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Mew se encontraba en su habitación con un pequeño Ohm solo observando cómo se hablaba a el mismo frente al espejo.

- ¡No! Me mandará muy lejos si digo eso -suspiro cansado.

Gulf había salido junto con Gun y Off a comprar algunas cosas, pues usaría a esos dos como sus asistentes personales (por no nombrarlos esclavos) por ese día, por haberle enseñado al pequeño Ohm esa mala palabra, la cual ya había dejado de decir.

- ¿Qué opinas Ohm? -Mew se acercó al bebe-. ¿Sí le digo a Gulf, "oye ¿quieres ser mi novio?" me mandará muy lejos?

Mew quería evitar decir alguna mala palabra, pues por lo que había presenciado, ese pequeño aprendía más rápido eso.

Ohm se limitó a lanzarle una almohada a Mew, afortunadamente el alfa la había esquivado, suspiro, sabía que Ohm no le haría mucho caso con eso de que quería pedirle noviazgo al omega, pero no sabía a quién más pedirle algún consejo, sabía que si se lo decía a Max, esté se volvería todo un loco y estaría dándole ideas demasiado fantasiosas que terminarían con Max diciéndole todo el plan que tenían, a Gulf.

- Creo que debería regalarle algo, ¿flores? -miro a Ohm, y él bebe le enseño el peluche de kumamon-. Bueno, tienes razón.

El alfa tomo al bebe en sus brazos y ambos salieron de la habitación.

- ¿No crees que serían ya demasiados kumamons?

Recibió un pequeño golpe con el peluche, para Ohm no eran demasiados, ¡nunca eran suficientes! O eso es lo que una vez había escuchado decir a Gulf.

- No hagas eso, Ohm, ¿o quieres que le diga a Gulf sobre las galletas que luego comes?

Él bebe no había entendido del todo, pero no quería que nadie supiera de las galletas que Mew le daba, después de todo esa era la única forma de que dejará de lanzarle peluches al alfa.

Cuando ambos ya estaban en el sofá de la estancia, la puerta había sido abierta, dejando ver a Gulf que no tenía nada en las manos, mientras que tanto Off como Gun tenían las manos llenas de bolsas, que parecían pesadas.

- Pasen y dejen eso en la cocina -menciono el omega mientras se dirigía hacía su habitación, no se veía muy feliz.

- ¿Qué le hicieron a mi omega? –pregunto Mew en cuanto vio que Gulf se retiró.

- Bueno, Gun por accidente tiro algunos vasos de cristal, y obviamente nos hicieron pagarlas.

- Pero no todo fue mi culpa -reclamo el beta-, tú fuiste quien por accidente derribo una enorme torre de cajas de galletas, ¿acaso no ves?

- ¡Cállate! Ambos tenemos la culpa.

Mew suspiro mientras miraba a esos dos que se la pasaban culpándose, luego miro en dirección hacia donde se había ido su omega, podía darse la casualidad de que estuviera o enojado o triste más que nada, lo pudo percibir en el aroma de Gulf, no estaba feliz, y no sabía lo que le ocurría.

- Mew, ¿guardamos las cosas? -pregunto Gun.

- No, hay déjenlas, son libres por hoy, y no se preocupen, tengo que hablar con Gun.

Ambos asintieron, caminaron hacía la puerta principal del departamento para así salir, Mew en cuanto escucho la puerta cerrarse, tomo a Ohm en sus brazos y lo cargo para entrar a la habitación de su omega, dio tres toquidos leves, pero no escucho respuesta, tomo aire y abrió la puerta.

Su omega se encontraba recostado en su cama.

Dejo a Ohm en el piso viendo como de inmediato comenzaba a gatear para ir hacía un peluche de kumamon que se encontraba en el piso.

- ¿Sucede algo Gulfi? -pregunto Mew acercándose al omega.

- Solo... quiero estar solo.

- No te voy a dejar solo, vamos, puedes decirme lo que te ocurre.

Gulf miro al alfa que ahora se encontraba sentado en la orilla de la cama observándolo, soltó un suspiro y se incorporó sentándose en la cama y recargando su espalda en el respaldo.

- Estoy preocupado.

- ¿Por qué?

- Mew, en dos días debo presentar la tesis, y... estoy nervioso, no quiero estar allí enfrente y hablar de ella, estoy totalmente asustado, además de triste.

Mew no dijo nada, miro como el omega cerraba sus ojos y suspiraba cansado.

- Todo saldrá bien, Gulfi.

- Eso lo dices, porque no tienes unos padres tan exigentes como los míos.

- ¿Vendrán?

- Los invite, quiero que me vean -miro al alfa con una sonrisa-, pero me preocupa lo que piensen.

Gulf siempre había sido educado de la mejor manera posible, pero cuando se había presentado como omega había sido una decepción para la familia, o eso es lo que había escuchado decir a su padre, su madre en cambio estaba feliz por la presentación de su hijo, desde ese día, siempre su padre le había exigido más, le decía que no debía nunca demostrar ser alguien débil, que debía de demostrar que puede ser inclusive mejor que un alfa, y aun así aunque se esforzará, casi nunca se lo reconocían.

- Dirán que eres un gran chico.

- Mewi, no lo creo, mi padre... no creo que ni sonría cuando sepa que he logrado todo lo que me dijo que me propusiera.

- Pienso que no deberías decir eso -el omega lo miro-, todo saldrá bien, verás que ganarás el respeto de tu padre y sabrá que has hecho un trabajo grandioso, ¡te lo aseguro!

- A veces pienso que eres demasiado optimista, alfa.

Mew se subió a la cama y atrajo al omega hacía él para poder abrazarlo.

- Te aseguro que todo estará bien.

- Eso espero -Gulf miro al pequeño Ohm que jugaba con un kumamon-, mi madre enloquecería si supiera de Ohm.

El alfa soltó una risa al igual que el omega.

- No lo creo, pienso que lo primero que te dirá es; ¿es tuyo este bebe?

- Me matará por adoptar sin tener un alfa.

- ¡No lo creo! Me tienes a mí -el alfa restregó su nariz en el cuello del omega-, conoceré a mis suegros, creo eso me pone más nervioso que presentar mi tesis.

Gulf rodó los ojos, aunque le gustaba la idea de que Mew conociera a sus padres.

- ¿Sigues con eso?

- Dirás que no nos casaremos, pero sé que solo lo haces para molestarme, omega.

- Tal vez...

La adopción es (no) una opción 1. FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora