Todo por ti - Fanfic de Pedri Gonzalez

Capítulo 4

La azafata me despertó diciéndome que me abrochara el cinturón, ya que ya íbamos a aterrizar. Sentí esos temblores típicos debido a que el avión estaba llegando ya a tierra y la gente empezó a coger su equipaje de mano y fue bajando. 

Hice lo mismo y rápidamente baje del avión. Espere junto a los demás a que mis maletas salieran por la cinta transportadora. Odiaba estos momentos. Siempre pensaba que mi maleta no saldría por aquella cinta. Suspiré aliviada cuando vi salir ambas maletas. 

Crucé unas puertas y llegué a una parte del aeropuerto donde se producían los emotivos encuentros. Había mucha gente allí abrazándose entre ellos. Madre abrazando a sus hijos, reencuentros entre amigos, de todo... 

Iba tan distraída mirando a todas las personas a mi alrededor, cuando choqué contra algo. O mejor dicho contra alguien...

-¿Estás bien?

-Auch

Me sobé la cabeza con la mano y después la alcé para mirar contra quién había chocado. Bueno, se podría decir que yo ahora mismo estaba totalmente roja. Bajé la mano que tenía en la cabeza y me quedé mirándome fijamente a la persona con la que había chocado.  Me tendió una mano para ayudar a levantarme, y yo la acepté.

-Lo siento, no miraba por donde iba

-No te preocupes, te veía despistada, ¿dónde ibas?

-Creo que iremos al mismo lugar, Ferrán

El jugador de origen valenciano me miró confuso. Una sonrisa apareció en mi cara. Me hacia gracia verlo así de desorientado. Él pareció entenderlo todo, porque subió sus cejas, sorprendido.

-¿Tú eres Ana? ¿La de las prácticas?

Ahora la que estaba confusa era yo. ¿Les habían hablado de mí? Creía que la única que sabría algo de la otra parte era yo. Pensé que yo iba a ser una desconocida para ellos.

-Sí, soy yo, no pensaba que os hablarían de mí

-Bueno, eres una novedad para el equipo, teníamos que al menos saber tu nombre

Reí por su comentario, iba a decirle algo, pero una voz interrumpió nuestra conversación.

-Así que aquí estáis

-Hola, míster

Ferrán saludo alegremente a Luis Enrique y este último al verme allí con su jugador, me sonrió y me tendió la mano.

-Tu debes de ser Ana, encantado soy Luis Enrique

Estreché mi mano con la suya, mientras miraba detrás de él. Pude reconocer a varios futbolistas como Dani Olmo, Álvaro Morata, Oyarzabal... La verdad me puse un poco nerviosa al estar ante personas con tanta reputación. Todos parecían más mayores que yo, Ferrán puede ser el que se acerqué más a mi edad, pero aún así me sacaba un par de años.

Todos seguimos al entrenador a cargo de la Selección Española este año y llegamos a una especie de autobús extraño. Nos subimos los jugadores que habían en ese momento, Luis Enrique y yo. Mientras llegábamos al hotel donde nos iban a hospedar, fui escribiendo a mi padre todo lo que había pasado hasta el momento. Él no dejo de burlarse por el encuentro que había tenido con Ferrán y se despidió, no sin antes decirme que me relajara y disfrutara.