Veintiuno

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Ahora que lo pienso con detenimiento, ambos éramos un par de idiotas. Jimin por enamorarse cada vez más de mí y yo por ilusionar a su corazón y darle un falso amor. Pero yo, más que idiota, era una maldita perra.

Se suponía que aquella tarde solo veríamos una película en su casa, cenar algo y ya, tal como solíamos hacerlo siempre, pero ahora que él y yo actuábamos como una pareja, las cosas se fueron a otro rumbo.

Todo inicio porque se me ocurrió que era buena idea tomar la iniciativa. Le planté un beso fugas en los labios que lo congelo en su sitio, yo lo miraba sonriendo y él no dejaba de pestañear.

Quizás por su cabeza pasó la idea de que me había olvidado por completo de Taehyung porque él me tomó de la cintura para comenzar a besarme de forma lenta, como a él le gustaba hacerlo. Sus manos también fueron delicadas a la hora de repartir caricias por mi espalda y muslos. Se sentía bien ser tocada de ese modo. Con cada uno de sus movimientos me hizo sentir amada, deseada, pero sobre todo especial.

Lo mejor es que todo era auténtico, él no estaba fingiendo y estaba segura de que para él esto significaría mucho.

Pero él no era Taehyung.

SIN GRACIA • Park Jimin  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora