré a mí hijo- dijo Zee seguro de sus palabras ni dejaría que su único hijo se fuera con ese demonio.

-Pues lástima porque habrán muchos muertos en esta guerra y será su culpa majestad por no aceptar mí oferta- dijo tratando de usar sus dones de manipulación.

-pues señor del inframundo ni me importa si hay muertos o no, no entregaré a mí hijo solo por detener una guerra- dijo bastante seguro de sus palabras.

-Pues señor solo le advierto que tenga mucho cuidado con esa florecita que tiene de hijo porque si no lo protege puede caer en mis manos- río por esas palabras, pero era una risa que hizo estremecer a todos excepto a Gulf que esa risa le parecía linda y no sabía porque.

-Sigue soñando Suppasit que eso no cuesta nada- dijo con burla hacía Mew.

-Oh majestad me reire en su propia cara cuando su hijo me pertenezca, bueno como no tengo nada más que hacer aquí me retiro- dijo el demonio saliendo por la grieta dónde había entrado cerrandose luego de que el la traspasara.


Luego de eso todos estaban asustados ahora más que nunca debían cuidar al heredero del trono y de las tropas celestiales.

-Bien escuchenme todos- dijo Zee saliendo de su estado de shokc.-Quiero a todos cuidando de Gulf y cierren los alrededores del reino nadie entra y nadie sale y si alguien se rehúsa pasará tres meses en la cárcel ¿Entendido?- pregunto el rey a lo que todos respondieron con un "si majestad" para luego retirarse a hacer su trabajo.

-Bien Gulf escúchame hijo, tu no saldrás más del castillo, no quiero que nada malo te pase- dijo el rey tomando por los hombros a su pequeño hijo.

-Si papá, no saldré del castillo- dijo el menor algo cabizbajo ya que a él no le gustaba mucho estar encerrado.

Gulf tenía un espíritu libre y aventurero amaba la naturaleza y los animales desde pequeño siempre huía al bosque cuando todos creían que el estaba en su habitación pero ahora debía cuidarse si no quería ser separado de su familia.

-Bebé sabes que todo esto lo hacemos por ti porque te amamos- dijo su padre Saint.

-Lo se papi y estoy de acuerdo con ustedes solo quieren cuidarme- dijo el azafache abrazándolos sin darse cuenta que alguien los observaba.

-Pronto será mío y solo mío príncipe Kanawut- dijo el demonio.

Gulf y sus padre entraron al castillo ya era hora de la cena. Luego de cenar el menor se fue a su habitación a descansar pero no pudo dormir debido a que pensaba en lo que había soñado esa mañana y luego recordó los acontecimientos recién ocurridos, no podía creer que el demonio que estuvo en u sueños era el mismo que había visto esa tarde, no podía creer que esos ojos marrones eran los mismos rojos de aquel demonio y peor aún no podía creer porque no se había sentido nervioso por todo lo que el demonio había dicho. Sin darle tantas vueltas al asunto se acomodo en su cama y se durmió sin saber que un demonio lo observaba desde la comodidad de su castillo.


Reino de los demonios.

La noche había caído y Mew no podía dormir debido a que en su cabeza solo rondaba aquel precioso ángel de ojos soñadores que lo volvían loco quizá solo lo había visto una vez pero eso vasto para enamorarse de el a primera vista.

Ya que no podía dormir tomo su bola de cristal y la bola rápidamente le enseño al chico que lo traía mal. Vio como este descansaba plácidamente no pudo evitar quedar embobado por el bello rostro del azafache, como sus bellas y largas pestañas descansaban bajo sus ojos, sus bellas facciones, sus labios oh sus labios que se estaban convirtiendo en su perdición y aún no los probaba pero se estaba volviendo loco por tenerlo junto a él y sentir su calor.



Un mes después.

Todo era normal nada raro había ocurrido y eso le preocupada un poco al rey de los cielos ya que esperaba que la guerra comenzará luego de su rechazo con la petición del demonio. Estaba en su oficina cuando de pronto escucho la puerta ser tocada.

-Adelante- dijo sin ver realmente quién era.

-¿Está muy ocupado?- hablo una suave voz y cuando Zee levanto su mirada vio los bellos ojos de su esposo.

-No amor acercate- dijo Zee indicándole a su esposo que se sentará sobre su regazo.-¿Pasa algo cariño?- pregunto el mayor.

-No, es solo que ¿No te parece raro que el reino demonio no halla hecho ninguna guerra aún?.

-Si parece muy raro, o será que Suppasit ya se rindió y quiere evitar problemas- dijo en tono burlón Zee recibiendo un buen golpe en la cabeza.-Oye, ¿Y eso por qué fue?- pregunto sobándose la cabeza.

-Como crees que se va a rendir por favor Zee, estamos hablando de Mew Suppasit el hijo del diablo, el ser más temido de todos, ¿Crees que se rendirá así de fácil?- pregunto Saint era más que obvio que Mew no se rendiría hasta conseguir lo que quería.

-Tienes razón, debería poner más seguridad en todos lados- dijo bastante confiado el mayor.

...

Gulf estaba demasiado aburrido en su habitación quería salir de ahí pronto, no soportaba mucho estar encerrado, entonces no lo pensó dos veces cuando salto por la ventana y voló hasta el bosque cerca del castillo ese era el único lugar donde Gulf se sentía totalmente en paz pero no sabía que alguien iría tras el.

-Esta es mí oportunidad de tenerte angel- dijo el demonio rápidamente saliendo del castillo pero esta vez no uso una grieta para entrar al cielo, si no que uso la teletransportación para llegar al lugar donde el Ángel se encontraba.

El ángel recorría el bosque sintiendose en paz como el espíritu libre que era cuando de pronto una mano se pasó por su cintura y otra mano tapo su boca.

-Shhhhh, tranquilo no te haré nada ahora duerme pequeño ángel- dijo para luego chasquear los dedos haciendo que el menor se durmiera profundamente en sus brazos y rápidamente lo saco de ahí llevándolo a su castillo.








No pude aguantarme hasta mañana así que aquí está el segundo capítulo ahora sí hasta mañana.

El Ángel y el DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora