Veinticuatro

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El catastrófico evento se dio a principios de noviembre. Me reencontré con Taehyung cuando me dirigía a la papelería cercas de mi casa. Una terrible coincidencia que me sacudió más de lo que me hubiera gustado aceptar. Intente evitar el encuentro, incluso oculte mi rostro con mi cabello para que no me reconociera. Para mi mala suerte lo hizo.

—Hola, Hajoon. –Me detuve en seco.

Mi boca se secó y no pronuncie ninguna palabra. Estaba en pánico y a la vez enojada por haberme congelado por el simple sonido de su voz.

Lo escuché caminar un poco hacia mí y de forma torpe intento conversar conmigo y después de unos segundos me pidió hablar conmigo de, según dijo él, un tema bastante serio y que debía resolver lo antes posible conmigo. Arrugue las cejas y mi mirada vacilo. Su petición era muy extraña, teniendo en cuenta como me había gritado e insultado la última vez que nos vimos.

Aquella parte mía qué seguía enamorada de él me rogaba qué aceptará y saciará mi curiosidad y fue justo lo que hice. Fueron pocos segundos los que tarde en aceptar.

Primer error.

Taehyung y yo comenzamos a caminar sin un rumbo en específico. Pero me sentía tan incómoda que le pedí que fuera rápido y me contara lo que fuera que quería decirme. Sus facciones se tiñeron de tristeza rápidamente, y aunque su voz le fallo en un principio termino por decirme que su novia había cortado con él definitivamente.

Detuve mis pasos y no pude evitar mirarlo estupefacta. No me lo podía creer, pero los ojos de Taehyung incluso se llenaron de lágrimas que intentaba reprimir apretando la mandíbula y sus párpados. Realmente estaba muy afectado, pero aceptaba que todo había sido por su culpa, su comportamiento hacia ella fue el de un idiota, dando por sentado que ella siempre estaría para él, pero no fue así. La daño tanto que al final ella huyó de su tóxica compañía para salvarse.

—Fue una sabia decisión –dijo apesadumbrado y con la mirada baja–. Si se hubiera quedado la habría lastimado mucho más.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo? ¿Por qué me estás contando todo eso?

Le fue difícil, pero al final logro mirarme a los ojos.

—Porque también te hice mucho daño a ti. –Mis ojos se abrieron de par en par–. Perderla a ella me hizo darme de la mierda en la que me había convertido y… No sabes cuanto me arrepiento, de todo el mal que le he provocado a las personas que más quiero.

Una persona sensata hubiera actuado diferente. No se habría dejado convencer tan fácil, pero él dijo las palabras justas y actuó como debía hacerlo para ablandar mi corazón.

Ahí estuvo el segundo error.

—Y eso te incluye a ti. Me aproveché de tus sentimientos y jugué a mi antojo con ellos. Y después te traté de lo peor cuando tú solo habías sido una víctima. –Me parecía auténtico. Sus reacciones y sus palabras realmente me parecieron sinceras en ese momento–. ¿Podrías perdonarme?

Y como la idiota, que soy cometí de inmediato un tercer error.

—Sí, estás perdonado.

SIN GRACIA • Park Jimin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora