- ¿Cómo haces para trabajar, estudiar y cuidar a una bebé de dos meses?- si bien es cierto, nadie sabe que tengo una hija, pues creo que no era el momento que todos sepan, suspiro un poco asustada por su pronta respuesta luego de contestarle.-
-Bueno… mis padres me apoyan y también mi mejor amigo Stefan, los tres me ayudan a poder hacer esto que hago, lo hago por mi hija.- le miro a los ojos.- discúlpeme usted señor Kozlov por no decirles cuando me contrataron creo que...
-No hay que disculpar nada Scarlett me da felicidad saber que no te has dejado vencer por tener a una niña, más bien veremos qué hacer para que solventes los gastos que tu hija necesite y tus estudios.- se levanta y me toma de la mano para levantarme, le miro sorprendida por su reacción y me levanto, me quedo a pocos centímetros de su cuerpo, solo logro ver su cuello y sé que él tiene la mirada en mí pero no me atrevo a levantar mi cabeza.- fue un gusto conocerte Scarlett, ya tendremos más tiempo en que conversar, ahora nos iremos a festejar de la reunión.- da un paso hacia atrás y suelto todo el aire guardado disimuladamente.-
-Sí señor-camino hacia la salida pero me detengo y le observo que ha tomado su saco y me mira.- gracias por apoyarme.- él me sonríe y asiente con la cabeza, me alejo de ahí lo más rápido que puedo, veo a mucha gente ya reunida, tengo entendido que estará la familia del dueño y los amigos de él, escucho que hay ordenes, tomo las ordenes y voy sirviendo, junto con el vino requerido, a lo lejos observo a Ian con una chica rubia muy hermosa que le queda mirando emocionada, se parecen así que debo suponer que es su hermana, cuando he servido con la ayuda de mis compañeros, camino mirando al suelo hacia la cocina pero un cuerpo me intercepta, levanto mi rostro y no sé qué hacer… los nervios me abrazan el cuerpo y las ganas de vomitar que tengo al ver al hombre delante de mí.-
-Scarlett… no puedo creer que sigas aquí en california y trabajando para mi socio.-bajo la mirada un poco pues siempre me ha intimidado sus ojos tan llenos de odio hacia mí.-
-Señor… Joseph buenas noches.- camino un poco pero me sostiene del brazo y volteo sorprendida viendo a todos lados, el único que se ha dado cuenta es el señor Kozlov que se encuentra a la expectativa de cualquier mal movimiento como si conociera quien es verdaderamente Joseph Krause.-
-¿Ya pariste?- su pregunta me toma por sorpresa y le miro molesta.- recuerdo que cuando se enteró Michael de la buena nueva, nos dijo que quería irse de aquí para estudiar, después nos enteramos porque es que se fue nuestro hijo.-me mira de pies a cabeza- me alegro que no se haya quedado para ver lo mal que estas querida, ser madre te ha puesto fatal más de lo que ya eras.-paso saliva un poco.-
-No es de su incumbencia señor.- me suelto- si me disculpa, tengo que seguir trabajando y lo que su hijo haga o deje de hacer me tiene sin cuidado, recuerde que ya pasaron 11 meses y no necesito que su hijo se apiade de mí y tampoco su familia.- camino dejándolo parado en el centro del salón, siento su mirada quemándome y observo débilmente al señor Kozlov que esta vez se ha levantado para dirigirse a mí, así que camino más rápido y entro a la cocina.-
-¿Ocurre algo Scarlett?-pregunta Steven escudriñándome con la mirada.- estas pálida.-le observo y suspiro débilmente.-
-No, sigamos con este embrollo y luego pediré para irme temprano.- seguimos trabajando ninguno me pregunto qué ocurría, trato de concentrarme al dejar las comidas y en la mesa de Joseph junto con su mujer los dos me miran con el ceño fruncido, una cosa es que te odie el padre pero otra muy distinta es que lo haga también la madre y algunos de sus hermanos.-
-Oiga, señorita le he pedido un vino tinto en ningún momento le he dicho blanco no entiendo como Ian puede permitir que trabajen chicas como usted aquí -Katherine habla evidenciando lo feliz que se siente avergonzándome, voy a responder pero un cuerpo fornido se interpone a mi vista cerrando la boca nuevamente.-
-Lo siento mí querida Katherine, aquí les traigo el vino que ustedes pidieron-el señor Kozlov me sonríe y les entrega el vino.- la señorita está atendiendo otras mesas, si me disculpan.- voltea a mirarme y toma de mi mano entrelazándola, veo que ellos abren los ojos como si de platos se trataran, me miran con más odio que antes el señor Kozlov me lleva hasta la puerta de la cocina.- son un poco especiales Scarlett, trata de no hacerles caso, veo que no te sientes bien, no sé qué te ha dicho Joe pero conozco que no es un hombre tan cariñoso o amable, no te acerques mucho a su mesa.- dicho esto se aleja dejándome a mí un poco confundida con su actitud, a lo lejos veo que toma una copa y un su anillo del dedo anular golpea delicadamente la misma.-
-Muchas gracias por a ver venido a esta pequeña reunión, celebrando los 10 años de la cadena de empresas Kozlov, no lo hubiera hecho si no fuera por el apoyo de mi bella familia y sobre todo por el apoyo de mis socios.- todos aplauden.- les agradezco de corazón y diviértanse mucho ¡Salud!- todos gritan salud y beben de su champagne mientras yo he terminado con mi labor y ya estoy lista para irme, camino hacia la puerta de salida para trabajadores que esta por la cocina pero antes a lo lejos me despido con la mano de mi jefe y él solo sonríe, camino lo más rápido posible para llegar a mi hogar añoro ver a mi pequeña nuevamente, esta vez empiezo a correr las dos cuadras, cuando estoy llegando a casa veo dos autos estacionados, uno es de mis padres y otro no sé de quién podrá ser así que subo las escaleras que llevan al departamento, tomo mis llaves y abro la puerta, camino hacia la sala pero paro en seco cuando escucho una discusión entre mi padre y otro hombre.-
-¿Crees que viniendo aquí arreglarás las cosas nuevamente?
- si estoy aquí es para solventar y arreglar los problemas que tengo señor
-Las cosas no son como tú te imaginas, no mereces estar aquí y peor ni tener el perdón de nadie
-Yo he venido por su hija y por mi hija en ningún momento estoy aquí por ustedes
-Ella no querrá verte-esta vez es Stefan quien habla y mis instintos de madre se apoderan de mí ya sé de quién se trata, camino nerviosa solo para ver a mi hija, mis padres y Stefan me observan negando con la cabeza y veo a un hombre alto, cabellos marrones oscuros como lo recordaba y su piel tan blanca y sus músculos prominentes, está vestido con unos pantalones negros, una camisa roja de manga corta y unos zapatos negros, dando así una figura imponente, él voltea y nuestras miradas se conectan las ganas de llorar y de golpearlo son fuertes pero antes de pensar en eso miro a Stefan.-
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UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
RomanceScarlett Tyler es una joven de 19 años que vive con su pequeña hija de 2 meses en la ciudad de California, lucha por un futuro prometedor para su pequeña Rachelle, ya que ella sólo quiere que su hija no le falte nada. Pasará por muchos problemas...