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- ¡No Ohm! -Gulf claramente vio como el pequeño en sus brazos lanzaba una pelota de plástico hacía un chico, había caído exactamente en su cabeza, ¿qué era lo peor? Se trataba de un alfa, Gulf sabía que había una gran posibilidad de que estuviera molesto.

Sólo esperaba no estuviera tan enfadado.

El alfa pelinegro miro la pelota que se encontraba ahora de su lado izquierdo, de color amarillo, pero claro que le había dolido el golpe, al parecer quien había lanzado aquel objeto sí que tenía un buen brazo para lanzar, se agacho para poder recogerla.

Al escuchar la voz de alguien a sus espaldas, sabía que seguramente ya habían regañado a quien la había lanzado, pero no se esperaba que fuese un niño, es decir ¿Quién deja entrar a niños a la universidad? Estaba dispuesto a reclamar, se giró sobre sus talones para poder encarar a la persona responsable de aquel niño y cuando lo hizo quedo más que sorprendido.

Naret Promphaophan (Pavel) había visto a muchos y muchas omegas, pero esté de verdad que superaba a todos los que había visto en toda su vida, no pudo evitar entre abrir su boca al ver la hermosa piel de porcelana de aquel chico, esos hermosos ojos felinos que lo hacían ver muy tierno, además de sus rosados y delgados labios y ¿Qué decir de su cabello? ¡Ese omega era perfecto! Encajaba con todo lo que siempre buscaba en su pareja ideal.

- Lamento mucho lo que sucedió -Pavel sonrió al ver como se disculpaba el omega, bueno aunque se le había pasado el enojo al ver semejante belleza frente a él-. Ohm no mide su fuerza, ¿no es así pequeño?

Pavel se percató de que en los brazos del omega había un hermoso bebé, lo miraba con esos ojos negros brillantes, podía jurar que se veía interesado en saber quién era él.

- No te preocupes, pero vaya que tiene gran fuerza ese pequeño –el alfa miro al bebe-, ¡Algún día serás un gran lanzador, criaturita!

Gulf se sintió aliviado, por un momento creía que habría una discusión.

- Gracias -Pavel le devolvió la pelota a Gulf-. Disculpa por esto, no volverá a suceder.

- No es necesario que te disculpes, los accidentes pasan -Pavel le sonrió, por alguna razón quería seguir sonriéndole a aquel omega-. No es por ser una molestia, pero ¿puedo saber el nombre del apuesto omega frente a mí?

Gulf parpadeo varias veces, ¿acaso eso iba para él? Ni siquiera podía creerlo.

- Soy Gulf, Gulf Kanawut.

Pavel se vio sorprendido al escuchar aquello, ¡conocía a ese omega!

- ¿Gulf? ¡Increíble! -le sonrió el alfa, se veía muy feliz-. ¿No me recuerdas? Soy Naret Promphaophan, éramos compañeros en segundo de secundaria.

- ¡Oh claro! -Gulf casi se da una palmada en la frente, ¿cómo no recordarlo?-. Cambiaste mucho, eres... más alto.

- Lo sé, y tú -señalo al omega-, ¡de verdad que me sorprendiste! Te ves muy lindo.

Ohm frunció el ceño al escuchar aquello, no sabía porque pero se estaba molestando, el pequeño pudo ver las intenciones de aquel sujeto, ¡quería quitarle a su querido Gulfi!

- No, no lo estoy, sigo viéndome igual que siempre.

- No lo niegues, te ves hermoso, es más demasiado atractivo, y dime ¿tienes alfa?

Gulf estaba a punto de responder cuando escucho unos pasos a toda velocidad, sabía que podía ser Mew, seguramente lo había encontrado, y quería pasar tiempo con él, después de todo también Gulf estaba a punto de ir con él, de no ser porque el pequeño Ohm, había lanzado la pelota hacía Pavel.

- ¡Gulfi! -Mew llego y de inmediato abrazo al omega-. Te he buscado por toda la universidad, no estabas afuera de mi aula y decidí buscarte.

Mew al terminar el abrazo miro hacía enfrente y allí vio al alfa pelinegro que se la pasaba mirando a su omega ¿Qué es lo que pretendía aquel chico? Mew miro hacía Gulf.

- ¿Quién es él? -pregunto, su voz había salido ronca.

- Naret Promphaophan pero puedes decirme Pavel -dijo Pavel presentándose-, es un placer, fui compañero de Gulf en la secundaria.

- ¿Eso es cierto?

- Sí -respondió Gulf mirando a Mew.

- ¿Acaso es su hijo? -pregunto Pavel mirando al pequeño Ohm.

- ¡Claro que no! -respondió Gulf de inmediato, no quería malos entendidos, todavía le daba vergüenza que pensaran aquello, ¿Quién no lo pensaría? Tenía un gran parentesco de ambos.

- Por un momento pensé que lo era -Pavel se sintió aliviado al escuchar eso-, ¿y por qué lo llevas Gulf?

- Es una larga historia.

- Pues no me molestaría escucharla – el alfa le regalo una sonrisa, y claro a Mew para nada le gusto aquello.

- Pues lamento decirte que Gulfi y yo tenemos que irnos, será para la próxima Paval...

- ¡Es Pavel! -no pudo evitar corregir a aquel alfa que se la pasaba junto al omega-. Bueno Gulf, fue un gusto verte, y espero poder reunirme contigo...

Pavel se retiró, claro sólo despidiéndose tanto del bebé como del omega, el alfa al lado de Gulf, para Ohm estaba pintado y demás en aquella conversación.

En cuanto se alejó Mew cruzo sus brazos debajo de su pecho mientras hacía una mueca con su boca, no le agradaba como miraba aquel alfa a su omega.

- No me agrada -dijo Mew soltando un gruñido.

Gulf rodó los ojos, no entendía porque no le agradaba.

La adopción es (no) una opción 1. FinalizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora