Dieciséis

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Mis padres me regañaron como nunca por haberme desaparecido sin haberles dado una explicación. Jamás los había visto así de molestos.

Al poco tiempo se dieron cuenta del mal estado en el que me encontraba. No les había mirado para nada y mi semblante parecía el de un enfermo. Mi padre preguntó por qué estaba de esa manera y mi madre pregunto si alguien me había hecho algo, pero simplemente no pude contestar.

No lograba comprender que era lo que sentía en ese momento. Estaba como en una especie de trance. Los recuerdos de la noche anterior estaban muy claros en mi memoria. Las caricias y los besos de Taehyung estaban grabados en fuego en mi piel, como si solo hubieran sucedido segundos atrás. Lo mismo con el calor y esa esencia que su cuerpo me transmitió y que sería muy difícil de borrar.

No sabía como sentirme. Por un lado, me sentía especial, sea como haya sido, le había dado mi primera vez al chico que me gustaba. Y, por otro lado, sentía un enorme vacío en mi estómago, porque sabia perfectamente que nada de lo vívido volvería a pasar y que al contrario de mí, para Taehyung no significaría nada y ni lo recordaría.

Llore mucho por todo el manojo de emociones que sentía en ese momento. Y ahora me dan ganas de llorar de lo estúpida que fui, pues aunque el final era más que predecible, una parte de mí guardaba la esperanza de que todo hubiera significado algo para Taehyung, y que quizás su forma de verme cambiara.

¿Por qué demonios fui tan tonta?

SIN GRACIA • Park Jimin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora