Todo por ti - Fanfic de Pedri Gonzalez

Capítulo 3

Llegué a casa todavía leyendo aquella hoja. No podía creerme que había conseguido esta oportunidad única. Iba a trabajar con un montón de futbolistas y yo todavía no lo había asumido.

Mi padre me interceptó en la cocina. Olía delicioso. 

-¿Qué cocinas?

-Tu plato favorito, una buena paella valenciana

Sonreí agradecida y mi padre paso a mirarme fijamente.

-¿Qué tal? ¿Te han dado las prácticas?

Mi sonrisa se amplio al ver la ilusión en los ojos de mi padre. Le tendí la hoja que había estado leyendo todo el camino. Él me miró con el ceño fruncido y comenzó a leerla. Pude ver como sus ojos se abrían y una sonrisa orgullosa aparecía en su rostro. 

-Pero cariño, esto es buenísimo

Fui corriendo a abrazarle. Mi padre me apretujo más contra él. Cuando nos separamos vi como una lágrima caía por su mejilla.

-Pero papá, no llores hombre

-Estoy muy orgulloso de ti, Ana

Mis ojos se cristalizaron un poco y volví a abrazarlo con más ganas que antes. Mi padre lo era todo para mí. Él siempre había estado cuando yo lo pasaba mal. Había estado junto a él en cada decisión que yo había tomado, y me había apoyado en cada una de ellas. 

-Va a ser tu momento de brillar

Asentí con la cabeza, y me senté en una de las sillas de la cocina. 

-Se me hará raro ver los partidos sin ti

-Allí los verás en vivo y en directo, es mejor todavía

Ambos comimos con total felicidad. Era agradable estar así con mi padre. 

*

-¿Tienes las maletas hechas ya?

-Sí, papá, lo llevo todo

Mi padre cogió mi maleta y la subió al maletero de su coche. Me llevo al aeropuerto en tiempo récord ya que sino perdería el vuelo que debía coger para reunirme con Luis Enrique.

-Disfruta, cariño, es una oportunidad única, no te prives de nada

Asentí sonriendo y le di un último abrazo. No lo volvería a ver hasta dentro de un tiempo, y ya sabía que lo iba a echar mucho de menos. Hice el check-in de la maleta y pasé los detectores hasta llegar a la puerta de embarque.

-Pasajeros del vuelo 1822 con destino a Madrid, porfavor, vayan subiendo al avión

Suspiré profundamente para disipar un poco mis nervios y abordé el avión. Llegué a mi asiento y con suerte me pude sentar al lado de la ventana. Miré por última vez mi adorada Valencia, y sonreí nerviosa ante todo lo que podía pasar en estos meses.

Selección Española, allá te voy