Capitulo 18

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Reino de los cielos, presente.




Zee recordaba cada palabra de la que ese demonio le dijo hace mil años ya y río al recordar sus palabras que para el era algo estupido.


—Oh Suppasit, enserio crees que me vas a destruir.— decía viendo una fotógrafia de el.—Si de el más poderoso hablamos obviamente soy yo, me las pagarás por todas las estupideces y humillaciones que me hiciste pasar tu y ese maldito estorbo de Kanawut.— dijo rompiendo la foto que tenia en sus manos.


Saint entro a la oficina de su esposo y frunció el seño al ver el desastre que había hecho.

—¿Pero que pasó aquí Zee?, ¿Sucedió un huracán en esta oficina o que?.— dijo intentando levantar algunas cosas para poder pasar por el camino pero la mano de su esposo lo detuvo.

—No te preocupes por eso mí amor, deja que vengan los de limpieza a limpiar este lugar, vamos, salgamos un rato a volar, hace mucho no estiramos las alas.— dijo sosteniendo de la cintura a su esposo para besar su abultada mejilla, a lo cual el menor río de forma tierna.

—Esta bien, vamos, relajemonos un poco.— dijo para tomar la mano de su esposo y salir de aquel lugar.

Dieron un pequeño paseo por la aldea a pie ya que les pareció lo mejor para ver a su pueblo.

Ambos hacían como si no pasará nada, Saint sabía lo que le podía pasar a Zee y sabía el monstruo que era pero aún así, lo amo con todo su ser porque a pesar de todo lo que Zee había hecho lo acepto porque lo amaba demasiado, lo que el no sabía es que Zee solo lo estaba utilizando para llevar a cabo su plan de venganza, Zee no era capaz de amar a alguien y solo utilizaba a Saint para no levantar sospechas del maldito infiel que era, cada noche dormía con una mujer diferente y no le importaba lo que su esposo sintiera pero igual debía actuar para no levantar tanta sospechas.

—Amor, ¿Te parece si comemos algo?.— Pregunto el menor al ver a su esposo algo distraído.

—Oh si cariño, está bien, haremos lo que quieras, hoy quiero consentirte.— dijo sonriendo asco a los motes cariñosos que el menor les decía.

Pasaron toda una tarde muy feliz, almenos para el menor ya que Zee lo único que quería era ir al mundo humano a ver con quien se acostaba, llegaron a su hogar algo tarde y eso significaba que Saint solo llegaría a dormir y ya que tenía un sueño profundo no sabía lo que hacía su esposo, pero esa noche decidió seguirlo para ver lo que hacía y su corazón se rompió al ver cómo su supuesto esposo estaba devorando la boca de una mortal, algo dentro de Saint en ese instante se rompió, su pecho dolía por aver visto como su esposo le estaba siendo infiel, se fue rápidamente de ese lugar ya valiendile una mierda si lo veían o no, estaba dolido, humillado y engañado.

Llego al castillo y se encerró en su habitación ya quedó ahí, recordando una y otra vez lo que había visto, lloraba y lloraba intentando sanar el dolor de su corazón, el guardia que lo cuidaba al escuchar los fuertes sollozos del menor rápidamente entro a la habitación a ver qué pasaba.

—Majestad ¿Que le sucede?.— pregunto Perth, su guardia real.

—Me duele Perth, me duele mucho.— dijo golpeando su pecho.— Zee me ha sido infiel y no puedo soportarlo.— dijo sollozando aún más fuerte haciendo que su guardia sintiera pena por el, a Perth no le gustaba ver llorar a Saint, así que se acercó y lo abrazo.

—Alguien tan bello como usted no debe de llorar por alguien que no vale la pena.— dijo el mayor sacando un pequeño pañuelo para limpiar la linda cara del menor.

Saint no dijo nada y solo se dejó abrazar de Perth.


En ese momento Zee entro al castillo y al llegar a su habitación vio como su esposo estaba en brazos de otro y explotó.

—Perth, ¿Que haces con mí esposo? Y tú Saint, ¿Cómo te atreves a serme infiel con este pobretón?.— dijo claramente enojado pero antes de que Perth dijera algo, Saint le respondio.

—¿Yo, serte infiel?, ¿Acaso fui yo el que se fue a coger a una maldita mortal y le fui infiel a mí esposo?, Responde Zee, ¿Fui yo acaso?.— respondió claramente enojado.

—Ah, encima de todo ahora levantas falsos sobre mí, no Saint yo no te he sido infiel nunca.— respondió y luego sintió un ardor en su mejilla, Saint lo había abofeteado.

—No idiota, lo sé porque lo vi y te seguí y ¿Sabes algo?, Eres un maldito estúpido pero igual todo es mí culpa al fijarme en alguien tan vacío como tú que no te importa nada más que si mismo.— dijo para luego tomar su maleta ya tenia lista hace un rato y empujo al mayor para que se quitará de su camino pero rápidamente Zee lo tomo del brazo.

—¿Y a dónde irás?, Te recuerdo que no eres nada sin mí.— dijo sonriendo con arrogancia haciendo que Saint frunciera el ceño y explotará.


—¿Y tú quien mierda te crees, el rey del mundo?, Porque déjame decirte que para lo único que servirias sería para ser el rey de los idiotas, no quiero que me vuelvas a buscar nunca más y deja en paz a Mew y Gulf, ellos ya sufrieron demasiado por tu estúpida obsesión de querer controlar todo siempre, vamos Perth, salgamos de aquí, adiós Zee.— dijo y le tiró el anillo de bodas y salió de ese lugar junto al guardia que no dijo nada y solo siguio al menor.


Zee río por lo que acababa de pasar.

—Enserio, la gente es idiota cuando se enamora.— dijo para tirarse a la cama y dormir.















“El karma puede llegar en cualquier momento".







No me odien por favor, además que me desaparecí por dos meses, lo siento, es que quería adelantar un poco de mí otra historia pero ya volví aquí.


No me odien por favor por lo de Zee pero yo digo una cosa y mí mente otra así que perdón.


El Ángel y el DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora