My Sweet Dad

"Capítulo 16"

Narra Harrison

Me encontraba en la sala de Tom viendo una película mientras esperaba a que mi amigo se despertara. Y así ocurrió minutos más tarde, con el cabello extremadamente desordenado y con Kiara escondida en su pecho.

—Tom, ¿cómo se hacen las tortitas de papa? —dijo aún con los ojos cerrados, arrugando la nariz confundido.

—¿Tortitas? —pregunté extrañado.

—Sí, tortitas. ¿Cómo demonios se hacen? —Se acercó a la cocina mientras seguía mirándome confundido—. T/N me dijo que cuando era pequeña, su papá le hacía tortitas cuando tenía un mal día. Estoy intentando ser un buen novio... ¿Cómo se hacen?

Sonreí ante su esfuerzo por no quedarse dormido.

—La verdad, no tengo ni idea —me acerqué a él mientras trataba de hacer una taza de café con una sola mano.

Sabía que Tom estaba siendo cuidadoso con T/N. No quería presionarla ni hacerla sentir incómoda. Mi amigo en verdad amaba a Raquel, y cuando me enteré de lo que ocurrió, sentí una impotencia enorme. Raquel fue una persona que marcó la vida de casi toda la familia Holland. Pero puedo asegurar que T/N sobrepasa todo lo que Raquel fue.

Flashback

Llegué al edificio de mi mejor amigo lo más apresurado posible, al no tener noticias de él en dos días. Al abrir la puerta, me encontré con un montón de ropa en el suelo: ropa de Tom y Kiara, juguetes y mantas por todas partes.

—¿Tom? —pregunté al no verlo en ningún lugar. Subí al piso de arriba y, al encontrarlo, estaba de espaldas a la puerta, sosteniendo un vestido—. Supongo que era de Raquel. Tom, ¿qué ocurre? No hemos tenido noticias de ti en dos días —me arrodillé frente a él. Tenía grandes ojeras y bolsas bajo los ojos hinchados—. ¿Dónde está Raquel? —traté de levantarlo, pero al ponerse de pie, se derrumbó completamente.

—¡Ey! —lo pude sostener a tiempo.

—Se fue, Harrison... se fue —fue lo único que susurró.

—¿Es broma, cierto? —negué al ver su expresión y me tendió una carta.

—Me dejó por su sueño... pero creí que ya lo había encontrado a mi lado.

Fin del flashback

Desde ese día, le prometí que ni él ni Kiara estarían solos. Y me sentí muy bien cuando T/N apareció en su vida. No puedo dejarlo... es mi mejor amigo. Mi hermano de otra madre.

—Pero lo averiguaremos —le regalé una sonrisa y pusimos manos a la obra.

Narra T/N

Estaba en un lugar blanco. No sabía cómo describirlo, pero no había nadie. Absolutamente nadie.

—¿Hola? —grité a la nada. Visualicé una especie de cuna y un llanto inundó mis oídos. Me acerqué lentamente, y en unos segundos, ya estaba frente a ella.

—¿Mamá? —me volteé rápidamente al escuchar la voz de una niña de unos catorce años.

—¿Mamá? —otra voz más infantil sonó. Volví la mirada al frente y la cuna había desaparecido. Ahora había una niña de nueve años.

—¿Mamá? —ahora era un niño, junto con varias niñas rodeándome en un círculo. Todos, al unísono, repetían la misma palabra: "mamá". Miré a todas partes buscando una salida, pero al cerrar mis ojos, hubo silencio. Los abrí lentamente y me encontré frente a un espejo. Reflejaba a mi yo de niña.

—¿Mamá? —mi yo pequeña desapareció, dejando solo mi reflejo. Detrás de mí estaba una mujer de espaldas. Su silueta me resultaba familiar. Me giré rápidamente.