EN TUS MANOS

CAPÍTULO 19

De antemano les pido perdón por los capítulos que vendrán🙄... Espero que sigan leyéndolo...🙏🏻

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Cristina se quedó totalmente sorprendida de saber que Dionisio había hecho negocios a sus espaldas.

-Le pido por favor que me brinde su número de teléfono, aclaro este mal entendido y me comunico con usted.
-Por supuesto, tome nota... 993 558 6697
-Muy bien, le pido mil disculpas. No estaba enterada de esto, pero déjeme averiguar y me comunicaré con usted.
-Espero su llamado –colgó.
-Me vas a oír Dionisio Ferrer –salió molesta.

-Hija a dónde vas –le dijo su padre al verla pasar enojada.
-Ahora vuelvo, voy a solucionar un asunto –sin más salió de la hacienda.

Momentos después...

Casa de Dionisio...

-Y ¿voy a ir a un colegio aquí?
-Esa es la idea, quedarnos aquí con Cristina ¿Qué te parece? –mientras le colocaba los zapatos.
-Súper –totalmente contenta.
-Bueno ve con Candela para peinarte, sabes que a papá no se le dan esas cosas.
-Ven Naty, subamos para peinarte. Vas a quedar muy bonita –le extiende la mano.

Mientras subían sonaba el timbre. Dionisio fue quien abrió ya que Candela había subido.

-¿Pensaste que no me iba a enterar? –entrando sin esperar que le diera permiso.
-¿De qué hablas Cristina? Cálmate –cerrando la puerta.
-Estás haciendo negocios con mi hacienda a mis espaldas –se paró y lo miró de frente.
-Yo no he hecho nada.... Vamos a mi despacho y me explicas de qué estás hablando por favor –indicándole el camino.
-Acaba de llamarme Eduardo López, dice que firmó contigo un contrato para la entrega de algodón y que hasta realizó un pago –estaba molesta.
-Yo no firmé nada ni conozco al tal Eduardo López –entrando tras ella y cerrando la puerta.
-Pues él dice lo contrario, dijo claramente que arregló con Dionisio Ferrer. ¿Qué pretendes? ¿Quedarte con todo lo mío?
-A ver –trata de acercarse –cálmate y hablemos.
-No te me acerques, estás haciendo negocios a mis espaldas, quieres hundirme. ¿Por eso te acercaste a mí? ¿Para apoderarte de todo lo que me pertenece?
-Eso no es cierto, Cristina ¡Por Dios! ¿Cómo puedes pensar que me acercaría a ti para hundirte?
-Eso es lo que parece. Ahora muéstrame el maldito contrato porque tengo que arreglar esto. Está esperando mi llamada.
-Yo no hecho nada, puedes revolver mi despacho entero y no vas a encontrar nada.
-No te creo... y deja ya de mentir.
-Llama al tipo ese, pídele la dirección y vamos a ir a arreglar este asunto. Te voy a demostrar que no tengo nada que ver –se había ofuscado con la acusación de ella.

Así lo hizo, lo llamó y le pidió la dirección. Quedaba a unos pocos kilómetros de donde estaban. Dionisio la hizo subir a su coche y, luego de informar a Candela que se hiciera cargo de Natalia, emprendieron el viaje. Lo hicieron en silencio. Ella molesta por pensar que Dionisio había actuado a sus espaldas y él por como pensaba ella.

Al llegar al domicilio esperaron que Eduardo los atienda.

-Buenas tardes –se acercaba a ellos.
-Buenas tardes. Soy Cristina Maldonado –le da la mano.
-Dionisio Ferrer –también lo saluda con la mano –Mucho gusto.
-El gusto es mío. Pasemos a mi oficina por favor –les indicaba el paso.
-Gracias –caminando delante de ambos.
-Es un placer conocerlo personalmente, aunque su voz suene diferente –le dijo Eduardo a Dionisio.
-Queremos aclarar todo este asunto porque yo no he hecho ningún contrato con usted –se sentaba luego de Cristina.
-Yo hice un trato vía telefónica y luego ha venido un secretario suyo a traer el contrato firmado. La fecha de entrega era ayer pero no llegó. Intenté comunicarme al teléfono indicado y no tuve suerte. Busqué los datos de La Benavente y ahí pude contactar con usted señora.