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Capítulo 12

No había parado de llorar por toda la tarde, no tenía con quien platicar mis penas, si le contaba a Teressa sentía que le iba a contar a Roberto.

Tenía que arreglarme, no me podían ver con los ojos rojos e hinchados, supondran que habré llorado y a Roberto se le aumentará el ego.

No tenía ni idea de como haría eso, así que lo mejor que se me ocurrió fue poner una pelicula de comedia y acostarme en el sillón.

Tocaron el timbre, quería hacerme la dormida pero creo que las carcajadas que hace um rato estaba dando se escucharon hasta China.

Me levante con el paso de tortuga, empezaron a dar muchos timbres y empezaba a ser molesto.

—¡Hay voy!- Estaba corriendo para qie dejarán de picarle al timbre, abri la puerta y era Gilberto.

—Hola Lucy ¿Como estas?- «Estoy muy mal, demaciado, así que por favor vete y dejame llorar agusto» Ganas no me faltaban de decirle eso.

—Hola Gilberto, pues estaba bien hasta que cierta persona empezó a tocar desesperadamente el timbre y me hizo levantarme de la cama- Se río, yo lo decía muy encerio pero a él le dio gracia.

—Pues te alegraras de que cierta personita haya venido a visitarte, ¿Has estado llorando?-

—No- Sabia que no me iba a creer, also una seja como diciendo «dime la verdad o mueres» -¿Todavía se nota?-

—Si, casi no ¿Puedo pasar?- Señaló el sillón, o pues si para eso vino.

—¡Ah! Claro- Me hice a un lado.

—Cuentame... ¿Porque te destruye tanto que a Roberto no le gustes?- Solte un suspiro, nadie sabía el porque... incluso, yo no lo sabía.

—Talvez... talvez fue porque apareció en el peor momento de mi vida, fue como un ángel que Dios me envió para ser feliz...- Talvez sonaba exagerada pero era como yo lo sentía -Aparecio cuando yo necesitaba a alguien, al principio sólo éramos muy buenos amigos, después me di cuenta de que lo quería como algo más- Me escuchaba atento, por fin puedo encontrar un buen remplazo.

—Entonces... si el "ángel" fue especialmente para ti, ¿Porque está en estos momentos hablando con Teressa?- Era cierto, talvez solo lo conocí para salvarme en ese momento, ahora me ha dado a otro ángel.

—Yo... no lo se- Baje la mirada, tendría que pensar bien lo que voy a decir -Talvez... se alejo porque Dios mando un remplazo, ese eres tu- Esboze una sonrisa, era muy obvio.

—Por supuesto que si- Me acompañó con esa misma sonrisa.