Treinta y cuatro

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Jimin tenía razón, Taehyung había regresado con su novia. La razón por la que me dio ilusiones fue solo porque sentía una conexión, pero no amor. Él intentó disculparse conmigo, diciendo que sus intenciones originales no eran las de llevarme a la cama. Incluso me planteo la idea de volver a ser amigos.

Y me sentí tan estúpida en ese momento, tan avergonzada que no soportaba estar en mi misma piel. Las palabras de Jimin y ahora la confesión de Taehyung fueron un golpe de realidad muy doloroso, pero al final necesario para darme cuenta de todos los errores que había cometido ¿Por qué el ser humano debe esperar a que la tragedia le explote en la cara para aprender de sus errores? ¿Por qué tuve qué lastimar tanto a Jimin para darme cuenta de lo poco que valía Taehyung y que él no me convenía en ningún aspecto? Jimin no se merecía ese dolor, no merecía que lo hubiera tratado de aquella manera.

Las lágrimas volvieron a fluir, Taehyung intento tomar mi hombro para consolarme, pero no lo deje. Me alejé de su toque y me giré para no tener que seguir viéndolo. Él entendió rápidamente cuál era mi respuesta, y por fin cerré ese ciclo de humillación y desastre con Taehyung. Aquella fue la última vez que lo vi. Ese fue el adiós definitivo.

Los días se convirtieron en meses, y yo no parecía mejorar. Estaba totalmente sumida en tristeza y en arrepentimiento. No había un segundo en el que no deseara regresar el tiempo y recuperar a mi amigo, a mi mejor amigo Jimin.

Me repetía mil veces que debí haber hecho todo de forma distinta. No debí jugar con los sentimientos de Jimin de aquella forma, no debí ser egoísta y pisotear la confianza y el amor sincero que él me ofrecía. Debí haber hecho caso desde el principio y alejarme de ese maldito capricho que me destruyo y destruyo lo más importante que alguna vez tuve.

Al cumplirse un año fue cuando me sentí lista para acercarme a Jimin y tratar de arreglar las cosas. Si él no quería que nuestra amistad continuara, al menos me gustaría tener su perdón, así tal vez podría recuperar algo de la paz que había perdido.

Sin embargo, había provocado una herida tan profunda en su corazón que conseguir su perdón era una tarea de dificultad imposible.

SIN GRACIA • Park Jimin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora